Para los soldados rusos en Ucrania, el teléfono celular podría ser tan poderoso como una espada

The other weapons at work. Images edited by Kevin Rothrock.

Las otras armas en el trabajo. Las imágenes fueron editadas por Kevin Rothrock.

Los soldados rusos están combatiendo las tropas «anti terroristas» de Ucrania en el este de ese país. Funcionarios de Kiev dicen que ésto es en esencia una invasión rusa a Ucrania. En Moscú, el Kremlin dice que sus soldados, ahora cerca de Donetsk y Luhansk son en realidad «voluntarios» luchando junto con los separatistas mientras no están de servicio. Incluso, ahora el noticiero nocturno  reconoce la muerte en combate de los héroes «altruistas» del país, que se supone fueron corriendo a la guerra, incluso sin dar aviso a sus mujeres o madres.

El Gobierno ruso ha hecho todo lo posible para controlar la información pública sobre la actividad de sus tropas en Ucrania. Nadie, sin embargo, ha desafiado tanto el monopolio de la inteligencia militar del Kremlin como sus propios soldados, que como la mayoría de los jóvenes en Rusia, son ávidos usuarios de las redes sociales. Ya sea por los bombardeos encubiertos a objetivos dentro de Ucrania o incluso las incursiones secretas dentro de ese territorio, los soldados rusos han accionado repetidamente la opción «eliminar mensaje» luego de haber difundido evidencia de las intervenciones ilegales o, lo que es peor, no habiendo publicado absolutamente nada, lo que sugiere que fueron capturados o muertos en combate.

A pesar de que las reglas lo prohibían, muchos soldados rusos llevaron al frente teléfonos celulares con conexión a internet, que luego utilizaron para actualizar sus cuentas en Vkontakte, la red social más popular de Rusia. En julio pasado, luego del primer escándalo del ejército en Vkontakte, los representantes de la Duma crearon una ley para prohibir «selfies» en la fuerza.

Hace algunos días, RuNet descubrió una nueva razón para reírse de este fenómeno: una foto de más de 12 celulares clavados a un tablero de madera. La foto, titulada «Había una vez en el ejército» apareció publicada en Vkontatkela, en la cuenta de Aleksandr Kupin, un joven de 19 años que vive en San Petesburgo. La foto de Kupin, con tan solo 19 «likes», motivó la intervención en Twitter de Ruslan Leviev, un bloguero liberal ruso, que se opone a la intervención de su país en Ucrania:

Miren como el Ministerio de Defensa ruso decidió tomar ciertas medidas. :)

Por su parte, Kupin le dijo a RuNet que no fue él realmente quién tomó la fotografía. «fue una broma, por supuesto, ya que nadie  [en el ejército] tiene el derecho de destruir la propiedad privada de los cadetes”. Kupin también aclaró que la foto no era suya —un amigo se la envió y él solo la volvió a publicar por diversión. “Solo no comiencen a preocuparse», pidió Kupin. “Díganles que todo el mundo en la fuerza está feliz”, indicó, haciendo el gesto del pulgar para arriba.

Parece que Kupin está diciendo la verdad sobre la foto. En la imagen, los teléfonos que están clavados al tablero son bastante anticuados y la foto apareció al menos cinco días antes en la página pinterest.com con el subtítulo “¡quienes alguna vez sirvieron en el ejército se encontraron con ésto!” La autora de esta ocurrencia vive en Kiev y se llama Tamara Gurzuff, una bloguera que se opone con firmeza a Rusia en Facebook y Twitter.

Lo que Kupin insinuaba es que nadie en el ejército ruso está intentando restringir el acceso de los soldados al mundo exterior, sin embargo, esto no cuadra con muchas otras cuentas. De hecho, hace tan solo unas semanas, una entrevista a Novaya Gazeta describió cómo las esposas y las madres de los soldados escondían teléfonos celulares en las valijas de los reclutas, en un intento desesperado de que se mantengan en contacto. “Les están sacando los teléfonos (por una orden superior) porque [los ucranianos] podrían identificar el número de tropas a través de estos dispositivos”, indicó la mujer de un paracaidista a mediados de agosto pasado, refiriéndose a lo que le había comentado su propio marido.

En otras palabras, el auge de las primicias en las redes sociales desde el interior de la máquina militar rusa puede haber terminado. Por supuesto, algunos soldados aún se las arreglarán para esconder los celulares durante las inspecciones. Lo que estos pocos astutos podrán hacer con sus cámaras y sus teclados… es algo que nadie puede adivinar.

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