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Colombia: Ola de solidaridad entre cibernautas por desalojo de violinista en metro de Medellín

Categorías: Latinoamérica, Colombia, Medios ciudadanos, Respuesta humanitaria
Foto en Flickr del usuario Omar Uran (CC BY 2.0) .

Estación del Metro de Medellín. Foto en Flickr del usuario Omar Uran [1] (CC BY 2.0).

El Metro de Medellín [2], el sistema masivo de transporte de la ciudad, se ha visto envuelto en un profundo debate luego de conocerse el video del desalojo de un joven que tocaba el violín en uno de sus vagones. En el archivo compartido por el usuario Inmigrantete [3], se puede observar que cuando la policía trata de desalojar al violinista, vino un enfrentamiento físico:

Cinco días después, funcionarios de los metro evacuaron [4] una estación entera, en respuesta a otra manifestación musical a bordo de un tren en movimiento.

A través de su cuenta oficial en Twitter, la Administración Municipal de Medellín publicó:

De otro lado, los usuarios llegaron a calificar de fascista la denominada «Cultura Metro», como se conoce al conjunto de normas del sistema, aunque algunos apoyan la reacción de los policías que custodian la salida del músico de uno de los vagones. Por ejemplo, Rosa Moreno (@ismne2 [7]) expresa:

La palabra facha deriva de fascista, y se usa para calificar de manera despectiva a personas de de ideología muy conservadora.

El tuitero Santiago Villegas invita a analizar todos las aristas de lo sucedido:

El 13 de agosto, 11 personas se pararon bordo de uno de los trenes para leer poesía. Las autoridades del Metro respondieron [10] a esta manifestación silenciosa con la evacuación del tren y detuvieron el tránsito en la estación.

Sergio Restrepo informó en línea:

El escritor Héctor Abad Faciolince [13] escribió en su blog [14] sobre otro incidente que también revela los excesos de las reglas de conducta del Metro:

Tengo un amigo que iba en el metro de Medellín con una niña de brazos. Durante el viaje el bebé empezó a llorar, seguramente de hambre, y este amigo sacó el tetero que había preparado en la casa, para que se calmara. El bebé empezó a chupar. Casi de inmediato llegó un auxiliar de seguridad del metro y le advirtió con el índice: “En el metro de Medellín está prohibido comer”. Si no es porque la gente del vagón protesta, lo habrían obligado a quitarle el biberón al niño o a bajarse del tren. Así es la rigidez ridícula del metro de Medellín. Me imagino qué hubiera pasado si la esposa de este amigo hubiera sacado no el tetero sino la teta: quién dijo miedo. Además de alimentación, escándalo en lugar público, o mejor dicho, en el impoluto sistema metro de Medellín.

El periódico El Tiempo también se refirió [15] al desalojo del violinista, y como conclusión de su nota agregó:

La empresa le recordó a los diferentes colectivos de artistas de la ciudad que cualquier manifestación cultural debe ser concertada previamente, pues de contrario se incumple la norma y el reglamento del usuario.

La usuaria Laura Cartagena instó a los usuarios a una acción colectiva:

La autora Cati Restrepo no tiene ninguna relación de parentesco con el tuitero Sergio Restrepo.