¿Por qué los autores caribeños acusan a la novelista de Trinidad Monique Roffey de ser un «Colón moderno»?

Author Monique Roffey takes a walk around literary Clerkenwell as part of the Free Word Centre's 'FLOW' Festival. Photo by Robert Sharp / English PEN, used under a CC BY-NC-SA 2.0 license.

La autora Monique Roffey pasea en cercanías del literario Clerkenwell como parte del Festival FLOW del Free Word Centre. Foto: Robert Sharp / English PEN, bajo licencia de CC BY-NC-SA 2.0.

La escritora de Trinidad residente en Gran Bretaña, Monique Roffey, debió bajar su página de Facebook* por las críticas feroces que recibió un texto que escribió para el sitio web de la cadena de librerías británica Waterstones. El texto intentaba presentar a nuevos escritores caribeños que, en su mayoría, no son tan conocidos como los escritores a los que Roffey enmarca dentro de «la era dorada de la literatura caribeña»; como por ejemplo, los premios Nobel Derek Walcott y V.S. Naipaul

Pero miembros de la comunidad literaria del Caribe acusaron a la autora de haber descubierto algo que ya se sabía y de no representar a la región con exactitud.

Roffey, quizá más conocida por su novela «The White Woman on the Green Bicycle,» que fue nominada para el Premio Orange en 2010 y el Premio Encore al año siguiente, ha compartido su experiencia con algunos de estos autores, a través de su participación en el grupo CaribLit, que ayuda a escritores caribeños a promover su trabajo y a publicar. Sin embargo, hasta que en 2012 la autora asistió al Bocas LitFest en Puerto España, Trinidad, no se había dado cuenta que esta nueva camada de escritores, en realidad formaba parte de su propia generación:

Fue una experiencia memorable para mí, porque allí, en mi ciudad, pude conocer a muchos escritores caribeños nacidos en las décadas del 1960 y 1970. La mayoría de estos escritores eran mujeres y, aunque parezca increíble, había diferencias en cuanto a la raza, clase social y orientación sexual […] Todos teníamos mucho en común y a la vez eramos muy diferentes; de hecho, nuestras experiencias de vida no tenían nada en común. Pero lo que fue pertinente para mí, a dos años de distancia, fue poder encontrarme con un constelación de escritores de edades similares. Eramos niños nacidos a comienzos de la independencia en la región. Eramos niños de la nueva era, literalmente.

Para Roffey, algunos problemas preexistentes en la región, que vienen de la época de la colonia y la esclavitud, se tornaron más complejos con el tiempo. Hay nuevos desafíos, como por ejemplo, desafíos ambientales, económicos, incluso problemas de identidad que perduran, pero tienen hoy nuevas caras gracias al advenimiento de la televisión por cable, Internet y las redes sociales. Su ensayo tiene como conclusión que esta «nueva generación de escritores caribeños» está más preocupada por explorar este tipo de temas en sus propios términos que en responder a puntos de vista de la metrópoli:

Nuestra generación ya no está escribiéndole al pasado, lo que seguramente me sorprende. Por el contrario, estamos escribiendo para nosotros y, a veces, entre nosotros. No estamos hablando, sino que también discutimos. Además, al preguntarnos cuál es la oferta literaria real y quién puede calificar como un escritor caribeño real y quién no; algunos nos erigimos como gatekeepers o guardianes de la literatura, pese a que muchos estemos muy ocupados escribiendo sobre conceptos tan censuradores como la identidad. En estos días, el escritor del caribe podría ser blanco y de clase media, de piel negra y de clase acomodada o de China, de Siria; podría ser gay o heterosexual, podría vivir en la región o en la diáspora. La nueva ola de escritores se tornó más porosa y diversa en términos de clase social y, por lo tanto, la literatura del Caribe está bien viva, y es variada. Nosotros estamos escribiendo nuestro propio aquí y ahora. 

