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#FragaQuerPostar: Activista brasileño tiene su derecho a protesta vetado hace dos años

Categorías: Latinoamérica, Brasil, Activismo digital, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Protesta, GV Advox
Ricardo Fraga hanging the pictures people drawn at the wall in Vila Mariana. Photo: ARTICLE 19/Facebook

Ricardo Fraga colgando en el muro los dibujos hechos por los vecinos en Vila Mariana. Foto: ARTÍCULO19  Facebook [1]

En 2013, Global Voices publicó [2] la historia de Ricardo Fraga, un ingeniero agrícola impedido por un tribunal brasileño de hablar en la calle y en Internet en contra de la construcción de un rascacielos residencial en un terreno baldío en su barrio en São Paulo. Desde entonces, durante 728 días su derecho a la protesta ha quedado legalmente suspendido.

Está bajo una orden de alejamiento y no puede aproximarse a menos de 1 kilómetro del complejo residencial. Su página de Facebook «»O outro Lado do muro – Intervenção Coletiva [3]» (El otro lado del muro- Intervención colectiva), está prohibida de publicar cualquier contenido relacionado con la empresa Mofarrej, dueña de la parcela y responsable por la construcción del complejo. Si desobedece, debe pagar una multa de 10.000 reales (3.300 dólares).

Con motivo de los dos años desde la orden de silencio, la ONG internacional Artículo 19, que defiende la libertad de expresión y ha estado siguiendo el caso desde el principio, organizó una protesta [4] frente al muro del complejo en construcción, el 06 de marzo del 2015. Fraga no pudo asistir a la manifestación, pero los manifestantes tenían puesta una máscara con su rostro [5] para recordar que #FragaQuerPostar (Fraga quiere publicar).

Todo comenzó en el año 2011. Por algunos meses durante ese año, Fraga – un servidor público que ha trabajado por más de 20 años en Medio Ambiente y Urbanismo en la Municipalidad de São Paulo – tenía un ritual los fines de semana: cogía una pizarra de sus hijos, unos bolígrafos, un escalera y se dirigía hacía al muro circundante de un terreno baldío ubicado en el barrio de Vila Mariana, en São Paulo. Una vez allí, Fraga invitaba a la gente a subir a la escalera, mirar al otro lado del muro, pensar en lo que les gustaría ver allí y dibujar lo que habían imaginado. Pronto los dibujos se convirtieron en una página en Facebook y un movimiento social.

Dijo a Global Voices:

O movimento começou com o objetivo de promover uma reflexão sobre a forma como a cidade é apropriada, o modelo de verticalização que vem se impondo, suas consequências, o ideal de cidade que imaginamos e sobre o por que a sociedade pouco se mobiliza na preservação de espaços tão significativos.

El movimiento se inició con el objetivo de fomentar una reflexión sobre cómo la ciudad va siendo apropiada, el modelo de verticalización que se está imponiendo y sus consecuencias, la ciudad ideal que nos imaginamos y por qué la sociedad no se moviliza por la preservación de los espacios significativos

Pero Fraga pronto, tuvo compañía en el muro: Mofarrej comenzó a enviar a sus agentes inmobiliarios al local. Los primeros fines de semana pasaron sin mayores problemas, cada uno en su sitio – hasta que un año más tarde, uno de los agentes se acercó a Fraga amenazándole, diciendo que «no sabía lo que le podría suceder».

En 2013, la compañía decidió presentar una demanda, solicitando la suspensión de las protestas de Fraga y de la página de Facebook y pidiendo una indemnización de 100.000 reales (unos 33.000 dólares norteamericanos).

Al día siguiente, sin escuchar a la parte demandada, el juez emitió una orden de alejamiento contra Fraga, que le prohibía acercarse a menos de 1 kilómetro del muro y exigió que la página del movimiento fuera suprimida de Facebook. El juez ignoró la demanda de indemnización material, pero impuso una multa de 10.000 reales por cada incumplimiento de las órdenes.

Fraga presentó una apelación en el Tribunal del Estado de São Paulo, con el apoyo de la ONG Artículo 19 y una petición con 5.000 firmas en su apoyo. El 15 de mayo de 2013, el tribunal confirmó la decisión del juez, pero redujo la orden de alejamiento de 1 kilómetro a una cuadra y dictaminó que Fraga no necesitaba suprimir la página de Facebook, pero debería eliminar todo el contenido relacionado con la empresa Mofarrej y no volver a publicar nada en el futuro.

Pero en setiembre de 2014, el primer juez dictó su decisión final: la orden de alejamiento volvió a 1 km. Fraga presentó otra apelación y ahora espera una decisión final del Tribunal Estatal de São Paulo.

La ONG Artículo 19 dice que la decisión viola el artículo 19 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos [6] y convierte a Fraga en «una de las primeras personas prohibidas de protestar en Internet por la justicia brasileña». En su página web, argumentan que la decisión no respetó «la prueba de tres partes» [7] (Las tres disposiciones que se recomienda respetar al limitarse la libertad de expresión: estar de acuerdo a ley, tener un objetivo legítimo apoyado por el derecho internacional y ser necesaria y proporcional en un Estado democrático):

Caso o teste das três partes tivesse sido observado, a restrição contra a liberdade de Ricardo não teria sido concedida visto que tal restrição não se encontra prevista em lei e o interesse econômico de comercialização dos lotes pela empresa não esta acima do interesse publico concretizado na garantia da liberdade coletiva de manifestação. Em outras palavras, a decisao constitui limitação desproporcional e ilegitima ao exercício do direito de protesto de Ricardo e o direito a informação de toda a sociedade.

