Muchas cosas acuden a la mente al pensar en el carnaval de Trinidad y Tobago: soca (calipso) y música de tambores metálicos, trajes, celebraciones y el espectacular pasacalles del lunes y martes de carnaval. Pero algunos sostienen que la pasión que sienten los trinitenses por su festividad nacional es exactamente lo que contribuye a agudizar las lacras de la sociedad a través de una enfermedad a la que llaman «mentalidad de carnaval».
No es cosa de risa, ésto existe realmente y ha habido varios estudios que examinan lo que muchos consideran que es una maldición desde el punto de vista cultural y del comportamiento. Una investigación de H. Maharajh y A. Ali atribuye «dos dimensiones» a este fenómeno.
During the carnival season, carnival mentality has been viewed as a ‘time to free up’, ‘time to break away and get on bad’ or take part in every carnival activity or event and indulging in alcohol, immoral, vulgar, and promiscuous activities without thinking of the consequences.
Outside of the carnival season, carnival mentality refers to the ‘non-stop party mentality’ that is practiced throughout the year; where every event or occasion is treated as a excuse ‘to lime or party’. Some respondents have regarded carnival mentality as ‘extreme liming’ or ‘continuous fun in the sun’. Carnival mentality was also seen as having filtered into the workplace where individuals have a very slack, laid back or ‘don't give a damn’ attitude towards work. Carnival mentality was also referred to by a minority of respondents as mindlessness […]
Durante la temporada de carnaval, la mentalidad de carnaval se ha considerado un «tiempo para liberarse», «tiempo para tomar distancia y pasarlo bien» o participar en cada una de las actividades que ofrece el carnaval y ser permisivo con el alcohol, lo inmoral, lo vulgar o promiscuo sin pensar en las consecuencias.
Fuera de la temporada de carnaval, mentalidad de carnaval quiere decir la ‘continua mentalidad de fiesta’ que se practica durante todo el año, donde cualquier ocasión es excusa para »juntarse o hacer fiesta’. Algunos entrevistados han considerado que la mentalidad de carnaval sería una «socialización extrema» o un «continuo pasarlo bien al sol». La mentalidad de carnaval también se cree que ha permeado el ambiente laboral donde hay personas que tienen una actitud descuidada, indolente o sin interés alguno hacia el trabajo. Una minoría de entrevistados se refiere a la mentalidad de carnaval como algo irracional […]
Todos estos años los medios sociales y blogueros han mostrado su preocupación por que dicha mentalidad de carnaval haya convertido a los trinitenses en facilitadores de todo esto, rastreando las raíces del problema al periodo colonial y a la esclavitud –el «resultado bien arraigado de la sumisión a la fuerza y el efecto que ello ha tenido en la psique de sus víctimas»:
What we have is a country that is more than capable of greatness, but the only thing holding us back is our approach to change and challenges.
Lo que tenemos es un país sobradamente capaz de hacer cosas grandes pero lo único que nos detiene es nuestra actitud hacia el cambio y hacia los desafíos.
Sin embargo en el carnaval de este año el bloguero aka_lol le dio la vuelta a la expresión «mentalidad de carnaval» explicando porqué ya no puede seguir aceptando sus connotaciones negativas.
For too long the term Carnival Mentality was used in a very derogatory manner to describe the citizens of Trinidad and Tobago. When someone is described as possessing a Carnival Mentality it means that person is lazy, carefree, unproductive, promiscuous and prone to smiling too much while having the ability to enjoy oneself in the most genuine of ways. It meant the person or country with this mentality can achieve nothing meaningful in life even though they showed true signs of real happiness. […]
Trinidad and Tobago is now a world Carnival powerhouse and to do so requires the country to be productive all year as such an event can not be created in a couple months. Carnival involves so many people from nearly all sectors effectively planning and producing in now what seems like second nature to the country.
