Sultan Suleimanov habla sobre la última oportunidad de la RuNet

Un último intento de salvar la Web. ¿Tuits de Tiananmen para la RuNet? Imagen compuesta por el autor.

Un último intento de salvar la Web. ¿Tuits de Tiananmen para la RuNet? Imagen compuesta por el autor.

El siguiente texto es la traducción de un artículo de Sultan Suleimanov que se publicó en ruso en la web TJournal el 16 de mayo de 2014. Suleimanov asistió a una reunión en Roscomnadzor, la agencia de censura del gobierno ruso, cuya tarea consiste en aplicar una serie de leyes recientes que limitan la libertad de información en línea. El relato de Suleimanov sobre la reunión, junto con sus comentarios personales sobre la ley rusa de Internet, ofrece una valiosa percepción de las regulaciones de Internet en uno de los rincones más peculiares y de mayor crecimiento de la Red. 

Sultan Suleimanov, TJournal.ru.

«Tenemos una (pequeña) oportunidad», por Sultan Suleimanov [ru]

El 16 de mayo de 2014, mientras toda la RuNet se volvía loca por la amenaza de bloquear Twitter y la llamada [de Dmitri Medvedev] para que los funcionarios pusieran en marcha su cerebro, Roscomnadzor celebró una reunión privada: representantes del sector ruso de Internet y jefes de las agencias discutieron qué puede hacerse con la «ley de blogueros» para convertirla en algo más razonable. Sultan Suleimanov, editor jefe de TJournal, estuvo en esta reunión y ahora quiere pedir ideas a los lectores. 

Bla-bla-bla aburrido, pero importante

Prácticamente todo el mundo sabe qué aporta de nuevo la ley de blogueros. Hay dos cláusulas principales: una preocupa directamente a los blogueros populares (que atraen más de 3000 internautas a diario), y la otra se dirige a los «organizadores de la difusión de información».

La ley obliga a los blogueros del primer grupo a evitar la utilización de palabras obscenas, a publicar solo información verificada, a obedecer las leyes y a revelar su nombre real. Los del segundo grupo deben notificar a la agencia Roscomnadzor el inicio de su actividad y almacenar los datos de los movimientos de sus usuarios durante seis meses, entregando esta información a cualquier agencia estatal que se interese por ella.

A pesar del recelo del sector de Internet, el presidente y ambas cámaras del parlamento ruso apoyaron [ru] la ley, que entrará en vigor el 1 de agosto de 2014. El problema es que nadie entiende cómo van a hacerla funcionar. Si consideramos su aplicación práctica, surgen unas cuantas cuestiones:

1. ¿Cómo se aplica exactamente la ley a los organizadores de la difusión de información? Cualquier web en la que los usuarios puedan dejar comentarios, ¿debe registrarse en Roscomnadzor y mantener archivos de datos de seis meses?

2. ¿Deben notificar su existencia a Roscomnadzor las plataformas y servicios (sí, a las aplicaciones de mensajería también les afecta la ley) que ya están en funcionamiento?

3. ¿Las webs extranjeras entran en la categoría de organizadores de difusión de información? En ese caso, ¿por qué deberían estas webs tener en consideración las exigencias de las autoridades rusas? En caso contrario, ¿cuál es la definición de «extranjero»?

4. ¿Incluye esta categoría los juegos en línea, en los que los usuarios pueden comunicarse entre sí utilizando foros y funciones internas de chat?

5. ¿Cómo se las arreglará el estado para medir la audiencia diaria de los blogueros con el fin de separar a los usuarios con más de 3000 lectores de sus colegas menos populares?

6. ¿Trata la ley como blogs a las comunidades colectivas y cualquier web que «difunda información públicamente»? ¿Y qué hay de las redes sociales en general? ¿Deben vigilar todos y cada uno de los comentarios y afirmaciones de sus usuarios, asegurándose de que nadie utiliza palabras malsonantes ni difunde información sin verificar?

7. ¿Qué pasa si un usuario no quiere identificarse y Roscomnadzor le pide a la plataforma que proporcione datos sobre esa persona? 

Esta no es ni mucho menos una lista completa de preguntas, pero Roscomnadzor no tiene respuestas ni siquiera para estas. El director adjunto de la agencia, Maxim Ksenzov (que protagonizó titulares [ru]), lo admitió en una conversación privada hace unos días.

Aún así, el 9 de junio, el gobierno, Roscomnadzor y el ministerio de Comunicaciones habrán completado 13 ordenanzas que especifican todos los matices de la ley. Por esa razón, el 16 de mayo, los directivos de Roscomnadzor convocaron a representantes del sector de Internet para discutir cómo articular estas regulaciones, con el fin de hacer la ley algo más razonable. El que suscribe representó a nuestra humilde web de noticias, TJournal, que se unió a gigantes como Yandex, Mail.ru, Google y Microsoft.

Esta fue solo la primera reunión, pero los representantes de la agencia ya hicieron públicas varias cláusulas que ahora respaldan. Por ejemplo, dicen que el procedimiento que usarán los blogueros y los organizadores de la difusión de información para colaborar con los registros estatales será simple y totalmente electrónico, sin que haya necesidad de contactar con las agencias fuera de la Red.

