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Viento en popa la lucha por excarcelar al prisionero político puertorriqueño Oscar López Rivera

Categorías: Caribe, Latinoamérica, Norteamérica, Estados Unidos, Puerto Rico (E.U.A.), Activismo digital, Buenas noticias, Derechos humanos, Protesta, Relaciones internacionales
El caricaturista Kike Estrada es uno de varios artistas que se ha solidarizado con la lucha por excarcelar a Oscar. Imagen tomada de su página, Planeta Kike. Utilizada con autorización. [1]

El caricaturista Kike Estrada es uno de varios artistas que se ha solidarizado con la lucha por excarcelar a Oscar. Imagen tomada de su página, Planeta Kike [1]. Utilizada con autorización.

La lucha por excarcelar al prisionero político puertorriqueño Oscar López Rivera [2] continúa ganando ímpetu y seguidores. A continuación presentamos algunas iniciativas de las últimas semanas.

El bloguero, poeta y sociólogo Guillermo Rebollo Gil reaccionó a un editorial publicado en junio [3] en el diario de más circulación en Puerto Rico, El Nuevo Día, criticando la manera en que intentaba despolitizar la figura de Oscar, en un escrito para la revista digital 80 grados. El texto del editorial [4] que Rebollo Gil encontró objetable fue el siguiente:

Porque Oscar López Rivera, al margen de su ideología y de sus aspiraciones, es un ciudadano que dedicó dos años de su vida al servicio militar activo, en la guerra de Vietnam, y que se sacrificó duramente por el mismo Estados Unidos que ahora se empeña en mantenerlo aislado, tratando de acallar los reclamos para que lo excarcelen e intentando mantenerlo fuera del foco de la atención mundial.

Rebollo Gil señaló la importancia de que el caso de Oscar no se enmarque meramente como un asunto de interés humanitario y exhortó a que se recuerde por qué es que Oscar es un prisionero político [5]:

Que el Grupo Ferré Rangel, “al margen” de su ideología y sus intereses económicos, interese unirse al reclamo por la excarcelación de Oscar López Rivera, no le da la potestad para despolitizar la figura de Oscar. Su excarcelación no es un mero issue de interés humanitario. Oscar López Rivera es un prisionero político. Preso—es decir, marginado brutalmente—por “su ideología y sus aspiraciones.” Oscar es padre y abuelo y hermano, y escribe cartas preciosas. Es cierto. Son las cartas de un independentista puertorriqueño, injustamente encarcelado cuando era joven y bigotudo y pelú. Hoy es viejo y hermoso. Pero igualmente revolucionario. Sépase.

El poeta Manuel Martínez Maldonado analiza [6] en un artículo para la revista Cruce la injusticia inherente de tener a alguien preso durante tanto tiempo por algo como «conspiración sediciosa», un cargo que históricamente el gobierno estadounidense ha utilizado para cometer abusos contra cualquiera que disienta del discurso del poder:

Es difícil ver, cuando no hay una guerra que represente el famoso “clear and present danger”, cómo abogar por la autonomía o independencia de Puerto Rico puede representar un riesgo a la estabilidad de los Estados Unidos. En el caso particular de Oscar López Rivera, encarcelado en 1981, sin haber sido acusado o convicto de ningún delito de violencia, el cargo de conspiración sediciosa es particularmente difícil de entender. […] ¿Cómo puede ser una amenaza contra el gobierno y sus armas un hombre anónimo y envejecido, no importa lo que diga o lo que piense?

A las afueras de la sede de la Organización de las Naciones Unidas hubo manifestaciones a favor de la excarcelación de Oscar [7] [en] mientras el Comité de Descolonización celebraba su reunión anual. En su ponencia ante el Comité, el cual ha visto el caso de Puerto Rico anualmente desde 1972, Eduardo Villanueva Muñoz, portavoz del Comité Pro Derechos Humanos de Puerto Rico, dedicó su presentación al tema de Oscar [8]:

Oscar López ha cumplido ejemplarmente su rol de ser símbolo de resistencia y lucha para su pueblo. Por eso sus ideales se mantienen vigentes y en mi país hay lucha comunitaria, lucha ambiental, lucha contra el racismo y la discriminación, lucha por mejores empleos y salarios justos, lucha en defensa del idioma vernáculo (el español) y la cultura que nos distingue como nación. Mil años de encierro no pueden servir para destruir esos ideales que son consustanciales a la naturaleza de las naciones, que aunque no tengan soberanía, culturalmente son naciones claramente diferenciables en el concierto de naciones del mundo. Mantener a Oscar López preso no sirve para disuadir a los que creen en sus ideales, al contrario son un estímulo para continuar la lucha y mantener sus ideales vigentes.

Se puede esperar mayor actividad a favor de la excarcelación de Oscar luego de las elecciones del Congreso estadounidense en noviembre, ya que el Presidente Obama, ahora en su último cuatrienio en el poder, podrá tomar más decisiones sin tener que considerar tanto el costo político que pudieran tener. Mientras tanto, millones de personas alrededor del mundo continúan asegurándose de que el caso de Oscar no quede invisibilizado.

*Imagen de portada también de Kike Estrada [9], usada con su permiso.