Residentes de la capital georgiana Tbilisi han expresado su solidaridad con su país vecino, Armenia, que todavía está tratando de recuperarse del sangriento asesinato de siete miembros de una misma familia llevado a cabo por un soldado ruso en la ciudad nórdica de Gyumri.
El sábado 17 de enero, georgianos y miembros de la comunidad armenia local rindieron tributo a los muertos colocando homenajes florales y encendiendo velas frente a la embajada armenia en el centro de Tbilsi. El evento fue organizado en Facebook por el estudiante georgiano de ciencias sociales Giorgi Chinchaladze y asistieron alrededor de 60 personas.
Según datos del censo de 2002 en la capital de Georgia habitan cerca de 80.000 personas de etnia armenia. También hay una cuantiosa población armenia en la región Samtskhe-Javakheti del sur, donde conforman la mayoría de los residentes en dos ciudades – Akhalkalaki y Ninotsminda.
En la Tbilisi multicultural del período imperial ruso, la comunidad armenia constituía el grupo étnico más grande y la influencia y riqueza de esta comunidad sigue haciéndose evidente en muchas de las mansiones de construcción armenia en el casco antiguo de la ciudad. Tbilisi también es desde hace mucho tiempo un centro de la vida cultural armenia, siendo hogar del poeta y músico Sayat Nova, del director de cine de la era soviética Serguéi Paradzhánov y del escritor Hovhannes Tumanyan.
El ministerio de asuntos exteriores de Georgia también publicó una declaración el sábado condenando los «estremecedores y terribles» asesinatos. Los armenios de Tbilisi también se concentraron la tarde del domingo en la iglesia apostólica armenia de San Etchmiadzin del distrito Avlabari para un servicio conmemorativo dirigido por el obispo Vazgen, el líder de los creyentes apostólicos armenios de Georgia
Armenia todavía se encuentra atónita tras el tiroteo mortal del lunes en Gyumri, en el que seis miembros de la familia Avestisyan perdieron la vida. En Gymri se encuentra la base militar rusa 102. El soldado ruso Valery Permyakov ha sido acusado de las muertes de Seroyozha Avestisyan, su mujer, hija, hijo, nuera y nieta tras supuestamente entrar en su casa en busca de agua potable. Un bebé de seis meses que también fue encontrado en el lugar con puñaladas fue llevado al hospital, pero murió una semana después.
Permyakov huyó de la escena del crimen y fue arrestado a primera hora de la mañana del martes por guardias fronterizos armenios en los alrededores de la frontera con Turquía. Su entrega a los comandantes militares rusos el martes ha enfadado a la población local, que ha protestado a diario tanto en Gyumri como en la capital armenia de Yerevan exigiendo que Permyakov sea devuelto a las agencias de aplicación de la ley de Armenia.
«Probablemente esta sea la primera vez en la historia de Gyumri que la base militar ha sido atacada parcialmente,» dijo a Global Voices el periodista basado en Tbilsi Arsen Kharatyan, que también estuvo en las protestas y que acudió al mitin en Tbilisi. «Monedas y piedras pequeñas fueron arrojadas al edificio. Estaban lanzando dinero probablemente para mostrar que el gobierno armenio se había vendido [a las autoridades Rusas].»
El no haber entregado a Permyakov a los fiscales armenios es actualmente una fuente de tensión entre los manifestantes y las autoridades en Armenia. «Gyumri siempre se ha conocido por ser más prorrusa y tiene mucha de su gente trabajando en Rusia», añade Kharatyan. «Este es un nervio que nadie pensaba que se convirtiera en algo tan importante. La emoción es menos anti-rusa, pero la gente está empezando a darse cuenta de que las autoridades locales no tienen poder cuando tratan con Rusia.»
Mientras que los armenios han dirigido sus frustraciones más hacia el gobierno que hacia Rusia, en el mitin de Tbilisi había claras corrientes de sentimiento anti-ruso que se encontraban bajo el sentimiento dominante de solidaridad vecinal. Al lado de los homenajes florales en el exterior de la embajada había una pancarta que decía «Gobierno de Armenia: Libera a tu país del ejército de asesinos» escrito en armenio y en ruso.
«Como amigos y vecinos compartimos las penas el uno del otro,» dijo Giorgi Badridze, el ex-embajador de Georgia en Reino Unido, en el mitin. «Realmente aprecio que gente que no está asociada oficialmente esté mostrando aquí su solidaridad.»
«Como georgianos, no creemos que las tropas rusas traigan consigo estabilidad, ni siquiera a Armenia» continuó. «La presencia militar no necesariamente tiene que servir intereses armenios. Tenían la esperanza de que Rusia fuera garante de su seguridad pero esto ya ha acabado mal en el pasado.»
El profesor universitario no numerario Giorgi Mchedlishvili hizo eco de sentimientos similares en el mitin. «Lo primero y más importante es la tragedia de una familia, pero también es una tragedia para toda la nación y yo solo quiero expresar mi más sincero pésame.»
«Sin embargo, si [Permyakov] tenía desequilibrios mentales, no se le debería haber permitido servir en el ejército ruso, y por ello el país, Rusia, tiene la responsabilidad,» añadió.