Un repaso a «Ucrania oriental sin filtros»

Putin signs Russia-Crimea treaty, March 13, 2014, by Gabriel Fortin-Harvey, Demotix.

Putin firma el tratado Crimea-Rusia, 13 de marzo de 2014, foto de Gabriel Fortin-Harvey en Demotix.

A posteriori, el título de esta serie es poco apropiado. Lo llamamos «Ucrania oriental sin filtros» para reflejar el hecho que los blogueros, «streamers» y activistas online que retratamos, reportan en el terreno, en las ciudades donde han vivido siempre. El título deriva de la idea popular que los periodistas están alejados de los intereses establecidos, de la presión del gobierno y de los prejuicios institucionales de los medios de comunicación tradicionales, pudiendo así presentar una imagen de la realidad que sea más crítica, imparcial y cercana a la vida.

Por supuesto, la verdad es que cada quien tiene un filtro.

Este artículo concluye el amplio estudio de RuNet Echo sobre la blogosfera del lenguaje ruso en Ucrania oriental. Lea la serie completa de entrevistas en la página Ucrania oriental sin filtros.

Las personas entrevistadas para este proyecto tienen diversas opiniones sobre lo que constituye la «verdad» y la «objetividad» en el conflicto que se desarrolla en Ucrania. Se han inspirado en los acontecimientos que hay a su alrededor para transmitir las ideas a los demás por internet, lo que a veces significa culpar de la violencia al golpe respaldado por la OTAN, al fascismo de Ucrania o a la intervención rusa.

Si esta serie de entrevistas demuestra algo, es que los prejuicios de la gente filtran cualquier intento de transmitir la verdad. Este proyecto se llama «Ucrania oriental sin filtros», sin embargo, las entrevistas representan a Ucrania a través de muchos filtros.

Maksim Osovskiy, que informa desde Luhansk, es quien más cerca en estas entrevistas llega a informar estrictamente hechos. Dicho esto, Osovski todavía tiene que decidir sobre dónde y que filmará. Esto no es una crítica, eso sí, pues muchos blogueros entrevistados aquí produden periodismo de buena calidad profesional bajo circunstancias extremadamente difíciles, por poca o ninguna recompensa. Es importante recordar que la objetividad es muy imprecisa y al final, si somos periodistas ciudadanos o solo escribimos sobre periodistas ciudadanos, todos enfrentamos algunas limitaciones.

A pesar de que se habla de la «guerra de la información» en línea, los blogueros que participaron en este estudio tienen una gran variedad de opiniones y muestran un sorprendente nivel de matices en su trabajo. Los estereotipos aburridos de la propaganda no son lo que alimenta esta actividad.

Un bloguero como Boris Rozhin («Colonel Cassad»), que abiertamente apoya a la tendencia izquierdista neo-estalinista, es capaz de denunciar a Vladimir Putin como un «líder del capitalismo» y sin dejar de respirar apoyar la causa del Kremlin en contra de los fascistas en Kiev. Aunque Polina Dubinina apoye entusiastamente la anexión de Crimea y Rusia, critica abiertamente las acciones de Moscú en el Donbas. Daria Karpenko vive bajo una ocupación a la que se opone, pero está lejos de que la impresionen los medios de comunicación de Rusia y sus esfuerzos para encubrir los errores del nuevo gobierno en Kiev. 

Estos blogueros dicen que sus oponentes están adoctrinados, pero los individuos de ambos bandos del conflicto en Ucrania son consumidores muy críticos de información con un profundo escepticismo hacia los medios tradicionales. Tienen fuertes opiniones sobre lo que sucede, pero serían muy impreciso llamarlos pasivos o peones acríticos en la guerra de la información.

Es importante recordar que la guerra de la información no es ninguna abstracción digital o una campaña de RRPP, separada de la realidad en el terreno. Es una manifestación de un conflicto real y sangriento que ya se ha cobrado miles de vidas. Tres de los blogueros entrevistados en este proyecto huyeron de sus hogares ya que temían por su seguridad. Otro huyó luego de Crimea a Polonia. Algunos de ellos no podían dejar de ser heridos. En mayo, secuestraron y torturaron a Maksim Osovskiy por intentar filmar el referéndum en Luhansk.

El periodismo ciudadano se ha vuelto extremadamente peligroso en el Donbas y Crimea. El valor necesario para publicar online no es diferente del que necesitan los hombres y mujeres en el campo de batalla. Consideren al bloguero anónimo residente en Slovyansk, entrevistado aquí, que no esta completamente impresionado con su éxito en la red. Al principio estaba indeciso de que lo entrevistaran, explicó que hace lo que hace por el deber de informar lo que ocurre en su pequeña ciudad. Decía que no tenía interés en hacerse famoso en las redes y simplemente quería que se acabara la guerra. Para él no hay diferencia entre la guerra de la información y la real.

Para la gente de un país en guerra, expresar una opinión errónea puede ser peligroso. Durante el transcurso de este proyecto, Ucrania pareció convertirse en un lugar más peligroso. Los blogueros entrevistados parecían volverse intolerantes con la disconformidad y desesperados por la uniformidad. Las voces en internet se han vuelto más radicales mientras la guerra en el Donbas continúa. No importa a quién culpe la gente por la destrucción de Donetsk y Luhansk, difícilmente encontrarás el suficiente apoyo en Ucrania para establecer un diálogo abierto entre los oponentes.

Al final, los blogueros en Ucrania mostraron ampliamente denuncias similares, a pesar de una gran variedad de simpatías políticas. Están cansados de la corrupción, de la oligarquía y de la anarquía arbitraria de los ejércitos. Declaran que una barrera del lenguaje es lo que divide a Kiev y sus oponentes no resisten bien contra el número de blogueros pro-ucranianos que escriben en ruso. Desafortunadamente, las razones de la ruptura entre los campos de la blogosfera del este de Ucrania ahora no parecen que importen, mientras la disminución de la brecha se ha vuelto casi imposible.

Los Tatars de Crimea se enfrentan a una creciente presión del Kremlin y casi 20.000 han huido para no vivir bajo el dominio ruso. Las repúblicas de Luhansk y Donetsk son estados altamente militarizados, donde el desacuerdo invita a la violencia. Muchos activistas pro-Kiev ya han huído, mientras los rebeldes consolidan sus territorios, atrincherándose para conseguir el motín.

Si ambos lados del conflicto van a hablar el uno con el otro, no en el sentido de las negociaciones políticas, sino simplemente en términos de conversaciones entre la gente normal, lo más probable es que sea a través de internet. Si hay cualquier oportunidad de reconciliación, ambos campos comenzarán a ver el mundo a través de los filtros de los demás.

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