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¿Quién reclama por las mujeres presas?

Categorías: Argentina, Bolivia, Derecho, Derechos humanos, Medios ciudadanos, Mujer y género, Política

Comunicar igualdad [1] es una organización civil argentina cuya propuesta es expandir el enfoque de género en los medios como una estrategia más para el logro de una sociedad igualitaria.  En su nota sobre Mujeres Presas [2] analiza la situación y distintos casos sobre la violencia de género de las mujeres privadas de libertad:

La violencia es simbólicamente mayor cuando es ejercida por las instituciones. ¿Por qué no pensar entonces que la invisibilización hacia las mujeres es muchísimo más potente cuando hablamos de aquellas que se encuentran privadas de su libertad? El enfoque de género aplicado al sistema carcelario podría ser una herramienta eficaz que amplíe y diversifique la concepción vigente de derechos humanos y proponga un ámbito no tan recorrido por donde transitar hacia un estado cada vez más democrático.

Según el blog Mujeres y Prisión [3], la cárcel afecta a las mujeres de manera diferente que a los hombres [4].  Además, según el mismo blog, el 50% de las mujeres presas en España son extranjeras y al encontrarse solas se les proponen beneficios a cambio de favores sexuales [5].

Un libro recientemente presentado en la Universidad Nacional de La Plata [6], Argentina, “Patear la reja. Género, encierro y acceso a la justicia: mujeres encarceladas con sus hijos en la provincia de Buenos Aires” presenta los informes del Comité contra la Tortura [6]:

Entre las conclusiones a las que arribó el equipo, subrayan que los jueces legitiman la violencia de género, que solo consideran a las mujeres en tanto madres, y que legitiman la presencia de niños y niñas encarcelados.

Reyna Maraz, [7] boliviana residiendo en Argentina y sin conocer el idioma estuvo presa tres años y sin saber porqué. Víctima del sistema judicial, extranjera y sin conocer el idioma tuvo que esperar tres años para dar su relato.  [8]

La violencia de género es posible dentro de lo que conocemos como sistema patriarcal. Entender políticamente al sistema patriarcal nos permite examinar con mayor profundidad el rol que ha venido jugando el Estado ante los casos de violencia de género que terminan en actos ilegales perpetuados por las mujeres. Siempre ausente en las políticas de prevención y detención de la violencia de género, el Estado hace su entrada en la vida de las mujeres cuando puede juzgarlas y castigarlas. 

La Procuración Penitenciaria de la Nación [9], institución que tiene como objetivo proteger los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad en Argentina comenta en su Informe Anual del 2012 [10], las prácticas violentas que se llevan a cabo durante las requisas vejatorias:

varias detenidas se vieron obligadas a “sacarse su ropa interior, voltearse y abrirse las nalgas con ambas manos para que el personal penitenciario las observe”. Ello sucedió momentos previos a que las detenidas concurriesen a una actividad académica en la Universidad de Buenos Aires. Varias detenidas desistieron de la salida para evitar este tipo de medidas ultrajantes, incluso una de ellas fue sancionada por negarse a ser revisada en el modo anteriormente mencionado.

Mediante un trabajo de investigación sobre mujeres en prisión [11],  el CELS, Centro de estudios legales y sociales [12], analiza no solo las condiciones en que viven las presas en Argentina sino las violaciones a sus derechos constantes hechos de violencia, narrados por las mismas convictas. Queda en el estado asumir la responsabilidad política y ética de sus consecuencias:  

La investigación describe minuciosamente todas las violencias, abusos y vulneración de derechos que sufren las presas, así como las gravísimas consecuencias que su encierro provoca en cuanto al desmembramiento de sus hogares y al desamparo de sus hijos. Ello, con el objetivo de abrir un debate que involucre tanto al poder legislativo como al judicial y al ejecutivo, en el marco del cual se evalúen alternativas menos nocivas que el encierro carcelario. Si pese a todo deciden no revertir la situación, ya no podrán alegar desconocimiento de la situación para no asumir la responsabilidad política y ética de sus consecuencias.

Global Voices está realizando una cobertura especial de la campaña 16 días para acabar con la violencia de género [13].