El poeta y crítico, Vladimir Lucien calificó al texto de Roffey como «ahistórico» al argumentar que la escritora calificó erróneamente como nuevos, ciertos temas de la escritura caribeña que no lo eran en realidad. «Ella ahora es la corresponsal británica para el Caribe, el lazo caribeño con un mundo ancho en recursos y oportunidades; ella es la que sabe cuál es ‘la verdad’ sobre la escritura del Caribe. Sin embargo, no es una  guardiana de la literatura, en absoluto», Lucien escribió:

La ignorancia de Roffey plantea la cuestión de que está tratando de huir de la pregunta sobre ¿qué caracteriza a un escritor caribeño? Ésto no es un intento de seleccionar o discriminar, sino de crear un sentido por el cual pueda discernirse interacciones engañosas y superficiales del Caribe, a partir de preocupaciones muy arraigadas y compromisos profundos con la sociedad. ¿El hecho de haber nacido o crecido en el Caribe o en la región significa que eres un escritor caribeño? La pregunta es importante, sin embargo, en algunos círculos se ha caricaturizado por coalescencia, con una perversión que no estoy seguro que exista, de la forma que Roffey afirma: la idea de clasificar o discriminar.

Algunos de los comentarios de la nota en Watersones, incluso la que hace referencia al rol de guardián de la literatura caribeña, fueron posteriormente eliminados y pudo verse una nota del editor planteando que el artículo fue modificado el 24 de julio de 2014 a pedido de la autora. Lucien se refirió a estos cambios en una nueva publicación propia de blog.

En The Eternal Pantomime, una emergente escritora de Trinidad, Rhoda Bharath, comparó el texto de Roffey con la apropiación cultural: 

Parece algo coloneano, haber descubierto algo que ya estaba allí antes y que estuvo de moda en el 1400 y es AÚN mucho más que algo; además, el hecho de que los europeos/caucásicos que ‘descubren’ y se apropian de la cultura de los Otros (sea para aumentar su ego o por alguna ganancia mayor), no es algo que esté a punto de desaparecer en el corto plazo […]

Pese a haber logrado la independencia en toda la región  (o en su mayoría), encabezando revoluciones y derrocando regímenes dictatoriales, no podemos quedarnos solos para vadear nuestros problemas y desarrollar nuestro espacio, sin los condimentos agregados por la sentencia de las comparaciones con el primer mundo, que no tienen en cuenta cuestiones del contexto y, peor aún, el rol que tuvo su influencia en nuestros defectos.  

La discusión se calentó más en Facebook; al principio, Roffey participó del debate, pero luego decidió bajar su página de Facebook. Ha habido cierto debate en torno al argumento que plantea que la literatura del Caribe se degeneró en una disputa personal. Annie Paul, una blogger que reside en Jamaica señaló:

Cuándo un escritor es un escritor del Caribe, fue un debate que se extendió por un tiempo en el mes de mayo en Facebook y  parece haber generado una respuesta crítica y aguda. Lucien lleva la discusión a un territorio que no está muy explorado. La pregunta sobre ‘quién tiene el derecho de auto proclamarse un escritor del Caribe’ apareció en la discusión original en Facebook y permanece aun convincente. ¿Tienen los escritores caribeños la responsabilidad de representar el corpus de la escritura de la región? ¿Pueden hacerlo con una profundidad que nace de un compromiso serio y la investigación? Estas son algunas de las preguntas adicionales que el autor realiza.

Sin impresionarse con su prosa y estilo el usuario de Facebook Nadge Frank Agustin, sintió que Roffey tuvo éxito en llegar a su audiencia:

Cuando Roffey dice, ‘Nuestra generación ya no está escribiéndole al pasado, algo que seguramente me sorprende…’, ¿qué se viene a la mente? Hasta donde llega mi información (la web, donde se publicó el artículo), pensaría que la respuesta fue obvia: el lector – consumidor británico del artículo. 

Augustin simplemente no vio cómo se podría evitar sonar como si estuvieran presentando a la audiencia algo nuevo, si, de hecho, es lo que estás haciendo:

¿La autora es una descubridora de lo descubierto? ¿Quién, en esa posición, no hubiera sonado igual? ¿Quién de nosotros, si hubiésemos intentado promocionar la literatura caribeña a un grupo de vietnamitas, alemanes sudafricanos… no hubiésemos sonado como si ofreciéramos algo ‘nuevo'? Francamente creo que ella hizo un buen trabajo presentando un torbellino de nombres a una audiencia no especializada que ahora tendrá la posibilidad de descubrir a escritores caribeños contemporáneos. En el mundo de los negocios, creo que se llama publicitar.

*La pagina de Facebook de la autora tiene una copia de seguridad, se informó.

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