Los diferentes observadores de la reciente visita del presidente francés François Hollande a Azerbaiyán no han cesado de tratar de descifrar su importancia. Mucho se ha hablado acerca de la ansiedad de Francia por reducir su dependencia energética de Rusia; no tanto, sin embargo, de los recursos que Francia podría aportar a la política energética de Azerbaiyán, que ha mostrado estar interesado en diversificar su economía y desarrollar el sector de energías renovables.
Rusia es actualmente el principal proveedor de hidrocarburos de la Unión Europea. Ni más ni menos. Francia no es el país con mayor dependencia del gas ruso pero necesita del suministro ruso para satisfacer un cuarto de su demanda interna, una situación que no se espera que se modifique en el futuro cercano. La Comisión Europea ha estimado que dentro de 20 o 30 años, el 70 por ciento de las necesidades energéticas [fr] de la Unión Europea tendrán que ser satisfechas mediante la importación de combustibles [fr], en comparación con la actual proporción del 50 por ciento.
Los expertos están más preocupados acerca de la capacidad de Rusia para honrar sus compromisos de provisión de combustibles con la Unión Europea, considerando que el consumo interno aumenta y que el país se esfuerza por invertir en el sector para explotar nuevos depósitos, que acerca de la posibilidad que la energía sea usada como un mecanismo extorsivo.
Este es el contexto en el que se enmarca la visita a Azerbaiyán [fr] de Hollande del 11 al 12 mayo de 2014. Azerbaiyán juega un rol primordial en la cuenca del Mar Caspio para el transporte de recursos energéticos hacia Europa y el resto del mundo. El país cuenta con reservas considerables de gas y petróleo – suficientes para un siglo, según el presidente Ilham Aliyev – y constituye una fuente alternativa a la provisión de Rusia.
Uno de los primeros asuntos que Hollande planteó en la mesa de negociaciones fue el tema de la energía. El presidente ha destacado el ‘rol estratégico’ de Azerbaiyán para la provisión de Europa [fr] y su ‘seguridad energética’. Desde una perspectiva en la que todos ganan, el presidente francés ofreció a las autoridades azerbaiyanas la pericia técnica y experiencia francesa en el campo del uso civil de la energía nuclear y las energías renovables. El presidente recientemente declaró [fr]:
Je ferai en sorte avec nos principaux partenaires européens de mener à bien dans les années qui viennent cette sécurité énergétique et cette diversification des sources d’énergie
Mientras Europa depende del petróleo y gas de los países ricos en estos recursos, Azerbaiyán depende de las variaciones de precio y volumen de los hidrocarburos, ya que los productos derivados del petróleo constituyen más del 90 por ciento de sus exportaciones. Desde su independencia en 1991, el PBI de Azerbaiyán ha continuado creciendo, con una tasa de crecimiento promedio entre 1996 y 2011 de 11.8 por ciento y que alcanzó un pico de 34.5 por ciento en 2006 [en]. Sin embargo, la caída de 2011 (0.1 por ciento de crecimiento) destacó la fragilidad de un modelo económico basado en un único sector [en], ya que la reducción de ese año en la producción petrolera no logró ser compensada por el crecimiento en otros sectores.
Thierry Mariani [fr] representante de los franceses en el extranjero en la Asamblea Nacional francesa, manifestó lo siguiente en un discurso en 2013:
Afin d'être moins tributaire de ces variations de volumes et de prix des hydrocarbures, l'Azerbaïdjan a engagé un processus ambitieux de diversification de son économie vers des secteurs non pétroliers, comme l'agro-alimentaire, le développement durable, les infrastructures et les hautes technologies. Dans tous ces secteurs, la France dispose d'atouts considérables, qu'elle pourrait utilement développer si elle pariait sur l'essor économique de l'Azerbaïdjan
Entre los sectores que Azerbaiyán busca desarrollar se encuentra el de las tecnologías energéticas [en]. El Departamento de Energía está decidido a invertir $7 mil millones en energías renovables, según lo declaró en 2013. Se busca fomentar la participación de las empresas en el sector mediante exenciones impositivas.
La pericia técnica francesa en la materia, especialmente en lo concerniente al campo de la energía solar y eólica, podría ser de gran ayuda para Azerbaiyán. La estrategia nacional para el desarrollo de energías renovables y alternativas para el período 2012-2020 en Azerbaiyán comprende dos fases: la primera etapa, centrada en el desarrollo de la energía solar y la segunda, en la energía eólica.
Tanto Francia como Azerbaiyán necesitan reducir su dependencia energética – Francia depende del combustible de Rusia y Azerbaiyán de un modelo económico basado en un 90 por ciento en hidrocarburos.
La empresa con sede en Francia, Suez Environnement, anunció recientemente haber firmado un contrato por 22.5 millones de euros ($30.7 millones de dólares norteamericanos) [fr] con la Empresa Nacional de Aguas de Azerbaiyán. El grupo espera llegar aún más lejos y extender la cooperación a ‘otros temas prioritarios tales como la descontaminación de los suelos, en particular de terrenos contaminados con hidrocarburos’, problemáticas ecológicas consideradas graves en Azerbaiyán [fr]. La multinacional francesa Alstom también ganó un contrato de más de 300 millones de euros ($409 millones de dólares norteamericanos) para suministrar 50 trenes cargueros a la empresa de Ferrocarriles de Azerbaiyán.
En vista de la buena predisposición que las autoridades han demostrado en materia energética, nada impide imaginar que se celebren acuerdos similares en el sector de las energías renovables.