Si se observara la prueba de tres partes, esta restricción en contra de la libertad de Ricardo no se hubiera dictado ya que no está previsto por la Ley y el interés económico de la empresa en la comercialización de bienes inmobiliarios no está por encima del interés público cristalizado en la garantía de la libertad colectiva de expresión. En otras palabras, esta decisión es desproporcionada y deniega tanto a Ricardo su derecho a la protesta como a la sociedad su derecho a la información.

Guilherme Ravaglia Perisse Duarte de Advogados Ativistas [8](Abogados Activistas) dijo a Global Voices que el caso también sienta un peligroso precedente:

A decisão é assustadora, pois submete os Direitos Fundamentais à liberdade de expressão, reunião pacífica e livre associação, garantidos pela Constituição Federal, ao suposto direito da construtora de vender os imóveis, independentemente da informação.

Utilizando essa lógica seria justificável proibir as pessoas, ou a mídia, de criticar qualquer produto, sob o argumento de que a empresa tem o direito de vendê-lo.

Como seria a sociedade capitalista se a Publicidade fosse a única forma de informar? Eu imagino um mundo de obesos comendo fast-food para emagrecer e é esse o mundo da decisão que proíbe o Fraga de falar, ainda bem que é um caso isolado!

La decisión es aterradora porque somete derechos fundamentales como la libertad de expresión, de reunión pública pacífica y libre asociación, garantizadas por la Constitución Federal, al supuesto derecho del contratista a vender bienes inmobiliarios, independientemente de la información.

Según esta lógica sería justificable prohibir a las personas, o los medios de comunicación, criticar cualquier producto, bajo el argumento de que la empresa tiene el derecho a venderlo.

¿Cómo sería la sociedad capitalista si la publicidad fuera la única manera de informar? Me imagino un mundo de gente obesa comiendo comida rápida para adelgazar y este es el mundo de donde proviene la decisión que prohíbe a Fraga hablar. Afortunadamente es un caso aislado.

Si esta calle fuese mía …

El barrio mayormente residencial de Vila Mariana tiene más de 300.000 vecinos. Está cerca del Parque Ibirapuera, una de las mayores zonas verdes en la selva de concreto que es la ciudad de São Paulo. Es el barrio que Fraga optó para criar sus niños. Todavía recuerda cómo en los años 90 hasta el 2000 los niños solían saltar por encima del muro para jugar y comer frutas de los árboles en el terreno baldío. También recuerda cuando uno de los miembros de la familia Mofarrej decidió cultivar verduras en el terreno y vender a los vecinos.

The wall of protest. Photo: ARTICLE 19/Facebook

El muro de la protesta. Foto: ARTÍCULO 19/Facebook [9]

Y también recuerda el rumor de que un río pasa por el lote:

(Um amigo engenheiro) disse que havia fortes indiciados que naquela área passasse um rio, o Boa Vista. Como no processo de licenciamento não constava nenhuma referência, fomos atrás de mapas antigos e descobrimos um de 1905 e outro de 1913 que dava indícios da existência do curso do rio. Com estes dois mapas encaminhei memorando como servidor ao secretário da secretaria do verde e do meio Ambietne municipal que suspendeu o licenciamento para averiguação.

(Un ingeniero amigo) dijo que había fuertes indicios de que corría un río a través de la zona, el río Boa Vista. Como el proceso de licenciamiento del complejo no hizo ninguna referencia a eso, comenzamos a buscar mapas antiguos y encontramos uno de 1905 y otro de 1913 que indicaban la existencia del río. Con estos dos mapas, publiqué una nota, como servidor público, a la Secretaría Municipal del Ecología y Medio Ambiente, que suspendió la licencia para verificarlo.

Después de realizar una extensa investigación de geoprocesamiento y al encontrar nuevos mapas en el Ayuntamiento, Fraga se enteró de que la información sobre el río era cierta. Por dos veces la licencia ambiental para la construcción fue suspendida, y por dos veces la iniciativa inmobiliaria de 162 apartamentos y 650 plazas de aparcamiento [10] con precios estimados entre 2,5 y 5 millones de reales [11] (entre 1 y 2 millones de dólares norteamericanos) – se ha reiniciado.

Así que, cuando oyó la sentencia el 15 de mayo de 2013, le fue difícil contener las lágrimas:

Dijo:

Sou tb advogado e, assim que comecei a escutar a decisão do agravo impetrado, percebi que ela continuaria violentando-me, impedindo-me de postar na rede mundial de computadores e de impedir-me d ir ao local, mesmo após termos contestadas todas as acusações existentes na petição inicial da empreendedora.

Soy también abogado y tan pronto como empecé a oír la decisión sobre la queja presentada, me di cuenta de que seguirían violando mis derechos, impidiéndome publicar en Internet y alejándome del local, incluso después de que contestáramos a todas las acusaciones de la petición inicial de la empresa.

Pero incluso con la prohibición, la página de Facebook «O Outro Lado do muro» sigue documentando y debatiendo los movimientos de gentrificación y de ocupación en la ciudad de São Paulo.

Las tres torres de apartamentos de la empresa Mofarrej están casi concluidas y listas para ser entregadas.