El bombardeo de Israel a Gaza no ha pasado desapercibido en Chile. Representantes de la numerosa comunidad palestina en Chile han estado pidiendo al gobierno que tome una postura más activa en el conflicto israelí-palestino que se sume a la condena que hizo la presidente Michelle Bachelet la semana pasada.
Hasta ahora, 243 palestinos, incluyendo muchas mujeres y niños han muerto y más de 1,500 han resultado heridos desde que el bombardeó comenzó el 8 de julio, de acuerdo al Ministro de Salud de Gaza. En Israel, misiles lanzados desde Gaza que no fueron interceptados por el sistema de defensa aérea Domo de Acero, han herido a varias personas. Un civil isreali murió después de ser alcanzado por fragmentos de bomba cerca de la frontera con Gaza; y un soldado israelí perdió la vida durante las operaciones por tierra que empezaron el 17 de julio.
Chile reconoció a Palestina como un «estado libre, independiente y soberano» el 7 de enero de 2011 y es hogar de la mayor comunidad palestina fuera de Medio Oriente. El número estimado de descendientes palestinos en Chile está en el rango entre 450,000 y 500,000 personas.
Cerca de 1,000 personas protestaron en la capital, Santiago, el 12 de julio bajo la consigna «silencio es complicidad». Dos días después, mientras el número de víctimas palestinas aumentaba, miembros del Congreso, de diversas denominaciones, pidieron acciones concretas por parte del Ministerio del Exterior como la suspensión de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio; la remoción de su embajador en Tel Aviv; y un llamado a condenar a Israel en el Consejo de Seguridad de la ONU donde Chile es actualmente miembro no-permanente.
“Chile tiene que ser un instrumento para la paz, porque desde el momento que reconoció el estado palestino, Chile también reconoció su lucha por ser un estado libre y soberano” dijo el senador Iván Moreira a la prensa.
Por el otro lado, un grupo chileno-israelí de la Cámara de Diputados se reunió con el Ministro del Exterior, Heraldo Muñoz para expresarle su preocupación por los comunicados que haga la Cancillería y para advertir al gobierno que no debe enfocarse solamente en los ataques de Israel sobre Gaza olvidando el rol de Palestina en el conflicto. “Nosotros lo que le hemos pedido a nuestro canciller es que tengamos especial cuidado de no importar el conflicto palestino israelí a nuestro país” dijo el diputado Gabriel Silber. “Hay que tener especial cuidado con que las declaraciones reflejen cierta imparcialidad de lo que ocurre en Medio Oriente.”
Hubo un intercambio de cartas abiertas entre las comunidades judías y palestinas en Chile. Una de las cartas, dirigida a los jóvenes judios en el país y firmada por los líderes de la comunidad chilena-palestina, instó al pueblo judío a pronunciarse en contra del abuso de Israel a los derechos humanos de los palestinos:
[…] No los culpamos porque, quizás, han crecido pensando en que somos sólo un grupo de personas sin rostro y no han tenido la oportunidad de mirarnos cara a cara. […]
Sabemos que ustedes conocen este sentimiento: el sentir que para otros, sus vidas son tan solo un número. Sentir que su pueblo está siendo masacrado y que el mundo, mientras tanto, permanece impávido. Entendemos, como nadie, el dolor que sus antepasados sintieron alguna vez y por lo mismo, es que nos extraña que ustedes, los más jóvenes de la comunidad judía, no estén llevando hoy la bandera de lucha de los derechos humanos con nosotros. […]
En Chile no hay conflicto porque ninguno impide al otro retornar a sus hogares, o controla hacia dónde y cuándo puede viajar, o coloniza sus tierras, o secuestra a sus hijos. Es cierto, debemos mostrar que podemos vivir sin odio y sin ocupación; pero sobre todo, que el camino hacia la paz y la fraternidad no es el sometimiento, sino que la justicia y el reconocimiento mutuo.
Cuatro días después, una carta abierta firmada por la comunidad de jóvenes chileno-judíos respondió:
No recordamos cuándo fue, pero aprendimos a referirnos los unos a los otros como primos. Hoy tenemos el atrevimiento de llamarlos hermanos. Hermanos, no porque compartamos una misma madre, sino porque anhelamos una misma patria.
[…] Nos invitaron a apuntar con el dedo a Israel, atribuyéndole toda la responsabilidad del conflicto sin dejar espacio para el entendimiento mutuo. ¿Esperan que luchemos por los derechos humanos? Por supuesto que lo haremos. Condenaremos directa y enérgicamente la violación de aquellos que se cometan en Medio Oriente o en cualquier otra parte del mundo. Marcharemos con ustedes por la búsqueda de la paz, pero ¿lo harán ustedes? ¿aplicarán a Hamas y la Autoridad Palestina el mismo estándar moral que exigen a Israel? […]
Nosotros, por nuestra parte, estamos dispuestos a tranzar porque tenemos la convicción de que el diálogo y las ansias de vivir en armonía en Medio Oriente son la única forma de terminar el conflicto. […]
[…] Hoy les tendemos la mano, no para que se unan a nuestra causa, sino para que entendamos que la causa de ambos pueblos sólo puede prosperar si es la misma. Los invitamos a caminar juntos, desde Chile, por la paz para Palestina e Israel.