El Carnaval de Trinidad y Tobago ha sido denominado como «el mejor espectáculo de la Tierra», por todos sus disfraces, pomposidad, música y fiestas que parecen no tener fin y que preceden al evento principal — los desfiles que recorren las calles durante todo el lunes y martes de Carnaval.
Como la mayoría de carnavales del mundo, la versión carnavalesca de estas dos islas a menudo acapara titulares gracias a sus mujeres hermosas y escasamente vestidas, pero la fiesta es mucho más de lo que se ve a primera vista.

Una «pretty mas» («disfraz bonito»), Carnaval de Trinidad y Tobago 2015. Foto tomada por Quinten Questel, usada bajo licencia CC BY-NC-ND 2.0.
Carnaval — o carne vale, como en «adiós a la carne» — es una tradición que se celebra cada año y que le da a los juerguistas una última oportunidad hedonista antes de entrar en la austeridad de la Cuaresma. La versión de Trinidad y Tobago evolucionó desde los bailes de máscaras de los colonizadores franceses de las islas; cuando en 1833 se produjo la Emancipación, los esclavos liberados fueron finalmente capaces de imitar de manera humorística a sus antiguos amos sin sufrir consecuencias.
Dos años antes, en 1881, las Revueltas de Canboulay vieron a los descendientes de los esclavos luchar por sus derechos para poner su propio toque desinhibido al Carnaval como símbolo de resistencia. Su imitación provocó lo que comenzó como un festival de élite, que convergió de manera natural con el que era en la época considerado infame — expresiones africanas como la Calenda (baile que simula una lucha con palos y se acompaña de cantos y percusión) y el Canboulay. Originalmente, era una celebración que tenía lugar alrededor de las cosechas de caña de azúcar (cannes brulées significa cañas quemadas), estaba llena de ritmos y movimientos sencillos y jugó un papel integral en el perfeccionamiento de la música carnavalesca. Con el tiempo dio lugar a los tambores de acero, dado que los instrumentos de percusión — como los tambores africanos — fueron prohibidos en la década de 1880.
Mientras que la música de los tambores metálicos ya no puede ser considerada como la única banda sonora del Carnaval de Trinidad y Tobago (muchos reclamarían ese título para la música soca), el concurso anual de Panorama sigue siendo esencial en el calendario de cualquier amante del Carnaval. La génesis de la fiesta no se ha olvidado: las Revueltas de Canboulay se conmemoran con una recreación anual que tiene lugar el viernes anterior al Carnaval.

«La Revuelta»; foto de la recreación de las Revueltas de Canboulay de 1881, tomada por Quinten Questel y usada bajo licencia CC BY-NC-ND 2.0.
A pesar de la popularidad de lo que se ha conocido como producción en serie de bikinis y abalorios para «mas», la tradición sigue vivita y coleando en el Carnaval de Trinidad y Tobago. No hay más que mirar las representaciones de los personajes del folclore carnavalesco y las bandas de la Vieja Mas que ofrecen comentarios humorísticos de índole político y social con sus trajes creativos y pancartas con mensajes ingeniosos, para demostrar que las raíces de la resistencia siguen siendo fuertes.

El personaje de la Dama Lorena es la imitación de la «mas» que llevaron a cabo los colonizadores franceses. Foto tomada por Quinten Questel, usada bajo licencia CC BY-NC-ND 2.0.

Una de las actuaciones de la Vieja Mas en las celebraciones del Carnaval de este año. Foto tomada por Quinten Questel, usada bajo licencia CC BY-NC-ND 2.0.
Una pequeña banda, Cat in Bag Productions (de la cual es miembro la Directora Ejecutiva de Global Voices, Georgia Popplewell), dio vida al concepto de Vieja Mas durante el lunes y martes de Carnaval, dirigiéndose a la descontrolada corrupción política en una presentación llamada «Red Handed» («Con las manos en la masa»):
Los personajes tradicionales también abundaron este año bajo la forma de Sailor Mas (marineros), Fancy Indians (indios), Jab Jabs (demonios coloridos), Jab Molassies (el más aterrador) y Moko Jumbies (zancudos).

Disfraces de marineros en el Queen's Park de Savannah, Carnaval de 2015. Foto tomada por Quinten Questel, usada bajo licencia CC BY-NC-ND 2.0.

Los indios hacen su baile; Carnaval de Trinidad y Tobago de 2015. Foto tomada por Quinten Questel, usada bajo licencia CC BY-NC-ND 2.0.

Exhibición de los demonios; Carnaval de Trinidad y Tobago de 2015. Foto tomada por Quinten Questel, usada bajo licencia CC BY-NC-ND 2.0.
El concurso de Reyes y Reinas del Carnaval atrajo este año el habitual interés, con los disfraces más grandes y elaborados que nunca.

Actuación de Roland St. George, ganador del título de Rey del Carnaval 2015. Foto tomada por Quinten Questel, usada bajo licencia CC BY-NC-ND 2.0.

Una de las aspirantes al título de Reina del Carnaval 2015. Foto tomada por Quinten Questel, usada bajo licencia CC BY-NC-ND 2.0.
El sábado de Carnaval, fue el turno de la mascarada para los jóvenes. El desfile infantil de las bandas — conocido cariñosamente como «Carnaval de los niños» — llamó enormemente la atención y los niños se lo pasaron en grande.

Bandas del desfile infantil de 2015. Foto tomada por Quinten Questel, usada bajo licencia CC BY-NC-ND 2.0.

Participante de la mascarada infantil. Foto tomada por Quinten Questel, usada bajo licencia CC BY-NC-ND 2.0.
El entusiasmo carnavalero culmina con la noche del Dimanche Gras (domingo de Carnaval) en la que tiene lugar el concurso cultural donde se elige y se corona al monarca Calipso de cada año, el Rey y la Reina del Carnaval suben al escenario y las bandas de música ganadoras actúan. Y lo más importante, conduce al J'ouvert.
Traducido literalmente como «el día de la apertura», J'ouvert es un reconocimiento a la pureza, sencillez y aspectos ceremoniales del Carnaval de Trinidad y Tobago. Los más juerguistas se cubren de barro, grasa, alquitrán, pintura corporal o bien una combinación de varios de estos elementos y bailan por las calles a altas horas de la madrugada mientras Jab Molassies realiza un baile muy sensual a un compás rítmico que tocan con cajas de galletas. Muchas de las Jabs se mueven como pequeñas bandas de demonios, en las cuales algunos miembros hacen el papel de granujas, sujetando a la Jab Jabs con cadenas cuando luchan por ser libres en su baile salvaje y alocado. Algunos demonios azules se toman tan en serio su actuación que incluso «escupen fuego».

Juerguistas durante el J'ouvert. Foto tomada por Quinten Questel, usada bajo licencia CC BY-NC-ND 2.0.

Demonio azul escupiendo fuego. Foto tomada por Quinten Questel, usada bajo licencia CC BY-NC-ND 2.0.
El lunes y el martes de Carnaval, el foco se gira hacia la «pretty mas». Aunque muchos sienten que este aspecto del festival se ha comercializado hasta el punto de perder su singularidad, nadie puede negar que recoge el espíritu fresco y de camaradería propio del Carnaval de Trinidad y Tobago.

Amigas haciendo un descanso durante el desfile callejero. Foto tomada por Quinten Questel, usada bajo licencia CC BY-NC-ND 2.0.
Entonces… ¿vas a venir al carnaval de Trinidad y Tobago el próximo año? Las fechas de 2016 para la mayor fiesta callejera del mundo son el 8 y el 9 de frebrero.