Este post de Richard Fuller fue publicado originalmente en Ensia.com, una revista que resalta las soluciones ambientales internacionales en acción, y es republicado aquí en el marco de un acuerdo para compartir contenidos.
¿Cuál es la principal causa de muerte en los países con bajos y medianos ingresos?
A. Malnutrición y desnutrición
B. Tuberculosis, malaria y el VIH
C. Contaminación
Si has elegido la C, has acertado. La exposición a suelos, agua y aire contaminados (tanto domésticos como ambientales) causaron la muerte de 8.4 millones de personas en estos países en 2012.
Otra estadística en la que merece la pena reflexionar es: que esos 8.4 millones son parte de los 9 millones de personas que murieron a causa de la contaminación en todo el mundo a lo largo del 2012. En otras palabras, no es un problema de los «países ricos». Este problema está limitado al mundo en desarrollo.
Para ponerlo en perspectiva, las estadísticas de la OMS muestran que 56 millones de personas murieron en 2012 — la cifra incluye a todas las personas que murieron en el planeta, ya sea en accidentes de tránsito, suicidios, a causa de edad avanzada, cáncer, errores hospitalarios, caída de rayos, enfermedades infecciosas, fallas en paracaídas, guerra y muchas otras razonas. Entonces, la contaminación causó la muerte de aproximadamente una de cada siete personas.
El aire libre contaminado representó 3.7 millones de muertes. Otros 4.2 millones de personas murieron debido a la exposición a partículas en el aire proveniente de las cocinas. Alrededor de 1 millón murieron como consecuencia de estar expuestos a suelo o agua contaminados con químicos. Y 840,000 perecieron a causa de deficiencias de saneamiento. Todos estos datos provienen directamente del sitio web y de bases de datos de la OMS, con excepción de las estadísticas de suelo, cuya fuente son las cifras más recientes (probablemente subestimadas) de Global Alliance for Health and Pollution (Alianza global por la salud y contra la contaminación).
En el mismo año, 2012, 625,000 personas murieron de malaria, 1.5 millones de VIH/SIDA y 930,000 de tuberculosis. Esto equivale a un tercio de las víctimas fatales de la contaminación, y esta tríada de terribles enfermedades atrae más de $20 mil millones al año de organizaciones benéficas y gobiernos.
Lenta e indirecta
Es importante señalar que la contaminación casi nunca provoca muertes de manera directa o rápidamente. En cambio, provoca enfermedades cardíacas, infecciones torácicas, cáncer, enfermedades respiratorias y diarrea. La contaminación actúa como un catalizador, incrementando las tasas de estas enfermedades por encima de lo normal. Por esta razón, la OMS considera a la contaminación un factor de riesgo — una amenaza a la salud humana similar a la obesidad, el hábito de fumar, la malnutrición o la falta de actividad física. Pero la contaminación es el rey de todos los factores de riesgo. A nivel mundial, la cifra de víctimas fatales de la contaminación eclipsa a los causados por cualquier otro factor de riesgo en cualquier otro contexto.
Es difícil imaginar simplemente lo malo que puede ser. Intenta, sin embargo, imaginar este escenario:
Te despiertas cada día en el piso de tierra de una choza que armaste con tu familia con materiales de desecho de la construcción cercana de un hotel cinco estrellas. Tu esposo trabaja 70 horas a la semana clasificando sustancias químicas en una planta de pesticidas mal administrada. Últimamente, él vuelve a casa tosiendo sangre. Se ve más delgado y más cansado cada semana, y quieres decirle que no vaya más, pero ¿cómo podrías? Los centavos que gana son lo único que alimenta a tus hijos.
Entonces, te diriges al pozo de agua local con tu balde plástico. El agua que sacas del pozo es marrón y huele a desechos humanos, pero no hay nada más para beber. Intentas filtrarla usando una gasa, pero no parece dar demasiado resultado. Mientras tanto, la fábrica vecina a tu suburbio, que el gobierno recientemente ha cerrado, ha comenzado a funcionar de nuevo — pero solo por la noche. Sus chimeneas lanzan un humo negro y espeso, y no hay manera de saber qué están quemando. La semana pasada, tu hijo mayor comenzó a toser en la noche. El resto de tus hijos están enfermizos y lentos para aprender incluso los conceptos más elementales. Ninguno de tus amigos o familiares puede ayudarte, curiosamente todos en tu vecindario tienen los mismos problemas.
