El gobierno de Hungría monopolizó la venta del tabaco y sus productos en el 2013 generando críticas generales tanto por el monopolio como por la restricción de la Ley de libertad de información que se incluye con la distribución secreta de la licencia de venta de la mercancía. En una segunda vuelta, el Parlamento húngaro votó, el 15 de diciembre 2014, para crear un distribuidor de tabaco estatal. Los sindicatos se manifestaron contra la ley arguyendo que podría resultar en la pérdida de aproximadamente 1 600 puestos de trabajo.
Previo al voto un grupo de sindicatos envió barras de chocolate a los miembros del Parlamento húngaro con fotos de los niños y un mensaje pidiendo a los MP votar contra la pérdida de trabajo de los padres de estos niños. El blog Vastagbőr informó que el primer ministro húngaro Viktor Orbán recibió también una barra de chocolate, la comió y luego votó en favor de la creación de un distribuidor nacional de tabaco, el que podría dejar sin trabajo a cientos de personas. Fotos del primer ministro Orban comiendo la barra de chocolate antes del voto decisivo están incluidas en el blog y en otros medios locales.