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La música que el gobierno brasileño no quiere que escuches

Categorías: Latinoamérica, Brasil, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Música, Política
Girls dance at a baile funk party in Rocinha,  the largest favela in Rio de Janeiro. Photo by Flickr user Balazs Gardi NC-CC-ND 2.0 [1]

Jóvenes bailando en una fiesta funk en Rocinha, la mayor favela de Río de Janeiro. Fotografía del usuario de Flickr Balazs Gardi NC-CC-ND 2.0

En la previa del Mundial de Fútbol en Brasil y acompañados de sonidos de balaceras, los proscritos raperos de funk siguen hablando de lo que el gobierno quiere ocultar: la violencia extrema, la segregación social y el racismo en las favelas.

Si estás en Brasil, es probable que no llegues a escuchar las versiones más explícitas y emblemáticas de estas canciones en la radio. Este género es considerado proibidão (prohibido) en el país y tiene sus orígenes en las barriadas de los cerros de Río de Janeiro, las clásicas favelas.

Las autoridades afirman que las letras del funk prohibido ‘glorifican y elogian la violencia de la droga [2][pt] y las bandas criminales’ de las favelas y que estas canciones sirven para reclutar a nuevos miembros para las pandillas. Los músicos del funk prohibido están en desacuerdo con la visión de las autoridades; dicen que sus letras hablan de la realidad cotidiana que viven en las favelas como forma de protesta.

“Si naciste en una favela y estás ahí para contar lo que pasa en esa comunidad, tienes que tener el orgullo de asumir que estás contando lo que ocurre dentro de esa comunidad”, dice el rapero MC Frank en el documental “Funk is culture – Music Politics in Río de Janeiro [3]” [en]. Frank fue arrestado junto a otros cinco raperos en 2010.

En el pasado, la policía ha utilizado dos artículos [4] [pt] de la ley de ‘delitos contra el orden público’ del código penal para acusar y encarcelar a los raperos. Tanto el artículo 286 (‘apología del crimen o de los criminales’) como el artículo 287 (‘incitación pública al crimen’), implican multas y condenas de cárcel de 3 a 6 meses.

Además de la complicada relación que han tenido los raperos de funk prohibido con la justicia, los bailes, fiestas multitudinarias de funk celebradas en las favelas, también llevan a cuestas una larga historia de criminalización y descriminalización en Río de Janeiro.

El acceso al funk prohibido en Brasil

Es difícil tener acceso a las canciones más explícitas del funk prohibido desde fuera de la favela. Pero eso no quiere decir que sea imposible llegar a ellas. Además de estar en YouTube, algunas canciones tienen versiones «domesticadas» para el público general.

Una versión editada de un clásico del funk prohibido, el Rap das Armas (Rap de las Armas), fue parte de la banda sonora del premiado filme Tropa de Elite. Los sonidos de balaceras fueron eliminados de la versión de la película:

Esta es la versión ‘prohibida’:

La gran redada de 2010

En noviembre de 2010, la policía militar de Río allanó el Complejo Alemão, el espacio de reunión más grande de las favelas, y arrestó a MC Frank, MC Smith y otros tres cantantes de funk, en una de las mayores redadas de los últimos tiempos.

MC Smith in screen shot from film Grosso Calibre [5]

MC Smith en una toma del filme Grosso Calibre

Este episodio dio origen a dos documentales y una película de ficción de gran presupuesto. El documental Grosso Calibre [6] es la versión abreviada del filme Proibidão [7], ambos protagonizados por el rapero MC Smith. Alemão, la película de ficción estrenada hace poco, también contó con la participación del rapero MC Smith, esta vez como actor y consultor. Alemão [8] busca retratar la redada policial del complejo Alemão, ocurrida en noviembre de 2010.

Acerca de su arresto, MC Smith dice: «Fui arrestado por expresar mis ideas». Estuvo detenido por 15 días y se declaró inocente. En el blog Funk Neurótico habló sobre el episodio [9] [pt]:

Tenho uma resposta para isso (para a situação que viveu). Não pagar o mal com o mal. Eu poderia ter me revoltado, virado criminoso, e não foi isso que aconteceu. Enquanto todos estavam me tachando como bandido, eu estava ali como revolucionário. Nelson Mandela precisou ficar 27 anos preso para ser reconhecido. Se um dia for para eu perder minha vida em prol do que eu faço, tudo bem. Eu não estou aqui para ser milionário e nem ser conhecido até os 90 anos. Eu estou aqui para ser história, para virar matéria de escola. Essa é a minha pegada. Eu quero deixar um legado.

