Desde su llegada al poder a fines de 2012, el presidente mexicano Enrique Peña Nieto ha tratado la imagen de un país que avanza. El gobierno ha logrado promulgar reformas estructurales con el apoyo de la oposición. Sin embargo, la crisis de seguridad que se ha colocado de nuevo en la agenda pública a raíz de la desaparición de 43 estudiantes en el estado de Guerrero ha puesto en entredicho la estrategia gubernamental y la seriedad de la comunidad internacional ante el abuso de los derechos humanos.
Miguel Guevara, colaborador de Global Voices, publicó en el blog del Harvard Kennedy School Review un artículo titulado La soledad de México: Nuestra guerra contra las drogas no ha terminado:
Today, high-ranking US officials have not voiced concerns over the deteriorating events in Mexico since September 26th. The US response to human rights violations around the globe – including the recent events in Iguala – should be unambiguous and consistent. Silence is tantamount to complicity.
Hoy, altos funcionarios estadounidenses no han expresado preocupación por los graves acontecimientos en México desde el 26 de septiembre. La respuesta de Estados Unidos a violaciones de derechos humanos en todo el planeta –incluidos los hechos recientes en Iguala– deberían ser inequívocos y consistentes. El silencio equivale a la complicidad.