Con apenas dos semanas en el cargo, el recientemente elegido presidente zambiano Edgar Lungu sorprendió al país cuando tomó vacaciones, lo que avivó especulaciones sobre su salud — un tema que apareció en las campañas previas a las elecciones del 20 de enero para reemplazar al presidente Michael Sata, que murió en el cargo el 28 de octubre de 2014.
Justo después de ganar las elecciones para reemplazar a Sata, Lungu se sometió a exámenes médicos en el hospital Trust de Lusaka y el Hospital Militar Maina Soko, ambos a poca distancia del palacio presidencial en el distrito Woodlands de la ciudad capital. Dejando de lado la práctica de su predecesor de no anunciar asuntos relacionados con su salud, el asesor de prensa de Lungu, Amos Chanda, dijo en una declaración:
His Excellency Mr. Edgar Chagwa Lungu, President of the Republic of Zambia has today undergone two medical examinations at Maina Soko Military Hospital and Lusaka Trust Hospital respectively.
President Lungu undertook a Baseline Health Parameters routine check-up at Maina Soko and attended the dentistry at Lusaka Trust Hospital. Doctors have given him a clean bill of health.
Su Excelencia, señor Edgar Chagwa Lungu, presidente de la República de Zambia ha sido sometido hoy a dos exámenes médicos en el Hospital Militar Maina Soko Military y el Hospital Trust de Lusaka, respectivamente.
El presidente Lungu se sometió a una revisión de rutina de parámetros de referencia de salud en el hospital Maina Soko y acudió al servicio de odontología en el Hospital Trust de Lusaka. Los doctores han confirmado su buen estado de salud.
No obstante, sus vacaciones, que empezaron luego de su primer encargo internacional con un viaje a la cumbre de la Unión Africana en la capital etíope, Addis Abeba, generaron escepticismo. Lungu, abogado convertido en político, que fue al parque nacional South Luangwa, uno de los principales destinos turísiticos de Zambia, no había terminado de designar su gabinete en ese momento.
El presidente Lungu, citado en The Post, defendió su decisión de ir a lo que llamó un retiro:
I told you that I will have no honeymoon. There is a difference between a holiday and a retreat, I was looking at the dictionary this morning and I said, ‘do these people know?’
I am going for a retreat, I am not on holiday. You don’t go on holiday with the full complement of office staff. The Secretary to the Cabinet is going and some of my ministers and State House officials are not going to nurse me, but help me think through the appointments I am making.
Les dije que no tendría luna de miel. Hay una diferencia entre unas vacaciones y un retiro. Lo estuve buscando en el diccionario esta mañana y dije: ‘¿lo saben estas personas?’
Me voy a un retiro, no estoy de vacaciones. Uno no se va de vacaciones con la totalidad del personal de la oficina. El Secretario del Gabinete viene y algunos de mis ministros y funcionarios de la casa de gobierno, no van a ser mis enfermeros sino van a ayudarme a pensar en las designaciones que estoy haciendo.
Agregó:
I know my priorities; some cheeky fellows are saying ‘Lungu doesn’t know his priorities’. My priority is the people of Zambia. How I treat my work is not anybody’s prerogative, it is mine.
Conozco mis prioridades; algunos impertinentes están diciendo ‘Lungu no conoce sus prioridades’. Mi prioridad es el pueblo de Zambia. Cómo trato mi trabajo no es prerrogativa de nadie, es mía.
En el periodo previo a las elecciones del 20 de enero, el vicepresidente del Partido Unido de Oposición para Desarrollo Nacional, Canicius Banda, médico de profesión, dijo que la carga de la prueba la tenía el Frente Patriótico del presidente Lungu para convencer a la nación de su buen estado de salud, pues un informe médico que su partido había visto indicaba que el ahora jefe de estado presuntamente sufría de un problema en el riñón.
Banda luego se retractó de su afirmación de haber visto el informe médico de Lungu.
El bloguero Elias Munshya Munshya, respondiendo las afirmaciones de Banda de haber visto el informe médico de Lungu, escribió:
I do see why some Zambians should be concerned about the health of presidential candidates. But demanding medicals for candidates is as ridiculous as demanding that candidates be of a certain level of education. If indeed we should be caring about medical reports, then the next questions to deal with would be: where are we going to draw the line? Does evidence of a disease of the lung affect a person’s ability to rule? This is why our constitution only states that one should not lead if they are “incapacitated”. It does not say that one must not rule if they are sick, for such a requirement would be impossible to meet by mere mortals.
Entiendo por qué algunos zambianos deberían estar preocupados por la salud de los candidatos presidenciales. Pero exigir exámenes médicos a los candidatas tiene tan poco sentido como exigir que los candidatos tengan cierto nivel de educación. Si ciertamente debemos preocuparnos de informes médicos, entonces las siguientes preguntas serían: ¿dónde vamos a trazar la línea? ¿Evidencia de una enfermedad al pulmón afecta la capacidad de una persona para gobernar? Es por eso que nuestra Constitución solamente afirma que no se debe gobernar en caso de “incapacidad”. No dice que no se debe gobernar si se está enfermo, pues ese requisito sería imposible de cumplir para simples mortales.
Es comprensible que los zambianos estén preocupados por la salud de sus presidentes o quienes aspiran a ser presidentes. El país ha pasado por la muerte de dos jefes de estado durante su mandato — Levy Mwanawasa, que falleció en 2008 en Francia luego de sufrir un infarto mientras cumplía deberes de la Unión Africana en Egipto, y Sata, que estaba enfermo y fue evacuado a Gran Bretaña para una revisión médica pero murió ahí. El expresidente Frederick Chiluba, que ejerció como el segundo presidente del pais, murió en Zambia luego de una serie de viajes a Sudáfrica para tratamiento y revisiones por complicaciones relacionadas con el corazón.
Lungu derrotó a otros diez candidatos, y obtuvo apenas 1.66 por ciento por encima de su rival más cercano, el opositor Hakainde Hichilema, con lo que se convirtió en el sexto presidente de Zambia desde su independencia de Gran Bretaña en 1964.