Tengo una respuesta para eso [la situación que vivió]. No hay que pagar el mal con mal. Yo podría haber sido un revoltoso, un delincuente, pero no fue así. Mientras todos me tachaban de vándalo, yo estaba ahí como revolucionario. Nelson Mandela tuvo que estar 27 años preso para ser reconocido. Si un día pierdo la vida por hacer lo que hago, está bien. No estoy aquí para hacerme millonario ni para ser famoso hasta los 90 años. Estoy aquí para hacer historia, para que lo que yo haga se enseñe en las escuelas. Ésa es mi misión. Yo quiero dejar un legado

El vínculo entre el funk y las bandas criminales

Por otro lado, el académico y activista Paul Sneed admite que el funk prohibido ha sido utilizado por la banda criminal Comando Vermelho para fortalecer su hegemonía en las favelas [10] [en]. Según él, los miembros de la banda criminal patrocinan bailes y los usan como plataformas para demostrar su poder. Esta banda criminal en específico, dice, también promueve la producción de canciones de rap clandestinas tales como «Bandidos de Cristo», grabando presentaciones en vivo y luego distribuyendo CD piratas de las mismas para propagar sus ideas.

Varias bandas criminales controlan numerosos bailes porque se celebran en las favelas. Pero eso no quiere decir que en los bailes solo se toque funk prohibido. El funk habla de muchos temas, y eso incluye las canciones de funk prohibido, pero no solo eso, por más que los bailes estén financiados por narcotraficantes.

Los inicios del funk en Brasil

El funk estadounidense se comenzó a popularizar en Río en la década de los setenta. Gradualmente desarrolló un estilo brasileño, con letras en portugués, llamado funk carioca [11]. [12] Los bailes que tocaban funk carioca se celebraban en toda la ciudad en los ochenta. En 1992, las autoridades culparon a los fanáticos del funk de una riña masiva ocurrida en la playa de Arpoador, Río de Janeiro, y cerraron los locales de baile. La musica pronto se trasladó a las favelas, lejos del control policial, donde siguió evolucionando hasta convertirse en el funk proibidão o funk prohibido.

Según señala el investigador musical Palombini [13][pt] en el sitio proibidao.org, en los ochenta un cantante de soul llamado Gerson King Combo grabó un sencillo llamado Melô do Mão Branca, donde interpreta a un policía diciendo al teléfono:

Ratatá! Papá! Zim! Catchipum! são sons que você tem que acostumar, essa é a música que toca a orquestra do Mão Branca, botando os bandidos pra dançar

¡Ratatá! ¡Papá! ¡Zim! ¡Catchipum! [son sonido de balaceras en el fondo], son sonidos a los que te tendrás que acostumbrar, esta es la músca de la orquesta de Mão Branca, haciendo a los pandilleros bailar.

Pero fue recién en 1995 que el funk prohibido comenzó a surgir como género, cuando MC Júnior y Leonardo, junto a Cidinho y Doca, popularizaron las canciones con sonidos de ametralladoras, revólveres, rifles y granadas. Todos esos raperos fueron citados a tribunales en esa época.

Los intentos de criminalizar el funk comenzaron con el funk carioca en 1999 y continuaron con su versión prohibida.

Las leyes contra los bailes en Río

Hay una larga historia de leyes para prohibir y proteger los bailes en Río de Janeiro. En 1999 se creó una Comisión Parlamentaria Investigadora [14] [pt] con el fin de indagar sobre el baile funk, que según ellos contribuía a aumentar la violencia, las drogas y el comportamiento desviado de los jóvenes. A partir de esta investigación se creó en el año 2000 la primera ley [15] [pt] que obligó a los administradores de locales de baile a hacerse responsables. Cuatro años después, una ley [16] [pt] del congresista Alessandro Calazans canceló la ley que prohibía las actividades relacionadas con el baile, declarando el baile funk una actividad cultural popular.

En el 2008, una nueva ley  [17][pt] revocó la ley anterior y creó normas más estrictas acerca de los bailes, extendiendo además su acción sobre las raves. Entre las ocho nuevas restricciones estaba el requisito de contratar a una empresa autorizada por la Policía Federal que se encargue de la seguridad interna de los bailes y las raves. En el 2009, esta ley también fue revocada, siendo aprobada una nueva, la ley 5543 [18] [pt] de los congresistas Marcelo Freixo y Paulo Melo, que define al funk como un movimiento musical y cultural de carácter popular, y declara que todos problemas originados en torno a la materia deben ser tratados por los órganos del estado relacionados con la cultura. La ley también prohíbe la discriminación y el prejuicio [19] [pt] social, racial y cultural contra el funk.

Es así que, por el momento, la mayoría de los bailes en Río de Janeiro están a salvo de la ley, pero los raperos de funk prohibido siguen caminando sobre la cuerda floja debido a los delitos contra el orden público, mientras hacen la música en la que ellos creen.

Emilio Domingos [20] y Sheila Holz [21] contribuyeron a este artículo.

Esta historia fue encargada por Freemuse, [22] la defensora de músicos de renombre internacional, y Global Voices [23]para Artsfreedom.org [24]. El artículo puede ser republicado por medios no comerciales, reconociendo a la autora Debora Baldelli [25], a ;Freemuse y Global Voices, y publicando un enlace al original.