El primer ministro malayo Najib Abdul Razak prometió en las elecciones de 2012 que su Gobierno revocaría la Ley contra la Sedición de 1948, ley del período colonial que se ha empleado para silenciar las críticas del Gobierno. Dos años más tarde, la ley sigue en vigor y las autoridades continúan utilizándola contra la oposición política.
En las últimas semanas, numerosas personas han sido acusadas en los juzgados por infringir la Ley contra la Sedición. Desde el 19 de agosto se han llevado a cabo diez arrestos en un periodo de 26 días. Los acusados de realizar comentarios críticos incluían abogados, periodistas, predicadores e incluso académicos.
Ding Jo-Ann explicó en The Nut Graph el abuso cometido en el pasado con las disposiciones tan amplias e imprecisas de la Ley contra la Sedición para presionar a los activistas y a los críticos del partido gobernante:
It is a crime to excite disaffection against the government, or the administration of justice, or even just to raise “discontent or disaffection” amongst the inhabitants of Malaysia. It contains broad offences such as promoting “feelings of ill will and hostility between different races or classes”.
The repeal of this Act is certainly desirable given its antiquated nature and perceived abuse in the selective prosecution of government critics.
Se considera delito fomentar el descontento contra el Gobierno o la Administración de Justicia, o incluso aumentar “la indignación o el descontento” entre los habitantes de Malasia. La ley incluye delitos como el fomento de “sentimientos de enemistad y hostilidad entre distintas razas y clases”.
Es realmente necesario revocar esta ley dada su antigüedad y el abuso que se ha observado a la hora de procesar a los críticos del Gobierno.
Unas 129 organizaciones de la sociedad civil, preocupadas por el repentino aumento de los arrestos por sedición, se unieron y exigieron la abolición inmediata de la ley “arcaica”. Publicaron una declaración y una petición en línea para exigir que se archivasen los casos de sedición abiertos contra individuos que simplemente estaban dando su opinión sobre las políticas del Gobierno:
No one should be criminalized for expressing his or her opinion, no matter how his or her opinions may differ from the government's, as long as he or she is not advocating violence or religious or racial hatred.
Nadie debería ser juzgado por expresar su opinión, sin importar que sus opiniones puedan ser distintas a las del Gobierno, siempre y cuando no se fomente la violencia o el odio por religión o raza.
Unos 300 académicos firmaron una declaración para apoyar a un investigador de Derecho acusado de sedición por hacer comentarios sobre la crisis política que tuvo lugar en 2009. El presunto comentario “sedicioso” que hizo el investigador se citó en una noticia. “¿No se está impidiendo conseguir el objetivo de su trabajo y, de hecho, el de miles de académicos de un sistema universitario mundial si se le juzga sumariamente por hacer su trabajo como académico?”, decía la declaración.
Los activistas están utilizando la etiqueta de Twitter #MansuhAktaHasutan (Abolir la Ley contra la Sedición) para animar a la gente a cantar, a bailar y a participar para revocar la ley.
Good one! RT @KPUM79 Our infographic on how you can possibly get charged under the Sedition Act. #MansuhAktaHasutan pic.twitter.com/PZJFQGPDIz
— Gayathry V (@gayathry) September 13, 2014
¡Muy bueno!RT @KPUM79 Esta es nuestra infografía sobre cómo pueden acusarte según la Ley contra la Sedición.
Ramon Navaratnam, presidente del Centro de Estudios de Políticas Públicas del Instituto Asiático de Estrategia y Liderazgo (ASLI, por sus siglas en inglés), recordó al Gobierno que la Ley contra la Sedición no está ayudando a Malasia:
We have been urged to think out of the box, innovate and give feedback to the government and to help transform the economy and indeed our beloved country.
But how will this structural change be possible if honest dialogue is apparently stifled by the heavy handed use of the powerful Sedition Act?
Nos han insistido en que tenemos que pensar de manera diferente, innovar y dar nuestra opinión al Gobierno, además de ayudar a transformar la economía y nuestro querido país.
Pero ¿cómo va a ser posible este cambio estructural si se reprimen los comentarios honestos debido al abuso de la poderosa Ley contra la Sedición?
Es la “temporada de sedición”, escribió K Kabilan al indicar el gran número de arrestos llevados a cabo por la policía durante el mes pasado:
This is the season where one wrong word can land you in trouble, never mind if you had uttered your allegedly seditious words three years ago, or had only been putting your educated thoughts in writing. As long as it offends someone in power, you look certain to be in trouble.
Es la temporada en la que una palabra incorrecta puede acarrearte problemas, sin que se tenga en cuenta si dijiste esas presuntas palabras sediciosas hace tres años o si dejaste por escrito tu opinión. Siempre y cuando ofenda a alguien que está en el poder, seguramente tendrás problemas.
La sección juvenil del partido socialista de Malasia acusó al primer ministro Najib de ser un “rey de la sedición”. El grupo también advirtió a Najib que la represión judicial fomentará la resistencia del pueblo:
These people (who have been arrested or charged under the Sedition Act) are not thieves, robbers, nor murderers, they merely spoke up.
The government has forgotten that this is an old tactic to frighten the people, especially the youth and the students, (but) the more oppressive they get, the more people would come forward to speak up.
Estas personas (que fueron arrestadas o acusadas por la Ley contra la Sedición) no son ladronas ni asesinas. Simplemente dijeron lo que pensaban.
El Gobierno ha olvidado que esta es una vieja táctica para asustar a la gente, especialmente a los jóvenes y estudiantes, pero cuanto más opresivos sean, más gente se atreverá a hablar.
Pero ¿qué es lo que provocó que las autoridades llevaran a cabo arrestos en las últimas semanas? Nathaniel Tan cree que se debe a la próxima asamblea del partido gobernante: “Sinceramente dudo que el número de comentarios ´sediciosos´ haya aumentado en las últimas semanas o los últimos meses. Más bien se trata de que la Asamblea General de la Organización Nacional de Malayos Unidos (UMNO, por sus siglas en inglés) se está aproximando”.
UMNO, el partido político más grande del país, nunca ha perdido las elecciones en Malasia. Algunos de los miembros más extremistas del UMNO han estado criticando el liderazgo del primer ministro y se han mostrado reservados con respecto a la decisión del Gobierno de abolir la Ley contra la Sedición.
Como alternativa a la Ley contra la Sedición, algunos eruditos del Gobierno proponen aprobar un Proyecto de Ley de Armonía Nacional, uno de Unidad Nacional y otro de la Comisión de Unidad Nacional e Integración. El Gobierno prometió pedir más opiniones sobre estas propuestas, pero los grupos de derechos humanos están preocupados ya que algunas de estas medidas no harían más que revivir las “severas” disposiciones de la ley.
Los malayos celebran el Día de Malasia esta semana y quizás el Gobierno pueda aprovechar esta ocasión para restablecer su compromiso y fomentar la democracia y los derechos humanos. El primer ministro Najib puede hacer una declaración firme cumpliendo su promesa de abolir la Ley contra la Sedición.