Durante demasiado tiempo la expresión Mentalidad de Carnaval se utilizó de una forma muy despectiva para caracterizar a los ciudadanos de Trinidad y Tobago. Cuando se dice de alguien que tiene una Mentalidad de Carnaval, eso quiere decir que esa persona es perezosa, descuidada, improductiva, promiscua y aficionada a sonreír demasiado mientras se las arregla para disfrutar de la más genuina de las maneras. Eso implica que la persona o país que tengan semejante mentalidad no pueden lograr nada significativo en la vida incluso habiendo mostrado signos de felicidad auténtica. […]
Trinidad y Tobago es hoy un centro neurálgico de los carnavales a nivel mundial y ello requiere que el país sea productivo todo el año ya que un evento semejante no puede improvisarse en un par de meses. El carnaval convoca a mucha gente de casi todos los sectores para planificar y producir lo que parece ser una segunda naturaleza del país.
Su publicación cita varios ejemplos de dicha laboriosidad — desde la planificación meticulosa que requiere sacar adelante las fiestas y conciertos del carnaval hasta el hecho de que las grandes bandas de carnaval «ahora son empresas millonarias que operan todo el año y sobreviven y crecen por una prudente e innovadora gestión y no por la pereza, como se suele decir.»
El carnaval de Trinidad y Tobago es una industria por derecho pero ¿verdaderamente es rentable? Vernon O'Reilly Ramesar «no está muy convencido de que el carnaval deba considerarse un activo económico para el país»:
Some of the figures I am seeing suggest it generates $100 million US in revenue, but government is spending over $50 million US on Carnival which is a 100% ROI on the face of it, but that doesn’t tell the whole story.
Algunas de las cifras que veo sugieren que produce 100 millones de dólares en ingresos pero el gobierno gasta más de 50 millones en el carnaval, lo que supone una tasa de retorno sobre la inversión del 100% pero esos datos no lo cuentan todo.
Ramesar sugiere que los contribuyentes realmente pagan mucho más de lo que creen para mantener el carnaval debido a costes como el de las horas extras de la policía. También resalta que buena parte de la producción de los trajes del carnaval se ha deslocalizado a países como China, que no se declaran todos los ingresos por venta de entradas y que algunos de los mismos se desvían a cuentas en paraísos fiscales. Asimismo «la mayor parte de los grandes hoteles son estadounidenses» así que los ingresos que generan van al extranjero.
Concluye lo siguiente:
Then consider the disruption to normal commerce that occurs as a result of a lack of productivity and the country being shut down for several days. I haven’t seen that being quantified.
My conclusion is that Carnival is an investment in keeping the population distracted, and claiming it is an economic boost to the economy is really not true.
(As a contrast, Toronto’s Carnival is estimated to attract over 1.3 million visitors and generate over $400 million in revenue from a combined Toronto and Province investment of $1 million. That’s a respectable ROI in terms of taxpayers money.)
Luego hay que tener en cuenta las molestias que se generan para el comercio convencional como resultado de la falta de productividad y que el país esté cerrado durante varios días. No he visto que esto se haya cuantificado.
Mi conclusión es que el carnaval es una inversión que se hace para mantener distraída a la población y sostener que se trata de un impulso para la economía es simple y llanamente falso.
(Por el contrario, se estima que el carnaval de Toronto atrae a más de 1.3 millones de visitantes. generando ingresos de más de 400 millones de dólares a partir de una inversión combinada de la ciudad y la provincia de 1 millón. Eso es una tasa de retorno de la inversión que es bastante respetable teniendo en cuenta que se trata de dinero público.)
Sin embargo, para los amantes del carnaval eso puede que no importe. aka_lol lo explica:
Without Carnival and the new Mentality it produces we would be just be another island in the sun selling rabid boredom to the rabidly boring.
Sin el carnaval y la mentalidad nueva que genera, no pasaríamos de ser otra isla al sol vendiendo un aburrimiento insoportable a gente insoportablemente aburrida.