¿Qué tipos de webs no se verán afectadas por esta ley y pueden sentirse tranquilas? De momento, la respuesta no está clara. ¿Grupos cerrados en redes sociales? ¿Blogs específicos de múltiples autores, como habrahabr.ru? ¿Enciclopedias de autoría múltiple como Wikipedia? (De hecho, Ksenzov ha propuesto clasificar Wikipedia como un motor de búsqueda, librándole de esta forma de cualquier responsabilidad ante la ley).

En la reunión quedó claro que Roscomnadzor se muestra favorable a clasificar webs extranjeras como organizadores de la difusión de información, aplicándoles la nueva ley, si las plataformas en cuestión «tienen influencia» en los usuarios rusos. Ciertamente, el jefe de la agencia, Aleksandr Zharov, afirmó que no está dispuesto a poner todo Internet «bajo una lupa», y por lo tanto se centrará en trabajar con webs y servicios que tienen 3000 usuarios rusos o más. (No llegué a entender por qué decidió traer a colación los matices de las cláusulas sobre blogueros, pero espero encontrar argumentos sólidos contra sus ideas, o nos arriesgamos a perder acceso a la mitad de la Intenet occidental, algo que permitiría la ley).

Uno de los funcionarios de la agencia indicó el tipo de información que se espera de los propietarios de webs, aplicaciones y blogs incluidos en el registro de Roscomnadzor. Espero que TJournal consiga una copia completa de este documento, pero ya podemos decir que el objetivo final no solo incluye [ru] revelar nombres de dominio, direcciones IP y nombres de propietarios (y en el caso de blogueros, también su dirección real), sino que también se piden especificaciones del diseño (para que las autoridades puedan identificar aplicaciones para teléfonos móviles), e incluso los lenguajes de programación en los que se creó un determinado producto.

Por su parte, el sector tiene sus propias opiniones. La Asociación Rusa de Comunicaciones Electrónicas tiene unas cuantas ideas sobre cómo calcular la audiencia de los blogueros: pueden acatar las decisiones de Roscomnadzor, utilizar contadores existentes, crear algún tipo de medidor específico para el sector, o simplemente trabajar de acuerdo con el principio de «pedir a la plataforma web un informe estadístico». La organización RAEC, que supuestamente representa la RuNet, sugiere recurrir a las dos últimas opciones: un medidor específico para el sector que calcule las visitas diarias a los portales de blogs y webs independientes y pedir a plataformas concretas información sobre páginas de las redes sociales. En principio, Roscomnadzor está de acuerdo.

¡Actuemos!

Una puntualización para comenzar: entiendo que estoy tratando con una agencia estatal, y que lo más probable es que haga oídos sordos a nuestras sugerencias, aunque los medios informarán de que «se discutió con el sector» y que «sus comentarios se han tenido en cuenta». Eso ya ha ocurrido con otros debates sobre leyes anteriores que han despertado mucha expectación.

Permítanme insistir. Al igual que muchos –espero– de los que asistieron a la reunión de Roscomnadzor, fundamentalmente me opongo a la ley sobre los blogueros. Es dañina, innecesaria y no tiene absolutamente nada que ver con la lucha contra el terrorismo (aunque nos la hayan hecho tragar precisamente dentro del «paquete legislativo antiterrorista» tras las bombas de Volgogrado).

Hoy, en la reunión, los representantes de Roscomnadzor repitieron muchas veces la idea de que primero aplicarían la ley «manualmente». Esto significa que incluso dentro del cuerpo regulador del estado hay funcionarios que no creen que se puedan articular claramente todas las reglas del juego, por tanto, es posible que una metafórica espada de Damocles penda sobre todas las plataformas y usuarios más o menos populares, y serán funcionarios los que tomen la decisión en cada caso. El castigo o la clemencia que muestren dependerá del humor que tengan en ese momento.

Aún así tenemos la oportunidad de aprovechar la difícil posición de Roscomnadzor para mitigar algunos de los peores efectos de la aplicación de esa ley. Al final, no puede ir a peor. Gracias al gobierno, la RuNet ya ha tocado fondo.

A finales de mayo, el sector de Internet se reuniría con Roscomnadzor una segunda vez. Estarán esperando sugerencias de nuestra parte, así que hago una llamada a los lectores de TJournal: pensemos. ¿Qué podemos añadir a la ley que, en un sentido amplio, simplifique nuestras vidas?¿Qué pueden hacer por nosotros las agencias estatales e Internet? No prometo citar todos los comentarios textualmente, pero espero que encontraremos algunas sugerencias que pueda usar en la reunión. E incluso es posible que las escuchen (eso, por supuesto, si me vuelven a invitar).

P.D. Por favor, no troleen comentarios como «lo que hay que hacer es cancelar la ley al completo» o «la cabeza de Ksenzov debería estar en una pica». Ya he pensado en todo eso, y no va a funcionar.

Este texto es la traducción completa de un artículo [ru] en ruso de Sultan Suleimanov publicado en la web TJournal el 16 de mayo de 2014.

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