Siempre recelosos de los «movimientos pro-democracia», los medios de comunicación controlados por el Estado de Rusia no tardaron en describir las protestas en Hong Kong como una revolución de color orquestada por EE.UU. RIA Novosti dijo que el exsubsecretario de Defensa de EE.UU., Paul Wolfowitz, “uno de los autores de un informe sobre la amenaza soviética”, ha tenido que ver en la desestabilización de China. Channel One especuló que Washington intentó castigar a Pekín por negarse a ponerse en contra de Rusia en el conflicto de Ucrania.
Sin duda, la tecnología norteamericana jugó un papel importante en la convulsión que se vivió en Hong Kong. Al principio, los manifestantes pro-democracia utilizaban Instagram para dar a conocer sus acciones y coordinar la protesta. Mientras decenas de miles de personas se echaron a las calles para exigir elecciones más libres, aumentaron las preocupaciones por la obstrucción de las redes de telefonía móvil. Después de que se bloqueara el acceso a Instagram en China continental, se extendió el temor de que las autoridades de Hong Kong pudieran cerrar deliberadamente redes de datos que permiten a los usuarios de dispositivos móviles conectarse a servicios de mensajería como Instagram, Twitter y Facebook.
Miles de personas en Hong Kong recurrieron a una aplicación llamada FireChat, la cual puede usar Bluetooth para permitir la comunicación entre dispositivos iOS y Android que ni siquiera están conectados a Internet. La función «sin conexión» de FireChat solo funciona cuando los usuarios no se hallan muy lejos entre ellos, obstáculo relativamente fácil de superar para los manifestantes que se unieron en plazas públicas para resistir a la policía. A pesar de las inquietudes por la privacidad, la aplicación ya causó sensación en Irán e Iraq a principios de este año.
Al igual que otros servicios en línea, Open Garden, la empresa matriz de FireChat, se ubica en San Francisco. Desde el punto de vista ruso, una de las características de Open Garden que lo diferencia de sus competidores es que el cofundador y director de tecnología (CTO) es Stanislav Shalunov, oriundo de Moscú y graduado del departamento de Mecánica y Matemáticas de la Universidad Estatal de Moscú. Shalunov, ahora ciudadano estadounidense, le dijo a RuNet Echo que FireChat “no es tecnología rusa” aunque todavía valora la educación que recibió en Moscú en la década de 1990.
Sus raíces moscovitas no han pasado desapercibidas en los medios de comunicación rusos, algunos de los cuales informaron de cómo “un sistema de mensajería de un graduado en Mecánica y Matemáticas por la Universidad Estatal de Moscú se ha convertido en el instrumento de protesta en Hong Kong.” Dada la opinión popular en Rusia de que los Estados Unidos estaban dirigiendo las manifestaciones pro-democracia en Hong Kong, la relación de FireChat con Rusia resultó incómoda para la prensa pro-Kremlin: donde Instagram falló, el invento de un matemático moscovita ayudó a las protestas cívicas más dramáticas desde la Plaza de Tiananmén.
En una conversación telefónica con RuNet Echo, Shalunov dijo que FireChat es ante todo “una herramienta para la comunicación, no para la revolución.” No obstante, es totalmente consciente de que la capacidad de la aplicación para superar la congestión de datos en la red (o la ausencia de una conexión de datos) la convierte en una herramienta poderosa a manos de los manifestantes. En una mezcla de manifiesto y autopromoción, Shalunov tuiteó el 30 de setiembre:
The tools of the revolution are glasses, respirator, and #FireChat.
— Stanislav Shalunov (@shalunov) September 30, 2014
Los instrumentos de la revolución son los lentes, el respirador y FireChat.
Dado que FireChat implica el “intercambio de información entre usuarios de Internet”, en teoría el servicio estará sujeto a la nueva normativa de almacenamiento de datos de Rusia, que requiere que dichos servicios en línea almacenen todos los datos de usuario en servidores situados en la Federación de Rusia. Shalunov dice que los datos de usuario de FireChat se almacenan actualmente en servidores de Estados Unidos, si bien los contenidos e incluso los metadatos de todos los intercambios no se guardan. En cualquier caso, “FireChat nunca almacenará datos en Rusia” respondió Shalunov cuando se le preguntó qué haría el servicio si el gobierno ruso se dirigiera a Open Garden para que cumpliera con la nueva ley de almacenamiento de datos.
En declaraciones a la página web rusa Snob.ru, Shalunov aclara que cualquier tipo de censura masiva se basa en la complacencia del público. “El grado de aislamiento en Rusia hoy en día es completamente voluntario”, afirma. “Y es muy superior al que se podría lograr a un nivel puramente técnico.” Shalunov compara a los usuarios de Internet rusos con sus homólogos en China, donde las alternativas nacionales a Google y Facebook son también más populares. “Los usuarios rusos quieren que todo sea ruso, los usuarios chinos quieren que todo sea chino» dice con algo de desaprobación, «y en el resto de países, la gente prefiere elegir lo mejor.»