En Kombini, un joven francés que se define como «de origen árabe y cultura musulmana por azar», ha publicado su testimonio, escrito la noche siguiente al atentado de Charlie Hebdo.
«Soy francés y el azar hizo que fuera de origen árabe y cultura musulmana. Hoy, estoy triste.
Triste, de constatar la realidad que sufrimos. Triste, en nombre de la libertad. A menudo, no estaba de acuerdo con la línea editorial de Charlie Hebdo, pero hoy, «Je Suis Charlie» (Soy Charlie). Hay que aceptar la libertad de cada cual. La libertad de compartir una opinión o de estar en contra. Nadie tiene que morir por haberse expresado.
Triste, de ver hasta qué punto algunos extremistas ensucian una religión que no promulga, en ningún caso ni en ningún término, sus convicciones y sus actos. Estos criminales no representan en nada a una gran mayoría de árabes, una gran mayoría de musulmanes. Pretenden tener en sus manos manchadas de sangre un Corán que dice, sin embargo, que matar a una sola persona es como matar a toda la humanidad. Estos salvajes no son el Islam, son una lacra para el Islam.
Estoy triste de tener que sufrir las consecuencias de sus actos. Triste de ver el cariz que están tomando los acontecimientos. Triste de tener que justificarme. Triste de tener que defenderme por un crimen que no he cometido. Triste de ver mentalidades que caen en contradicciones. Cuando un árabe se convierte en un enemigo. Cuando un musulmán se convierte en un terrorista.
Triste de aguantar algunos comentarios, de oír algunas reflexiones. Palabras, miradas, captadas sobre una plaza simbólica, la de la República en París, durante la concentración en homenaje a las víctimas. «De todas formas, qué vamos a hacer con esa gente de los suburbios», esos jóvenes de barriadas, de extrarradio».