El régimen golpista tailandés interviene en la educación para enseñar la «democracia correcta»

El antiguo primer ministro tailandés, Thaksin Shinawatra. Foto de la página de Yingluck Shinawatra en Facebook

El exprimer ministro tailandés, Thaksin Shinawatra. Foto de la página de Yingluck Shinawatra en Facebook

Desde que tomó el poder en un golpe de estado el 22 de mayo de 2014, la junta militar tailandesa ha intentado dejar su marca en el sistema educativo nacional, provocando fuertes críticas entre los estudiantes y el profesorado.

Desde hace poco, la junta exige que se reciten y memoricen los «12 Valores», una serie de enunciados que promueven el respeto a la autoridad y ponen el interés nacional sobre el personal. Los valores aparecieron por primera el 11 de julio de 2014 en una declaración del entonces general Prayuth Chan-ocha, formando parte del programa de la junta «para devolver la felicidad al pueblo». La declaración también contiene varias promesas políticas, como la reducción de la pobreza.

Además de lo que deben decir los estudiantes, la junta ha decretado lo que no deben decir: se ilegaliza cualquier crítica a la junta. La nueva ley también prohíbe que los profesores participen u organicen manifestaciones o debates políticos. Supuestamente, el decreto oficial de la Oficina de Educación Básica de Tailandia pretende «promover la reconciliación». 

El recitado obligatorio de los valores y la proscripción de las críticas forman parte de un objetivo más amplio de la junta: enseñar la «democracia correcta». El programa obliga a usar un libro de historia en el que se ha eliminado el nombre de Thaksin Shinawatra, primer ministro democráticamente elegido. Thaksin está considerado una figura controvertida en el país. Sus oponentes le acusan de corrupción, mientras que sus partidarios señalan que redujo a la mitad el índice de pobreza en el país y disminuyó la desigualdad de ingresos, logros que ahora la junta reclama como propios. Al llegar al poder, la junta derrocó a otra política democráticamente elegida, la hermana menor de Thaksin, Yingluck Shinawatra

A pesar del riesgo que entraña la disidencia pública, los ciudadanos tailandeses han recurrido a los medios sociales para expresar sus temores. Activistas del grupo Education Liberation of Siam han creado una petición en Change.org en la que piden al gobierno que anule la obligación de recitar los 12 Valores, y han promovido esta petición en Twitter:

Únete a la petición para detener los 12 valores

La prohibición de criticar a la junta en los campus ha sido condenada por varios corresponsales tailandeses, como Bangkok Pundit, que recientemente ha suspendido toda actividad en su blog, debido en parte a las presiones políticas. La modificación de los libros de texto ha recibido críticas del New York Times y de la web tailandesa Prachtatai, lo que motivó a que la junta anunciase que no es política oficial eliminar el nombre de Thaksin, aunque sin dar ninguna explicación de dicha revisión. Este hecho sigue recabando críticas de grupos de derechos humanos, como Amnistía Internacional. 

La junta que gobierna en Tailandia borra cualquier mención al exprimer ministro Thaksin de los libros de texto

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