Nuestra economía es global y también lo son los contaminantes que genera.
Tú eres uno de los pobres envenenados, sin voz y sin esperanza. Las regulaciones que podrían existir para luchar contra tales condiciones nunca se cumplen. No puedes simplemente levantar todo y mudarte a otro pueblo — te tomó años establecerte. Y de todos modos, ¿dónde irías exactamente? Todas los pueblos comparten este problema. Como el resto del mundo menos privilegiado, te has convertido en carne de cañón en la guerra en curso por el crecimiento.
¿Cómo podemos solucionar este problema?
Nuestra economía es global y también lo son los contaminantes que genera. El aire contaminado de China ahora puede ser medido en otros países. El mercurio de las minas de oro y de las plantas de carbón puede encontrarse en los peces y el arsénico ha sido encontrado en el arroz.
Muchas industrias altamente contaminantes se han trasladado de países desarrollados a países pobres con menores regulaciones en materia de ambiente y escasa tecnología para manejar y remediar las consecuencias de los químicos. Las tecnologías limpias y el crecimiento verde son posibles para las economías emergentes y pueden prevenir décadas de contaminación futura que nos causará daño a todos. Las naciones de Occidente han tenido éxito en eliminar la contaminación y pueden ahora transferir tecnología y fondos a los países de bajos y medianos ingresos.
Reviste una importancia decisiva asegurar que la contaminación sea incluida en los Objetivos del desarrollo sustentable de la ONU, que se refieren a cómo alcanzar el desarrollo futuro de manera sustentable luego de que se produzca el vencimiento de los Objetivos de desarrollo del milenio este año.
Priorizar la prevención y la limpieza de la contaminación no solo salvará vidas sino que también mitigará el cambio climático y reducirá las amenazas a la biodiversidad. Al darle una mirada a las prioridades programáticas de las principales organizaciones internacionales, la baja prioridad de la contaminación es sorprendente, teniendo en cuenta su impacto. La razón probable para esto es una falta de conciencia, así como también el no saber por dónde empezar a abordar este complejo grupo de problemas.
Es de fundamental importancia asegurarse de que la contaminación figure entre los Objetivos de desarrollo sustentable de la ONU, que observan la manera de alcanzar el futuro desarrollo de manera sustentable luego que finalice el plazo de los Objetivos de desarrollo del milenio este año e incluyen temas como terminar con la pobreza, promover la agricultura sustentable, asegurar la educación equitativa, entre otros. El borrador actual no incluye un objetivo referido a la contaminación en sí misma, aunque la contaminación está incluida en el objetivo salud. Ese texto — sub-objetivo 3.9 — actualmente reclama reducir las muertes y discapacidades generadas por todo tipo de contaminación. Este lenguaje es necesario que permanezca en el texto final porque los Objetivos de desarrollo sustentable delimitarán los esfuerzos nacionales e internacionales de los próximos años.
La Global Alliance on Health and Pollution está reactivando los recursos para colaborar con los países de bajos y medianos ingresos para que prioricen los problemas de contaminación. Además de en la tarea de educar acerca de todas las formas de contaminación, GAHP ayuda a los países a:
- identificar y evaluar las amenazas de tóxicos contaminantes, especialmente en lugares contaminados
- crear procesos de planificación para priorizar acciones tendientes a solucionar problemas que generan los mayores riesgos para la salud humana
- implementar soluciones para salvar vidas.
La tecnología y conocimiento para abordar esta amenaza para la salud y la economía existen en los países ricos. Las soluciones pueden ser implementadas en países de bajos y medios ingresos por una fracción del monto que invierte Occidente para ocuparse de los tóxicos contaminantes derivados de la industrialización.
Esto significa que la contaminación no es inevitable. Es un problema que podría resolverse en el curso de nuestra vida.
Richard Fuller es presidente de Pure Earth (anteriormente Blacksmith Institute) y miembro fundador de la Global Alliance for Health and Pollution. Él tuitea en @BlacksmithInst.