La Junta militar de Tailandia consolidó su poder con una Constitución antidemocrática

Infografía de Prachatai

Infografía de Prachatai

El Gobierno militar de Tailandia, conocido como Consejo Nacional para la Paz y el Orden (CNPO), promulgó una constitución provisional para reafirmar las reformas democráticas en el país, sin embargo, los detractores de esta Acta Constitutiva han señalado que está diseñada para perpetuar la dictadura militar.

Como se puede observar en la infografía anterior que ha sido publicada por el periódico online independiente Prachatai, la Constitución exige la creación de varios Consejos para el gobierno del país: la Asamblea Legislativa Nacional (220 miembros), el Consejo Nacional de Reformas (250 miembros), el Comité para la Redacción de la Constitución (36 miembros) y el CNPO. El CNPO, o los altos mandos militares, serán los encargados de elegir a los miembros de estos Consejos. Mientras que el primer ministro y el consejo de ministros (35 ministros) serán elegidos por la Asamblea Legislativa.

El rey Bhumibol Adulyadej ya ha mostrado su apoyo a la Constitución, lo cual ha dado un gran impulso a la legitimidad del Gobierno militar, debido a que el rey es la figura pública más venerada en Tailandia.

El líder de la Junta, el general Prayuth, recibiendo esta tarde la aprobación real de la Constitución por parte de S.M.

Tras el golpe de Estado del 22 de mayo de 2014 con el que el Real Ejército Tailandés pretendía poner fin a los violentos conflictos entre las principales fuerzas políticas del país, el Ejército prometió llevar a cabo reformas políticas y electorales antes de ceder de nuevo el poder al Gobierno civil.

La redacción de una nueva Constitución parecía indicar que el país se encontraba en una transición hacia un Gobierno civil. Sin embargo, los 48 artículos del documento parecen indicar que los militares mantendrán una importante influencia en el nuevo Gobierno.

El grupo Ciudadanos Tailandeses Contra la Dictadura describía este documento como la «Constitución más antidemocrática de los últimos 50 años» en Tailandia. Además, se preguntan por qué la Constitución no se aprueba mediante un referéndum:

La población se verá obligada a regirse por una Constitución que perpetúa el autoritarismo de la Junta. Es algo abominable porque lo hacen con el nombre de «reforma» para construir una mejor democracia.

El especialista en Derecho Khemthong Tonsakulrungruang criticó los “rasgos no democráticos» de la Constitución:

El redactor requería que la nueva Constitución fuese «democrática, pero compatible con el contexto tailandés». Pero, ¿qué significa el contexto tailandés? ¿Vamos a construir una versión de la democracia hipócrita, moralmente surrealista, ultranacionalista y estrictamente jerárquica? La nueva jerga legal permite que la nueva Constitución contenga rasgos no democráticos con la excusa de incluir rasgos tailandeses.

La Constitución ha impuesto varias restricciones a la hora de seleccionar a los miembros de la Asamblea Legislativa. Por ejemplo, si una persona ha pertenecido a un partido político en los últimos tres años, no podrá formar parte del Consejo. Khaosod English, un periódico tailandés, advertía que esta medida permitirá que los militares y sus aliados dominen el Gobierno provisional:

Si todas las figuras activas en la polítca de los últimos años se quedan fuera desde el principio, es casi seguro que el Gobierno provisional estará dominado por los militares y sus aliados.

El presidente del Partido Democrático y exprimer ministro, Abhisit Vejjajiva, cuestionaba el artículo 44 de la Constitución, el cual autoriza al CNPO a intervenir en casi todos los aspectos del gobierno:

El artículo 44 indica claramente que las decisiones del CNPO tienen efecto vinculante en los aspectos judiciales y legislativos, sin dejar espacio a objeciones o escrutinio, lo cual significa que pueden promulgar una ley o anular una sentencia judicial.

Human Rights Watch denominó a la Constitución como una «Acta Constitutiva que ampara la dictadura» ya que otorga plenos poderes al CNPO.

En contra de estas críticas, el líder de la Junta tailandesa y jefe del Ejército, el general Prayuth Chan-ocha, justificaba el rol de los militares como un instrumento para reforzar la democracia del país: «Mientras que el poder se utilice para hacer el bien, no hay necesidad de preocuparse».

Tras la promulgación de la Constitución, el CNPO nombró a varios miembros de la Asamblea Legislativa. Además, se han iniciado debates acerca de las reformas que se deberán llevar a cabo en Tailandia en los próximos meses. Pero incluso, con estas iniciativas, todavía quedan muchos retos y obstáculos a superar para que Tailandia pueda recuperar su democracia.

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