Después de haber experimentado un almuerzo familiar de domingo en casa de su novio argentino, la caricaturista norteamericana, Sarah Glidden, investiga y trata de responder a la pregunta acerca de las diferencias culturales entre Argentina y EE. UU. Mientras que para muchos estadounidenses es difícil comprender que la familia se reúna semanalmente – y todos estén feliz de hacerlo -, en Argentina «hasta los domingos huelen diferente«, huelen a miles de asados familiares.
Como descubrí bastante pronto, la familia de Fran no es única. El «almuerzo familiar» es algo común aquí. La mayoría de la gente que conozco me dijo que se juntan a comer con sus familias varias veces al mes.
¿Acaso la familia es la isla que brinda la estabilidad en un país donde la crisis representa la normalidad? ¿O los estadounidenses no aman lo suficiente a sus familias? ¿O simplemente la movilidad demográfica impide reunirse habitualmente? Todas estas preguntas son abordadas por la caricaturista.
Pero, ¿realmente los estadounidenses odian a sus familias? ¿O es solo otro estereotipo de la cultura norteamericana que la gente como yo repite sin preguntarse al respecto?
Estadounidenses: individualistas, materialistas, patriotas, egoistas, inexplicable falta de orgullo por la mantequilla de maní, odian pasar tiempo con sus familias.