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Refugiados en Malasia sufren abuso y discriminación, según oficial de la ONU

Categorías: Asia Oriental, Malasia, Derechos humanos, Medios ciudadanos, Refugiados
Rohingya Muslim children from Myanmar, who now live in Malaysia, are seen sleeping in class at a School of Rohingya in Kuala Lumpur. Photo by Sammy Foo, Copyright @Demotix (1/31/2013)

Niños del grupo étnico musulmán rohingya de Myanmar, quienes ahora viven en Malasia, duermen en un aula de la Escuela Rohingya en Kuala Lumpur. Foto de Sammy Foo, Copyright @Demotix (1/31/2013)

En el sudeste asiático, las naciones a menudo deben lidiar con la afluencia de refugiados procedentes de dentro y de fuera de la región. Malasia es un punto central y de tránsito de muchos refugiados que buscan un lugar mejor y que escapan de comunidades inmersas en conflictos y opresión.

Sin embargo, el gobierno de Malasia no reconoce a los refugiados y solicitantes de asilo clasificados como «inmigrantes ilegales» y les niega el acceso a los servicios básicos proporcionados por el estado. Además, bajo el Articulo 6 de la Ley de Inmigración [1], las personas sin la documentación de ingreso válida deben enfrentar el máximo rigor de la ley [2]; recibiendo una «pena de reclusión que no excede los cinco años y pudiendo ser azotados no más de seis veces».

De acuerdo a la información [3] del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), a finales de marzo de 2014, había alrededor de 35.000 solicitantes de asilo no registrados y 143.435 refugiados y solicitantes de asilo registrados en Malasia.

Las precarias condiciones de los refugiados en el país han sido destacadas en un reportaje de Al Jazeera [4]. Durante la entrevista, el representante de ACNUR Malasia, Richard Towle, habló sobre los arrestos arbitrarios llevados a cabo por la policía, la explotación de los refugiados, la corrupción, el descuido de los derechos de los niños y la falta de recursos para asistir de manera efectiva el aumento de la comunidad de refugiados en Malasia. Agregó:

Refugees are treated as illegal migrants, and illegal migrants are at risk of all forms of vulnerability in society. They are liable to be arrested and detained and live in a grey or dark zone of society where there is a high degree of exploitation or abuse.

Los refugiados son tratados como migrantes ilegales, los cuales corren peligro de sufrir todas las formas de vulnerabilidad en la sociedad. Son propensos a ser arrestados y detenidos, a vivir en una zona gris o negra de la sociedad donde hay un alto grado de explotación o abuso.

El viceministro del Interior malasio, Wan Junaidi Tuanku Jaafar, denunció la entrevista con ACNUR y defendió [5] al gobierno:

Even though we are not a signatory to the convention of refugees, they are being treated with dignity, they are given access to medical treatment and they are allowed visits.

Aunque no somos signatarios de la convención de refugiados, ellos son tratados con dignidad, se les otorga el acceso a tratamientos médicos y se les permiten visitas.

Un miembro de la Legislatura Nacional de Malasia, el parlamentario Ong Kian Ming, expresó su desacuerdo [6] con el viceministro del Interior:

The replies of the Deputy Minister of Home Affairs Wan Junaidi Tuanku Jaffar in Parliament on Tuesday showed that he is not aware of the seriousness of the accusations revealed in an Al Jazeera programme even though he was interviewed in the programme. In particular, his replies show that he is totally ignorant of the articles of the United Nations Convention on the Rights of the Child (CRC) of which Malaysia is a signatory.

Las respuestas del viceministro del Interior, Wan Junaidi Tuanku Jaffar, el martes en el Parlamento demostraron que no está al tanto de la seriedad de las acusaciones reveladas en un programa de Al Jazeera, en el que incluso fue entrevistado. En particular, sus respuestas demuestran que desconoce totalmente los artículos de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CIDN), de la cual Malasia es un signatario.

Pero el joven y locuaz jefe del partido político Gerakan Rakyat Malaysia, Tan Keng Liang, sostiene visiones distintas a las del viceministro del Interior y del parlamentario:

Nuestro país respeta los derechos humanos. Pero si los refugiados aún se quejan del trato que reciben, entonces que no vengan. No los queremos en Malasia

Creo que esos ‘refugiados’ deben haber estado esperando un trato de 5 estrellas a expensas del dinero de nuestros contribuyentes. ¡Váyanse!

Sus comentarios en Twitter fueron recibidos con indignación por los ciudadanos de Malasia:

Estimado @tankenliang, en nombre de la libertad de expresión, respeto su opinión. Sin embargo, lo que dice es bastante desconsiderado para un político en Malasia

.@tankenliang Por supuesto que los refugiados merecen ser tratados con dignidad. Como seres humanos. Esto se trata también de compasión.

¿Alentará todo esto al gobierno de Malasia y a los grupos de la sociedad civil a acelerar las reformas necesarias para mejorar la calidad de vida de los refugiados?

Estos refugiados y solicitantes de asilo han huido de las represivas y a veces brutales condiciones en sus países en busca de acogida en una Malasia moderna y pacífica sólo para descubrir que el eslogan del gobierno «Malasia Solidaria» no es realmente así.

Es importante reconocer que muchas áreas de la legislación tienen un impacto directo en las vidas de los refugiados, desde problemas relacionados con la identidad, empleo, vivienda, hasta en el cuidado de los niños, educación y salud. Una sociedad informada junto con una intervención basada en los derechos, puede resultar en cambios positivos, sacándolos de la marginación en sus desesperados momentos de necesidad.