Las autoridades marroquíes pensaron que por fin habían tenido una historia de éxito para mostrar su nueva política de inmigración. Entonces, todo se vino abajo.
A comienzos de febrero de 2015, Marruecos anunció que había logrado implementar con éxito un programa especial para regularizar la situación de los migrantes. Las autoridades señalaron que se estaban procesando 27,000 solicitudes de regularización y que se había aprobado el 60 por ciento de los casos.
Cada año, cientos de inmigrantes africanos se dirigen a zonas cerca de Melilla, uno de los dos enclaves españoles en el norte de Marruecos, con la esperanza de saltar la valla limítrofe para llegar a Europa.
El 10 de febrero, Marruecos empezó a desmantelar campos de migrantes cerca de Melilla en la frontera española con la finalidad de expulsar a los migrantes del país. En el proceso, grupos de derechos humanos informaron que las fuerzas locales estaban usando la violencia para agrupar a los migrantes que trataban de llegar a España.
Para los activistas de derechos humanos de migrantes en Marruecos, la historia sonó conocida. En un informe del año pasado, Human Rights Watch observó:
The practice of summarily expelling migrants at the border with Algeria appears to have stopped. However, research in late January and early February 2014 in Oujda, Nador, and Rabat indicates that Moroccan security forces are still using violence against migrants expelled from Melilla.
La práctica de expulsar sumariamente a los migrantes en la frontera con Argelia parece haberse detenido. Sin embargo, una investigación a fines de enero y comienzos de febrero de 2014 en Oujda, Nador, y Rabat indica que las fuerzas de seguridad marroquí siguen usando la violencia contra migrantes expulsados de Melilla.
El siguiente video publicado en Vimeo en enero por la Asociación Human Rights Pro.De.In. Melilla muestra los restos de los campos luego de haber sido desmantelados:
La asociación también informa que cientos de migrantes fueron enviados en bus a un destino desconocido. Hicham Rachidi, Secretario General del Grupo Antirracista de Defensa de Extranjeros y Migrantes (GADEM) escribe en una publicación de blog que no entiende por qué hubo un repentino apuro en desmantelar los campos cuando cuando se estaban haciendo avances:
Au moment même où l'on présentait a la presse nationale et internationale, les images du «traitement humains et compatissant» que réservaient les forces de l'ordre aux migrants sauvés de la noyade et reconduits a chaud par l'Espagne, au moment même où l'on annonçait les chiffres «glorieux» de la régularisation exceptionnelle, des opérations de ratissage ont été déclenchés contre les tranquillos qui abritaient du froid les centaines de migrants de Gourougou. Les procédures spoliées, la justice dénigrée, la loi et la dignité d'enfants, femmes et hommes bafouée.
En el mismo momento en que presentábamos a la prensa nacional e internacional las imágenes de «trato humano y compasivo» que las fuerzas del orden reservaban para los migrantes rescatados de ahogarse y que fueron rechazados por España, en el mismo momento en que se anunciaban las cifras «gloriosas» de la regularización excepcional, se lanzaron campañas de rastrillaje contra los campos que albergaban a cientos de migrantes en Gurugú. Se dejaron de lado los procesos regulares, se denigró la justicia, se pisoteó la ley y dignidad de niños, mujeres y hombres.
La organización Terre d'Asile (Tierra de Asilo) recogió algunos testimonios de migrantes. Sylvain, migrante de Costa de Marfil, recuerda lo que ocurrió en Melilla ese día:
Dès notre arrestation, nous avons été encerclés par des militaires. Il y avait six bus qui nous attendaient, on nous a ordonné d’y monter. Puis nous avons roulé pendant plusieurs heures jusque dans le désert. On n’avait aucune indication d’où on allait. On nous a conduits dans une sorte de maison avec sept pièces. Ça ne ressemble pas à une prison, plus à un camp de détention improvisé. Puis, on nous a séparés. Dans ma cellule, nous sommes douze Ivoiriens, dans une pièce d’environ 15 mètres carrés.
Desde nuestro arresto, nos rodearon soldados. Había seis buses esperándonos, nos ordenaron subir. Luego recorrimos varias horas el desierto. No tuvimos ninguna indicación de a dónde íbamos. Nos llevaron a una especia de casa con siete habitaciones. No parecía una prisión, más bien [parecía] un campo de detención improvisado. Después, nos separaron. En mi celda, éramos doce marfileños en una habitación de unos 15 metros cuadrados.
No Borders Morocco agrega más detalles sobre el paradero de los migrantes luego de que los campos fueron desmantelados:
In the course of the day, between 20 and 30 buses left for Southern Morocco and distributed the Gurugu detainees around a dozen different cities: Errachidia, Goulmina, El Jadida, Safi, Kelaat, Sraghna, Chichaoua, Tiznit, Essaouira, Youssoufia, Agadir. Up until now, most people remained imprisoned in different houses, they are given food and clothing. Although they are being told that they will be freed soon, and that the Moroccan state is only taking their ID in order to regularize them, it seems more like the Gurugu inhabitants will be deported [..] In this operation, Morocco has violated many of its own laws, including the arrest of minors, the absence of individual case-by-case evaluation, or the detention of people over more than 24h without giving any reason.
En el transcurso del día, entre 20 y 30 buses partieron hacia el sur de Marruecos y distribuyeron a los detenidos en Gurugú en cerca de doce ciudades diferentes: Errachidia, Goulmina, El Jadida, Safi, Kelaat, Sraghna, Chichaoua, Tiznit, Essaouira, Youssoufia, Agadir. Hasta ahora, la mayor parte de las personas sigue prisionera en diferentes casas. Se les da comida y ropa. Aunque les dicen que los van a liberar pronto, y que el estado marroquí solamente ha tomado sus identificaciones para regularizarlas, más parece que los habitantes de Gurugú van a ser deportados […]. En esta operación, Marruecos ha violado muchas de sus propias leyes, incluido arresto de menores, falta de evaluaciones individuales caso por caso o la detención de personas durante más de 24 horas sin dar ninguna razón.
La Comisión Europea ha expresado preocupación sobre la manera en que Marruecos está manejando la salud y el bienestar de los migrantes.
La crisis migratoria, desafortunadamente, no es algo nuevo en las fronteras de Marruecos y España. En octubre de 2014, una foto de migrantes escalando una valla mientras unos golfistas jugaban apenas a metros de distancia, encarnó la brecha de desigualdad que avivó la crisis. Luego, un video mostró a un migrante camerunés inconsciente por los golpes de la policía española.