
Marcha por la muerte del fiscal Alberto Nisman. Quinta de Olivos. Buenos Aires. Imagen tomada de la cuenta de JMalievi en Flickr bajo licencia Creative Commons.
La muerte de Alberto Nisman, el fiscal argentino que había estado a cargo en los últimos 10 años de la investigación del atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, en Buenos Aires, deja una vez más el caso sin resolución y añade aún más interrogantes al mismo.
El primero en dar la noticia fue el periodista Damián Pachter en su cuenta de Twitter:
Me acaban de informar sobre un incidente en la casa del Fiscal Alberto Nisman.
— Damian Pachter (@damianpachter) January 19, 2015
Encontraron al fiscal Alberto Nisman en el baño de su casa de Puerto Madero sobre un charco de sangre. No respiraba. Los médicos están allí. — Damian Pachter (@damianpachter) January 19, 2015
Patcher salió de Argentina días después «por temor a su seguridad» y se encuentra actualmente en Israel. La inesperada muerte del fiscal no dejó indiferente a nadie como muestra el siguiente mapa de Twitter:

El impacto del hashtag #MuertedeNisman en todo el mundo quedó plasmado en esta visualización desarrollada mediante la herramienta CartoDB.
Y las especulaciones de que si fue suicidio u homicidio no se hicieron esperar, así como tampoco las opiniones encontradas entre el gobierno y la oposición:
.@CFKArgentina: La verdadera operación contra el Gobierno era la muerte del Fiscal después de acusar a la Presidenta http://t.co/4nke9yfyRz
— teleSUR TV (@teleSURtv) January 22, 2015
Sí, al gobierno lo perjudicaron. Pero ojo que al matarlo en cierto modo también perjudicaron a Nisman. — Malcom Gomez (@malcomgomez) January 26, 2015
¿Miente Berni, miente @CFKArgentina o mienten ambos? ¿Quién le avisó a CFK? ¿A qué hora llegó el juez? http://t.co/PVYXSlNVQz — Javier Smaldone (@mis2centavos) January 27, 2015
De acuerdo con las autoridades argentinas, Nisman, de 51 años, se suicidó tan solo horas antes de comparecer frente al Congreso para exponer su acusación contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, a quien denunciaba de haber llegado a un acuerdo secreto con Irán para proteger a los presuntos responsables del atentado en el que murieron 85 personas y otras 300 resultaron heridas.
El 18 de julio de 1994 en horas de la mañana unos 300 kilos de explosivos estallaron frente al edificio de la AMIA y las pesquisas de la Justicia argentina y organismos internacionales determinaron que funcionarios iraníes con vínculos con el grupo libanés Hezbolá serían los responsables intelectuales del atentado.
Sin embargo, el Gobierno de Irán rechazó las acusaciones y se negó reiteradamente a colaborar con la investigación a pesar de haber sido denunciado ante Naciones Unidas.
En 2013, Argentina e Irán firmaron un acuerdo que se denominó «Memorando de entendimiento» en el que se creaba una Comisión de la Verdad para esclarecer los hechos ocurridos en 1994 que no fue bien recibida por la comunidad judía argentina, la mayor de América Latina, pero que fracasó por la falta de interés del gobierno iraní, que no lo aprobó en su parlamento porque nunca fue llevado por el presidente Mahmoud Ahmadinejad.
Nisman sostenía que el acuerdo se había firmado para «fabricar la inocencia» de los iraníes y facilitar un intercambio comercial de granos y carne por energía entre ambos países.
La única persona procesada por el caso fue Carlos Telleldín, vendedor de la camioneta que transportó al conductor suicida que se estrelló, cargado de explosivos, contra el edificio de la AMIA, pero los verdaderos culpables continúan libres.
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