Ébola: Retenida en la frontera Camerún/Nigeria por más de 40 horas

El 19 de agosto 2014 la República de Camerún cerró su frontera con Nigeria para tratar de detener los riesgos de progresión del virus ébola. Sin embargo el gobierno ha tomado esta decisión sin tener en cuenta los miles de viajeros – en su mayoría ciudadanos cameruneses y nigerianos residentes en Camerún – atrapados en el lado incorrecto de la frontera. Como consecuencia muchos de estos viajeros terminaron atrapados en la frontera Camerún/Nigeria durante días, en pésimas condiciones, mientras esperaban ser examinados para detectar el virus ébola antes de ser autorizados para entrar en Camerún.

El blog de Batuo publica la narración en primera persona de Patricia Temeching, una de las viajeras retenida en la frontera de Camerún/Nigeria por mas de 40 horas:

I go through Nigerian security checks and my passport is grudgingly returned to me. I walk across the bridge. The Cameroonian side of the bridge is crowded, as is the police/customs post that is perched three meters away from the end of the bridge… When I inquire why there are so many people on the bridge a miserable-looking woman replies, “We are waiting for the medical team to screen us for Ebola before we can go into Cameroon…»
‘How long have you been waiting?’ I ask.
“Fifteen hours. I came yesterday just after the medical team had left.”
I join the throng of people on the bridge and we wait and wait. Hunger and anger consume me. All I have in my travelling bag are a few clothes and my academic papers. By evening more and more people have joined us and we are all crowded on the bridge and in the small police post building, where we spend the night on our feet. The stench of urine and faeces emanating from the back of the building combines with the unhealthy sweat from two hundred unwashed bodies and leaves a nauseating sickening feeling in the air.
In the morning we receive information that the medical team will arrive soon. We are all looking forward to it. By noon nothing has happened…
This afternoon, after I have spent 24 hours at the border post, we are allowed to trek to Ekok town. It is a trek an Ebola patient will certainly not survive. We pay boys to carry our bags. When we reach Ekok town we are bundled into an empty building with no lights, no toilet facilities and no beds. This it to be our accommodation until the medical team arrives. Finally the “medical team” arrives. It is the doctor from Eyumojock. We go through the “screening”. This is how it happens: Eau de Javel [bleach] is poured into water. We file in and wash our hands. We also wash our mouths. Then you are cleared.
Once I am cleared (at 10 p.m.), I leave the ‘quarantine’ building and go to look for a hotel. I find a run-down inn and finally crawl into a sorry-looking bed with tired sheets. After spending forty hours on my feet this bed feels like a king’s bed. I sleep the sleep of the dead.
This is my greatest worry: What if one person among us (two hundred travellers) actually came with Ebola from Nigeria? The chances are we might all have become contaminated in the past fifty hours from being held promiscuously together, and we would now be taking the virus to two hundred different Cameroonian families.

Paso por el control de seguridad nigeriano y mi pasaporte me es entregado a regañadientes. Atravieso el puente. El lado camerunés del puente está lleno de gente así como el puesto de policía de aduanas que está instalado tres metros mas allá del fin del puente.… Cuando pregunto porque hay tanta gente en el puente una mujer muy cansada responde, “Estamos esperando por el equipo médico para que detecte si tenemos ébola antes de poder entrar en Camerún…»
Le pregunto ¿‘Hace cuanto tiempo que usted espera’?. “Quince horas. Llegué ayer justo después que el equipo médico se fue.”
Me junto a la gente en el puente y esperamos y esperamos. El hambre y la rabia me consumen. Todo lo que tengo en mi maletín de viaje son unas pocas vestimentas y mis documentos académicos. Al atardecer más y más gente se une a nosotros y estamos todos apiñados en el puente y en el pequeño puesto de la policía donde pasamos la noche de pie. La fetidez de la orina y de los excrementos que sale de la parte de atrás del edificio combinado con la transpiración de los doscientos cuerpos sin lavarse dejan un olor nauseabundo en el aire.
En la mañana recibimos información que el equipo médico llegará pronto. Todos los estamos esperando. A medio día no ha pasado nada …
Esta tarde luego de haber esperado 24 horas en la frontera nos permiten caminar hasta el poblado de Ekok. Es una caminata a la que cualquier paciente de ébola no sobrevivirá. Pagamos a jóvenes para que lleven nuestras pertenencias. Cuando llegamos a Ekok estamos apiñados en un edifico vacío sin luz, sin baños y sin camas. Este era nuestro lugar para estar hasta que llegara el equipo médico. Finalmente el »equipo médico» llega. Está formado por un médico, el doctor de Eyumojock. Nos sometemos al »examen». Es así: Lejía [blanqueador] diluida en agua. Nos ponemos en fila y lavamos nuestras manos. Lavamos también nuestra boca. Luego de ello usted es liberado.
Una vez liberada (a las 10 p.m.) salgo del edificio de la ‘cuarentena’ y voy a buscar un hotel. Encuentro un albergue simple y finalmente me instalo en una cama de no muy buen aspecto con sábanas cansadas. Luego de pasar catorce horas de pie esta cama me parece la cama de un rey. Duermo el sueño de los muertos.
He aquí mi gran preocupación: ¿Qué pasará si una persona entre nosotros (doscientos viajeros) pasa de Nigeria con ébola? Las probabilidades que todos estemos contaminados luego de haber pasado cincuenta horas retenidos y juntos son altas y podríamos ahora llevar el virus a las doscientas diferentes familias camerunesas.

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