El ensayo general para las medidas represivas en Bielorrusia

Total media control, or the unexpected virtue of being Alexander Lukashenko. Images edited by Kevin Rothrock.

Control total de los medios de comunicación, o la virtud imprevista de ser Alexander Lukashenko. Imagen editada por Kevin Rothrock.

El estado de libertad de expresión en Bielorrusia disfruta de una estabilidad extraordinaria: en 2015, Bielorrusia ocupó el puesto Núm. 157 de 180 países, según el Índice de libertad de prensa de Reporteros sin fronteras, por tercer año seguido. Los ataques a los medios de comunicación independientes han sido una constante desde la década de los años 90. Desde leyes restrictivas, redadas en los periódicos, enjuiciamientos criminales politizados, hasta vetar los viajes de reporteros honestos y la falta de investigación respecto al fallecimiento de muchos periodistas – Minsk ha utilizado cada recurso posible, que tiene en su arsenal, en contra de la libertad de prensa. 

El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, quien es denominado a veces como «el último dictador de Europa», dijo en una ocasión que, los periodistas «poseen un arma de gran poder de destrucción». Es por esa razón, él indica, el Estado debe ejercer control sobre los medios de comunicación.

En la actualidad, Minsk controla casi la totalidad de los medios de comunicación. Existen unas raras excepciones en línea, como los canales de noticias de la oposición Charter 97, Naviny.by, Belaruspatisan.org, el periódico Narodnaya Volya y unos cuántos más. Lukashenko sería probablemente feliz de clausurar estas publicaciones también, sin embargo, estas brindan una faceta de democracia pluralista, que es muy útil cuando responden a la crítica nacional y, particularmente, en el extranjero.

Lukashenko dirigió una granja colectiva previamente al colapso de la Unión Soviética. En el presente, él trata al Internet con una mezcla de asombro y cautela, considerándolo como una de las mejores creaciones de la humanidad, aunque sea un arma potencialmente peligrosa e inherentemente estadounidense.

The Press Service of the President of the Republic of Belarus.

Alexander Lukashenko y su hijo más jovén, Kolya, durante la cosecha en el territorio de la residencia presidencial. Imagen: servicio de prensa del presidente de la República de Bielorrusia.

La supresión de los medios de comunicación en Bielorrusia se vuelve particularmente violenta durante la temporada electoral. Durante la última elección, en diciembre 2010, muchos sitios web de la oposición y algunas redes sociales fueron deshabilitadas por completo, siendo estos blancos de bloqueos y hackeos. La policía realizó una redada en las oficinas de Belsat TV y en la estación local de European Radio, arrestando a muchos periodistas. Lukashenko fue el ganador de la votación, sin embargo, un grupo de monitoreo internacional de la Organización para la seguridad y cooperación en Europa, indicó que este sufragio no fue libre ni justo. Entre 10,000 y 60,000 personas se reunieron en el centro de Minsk para protestar en contra de los resultados de la votación, pero las fuerzas especiales de la policía dispersaron a la multitud a la fuerza y aprehendieron a 700 protestantes, así como también a siete de los nueve candidatos a la presidencia.

Las próximas elecciones se llevarán a cabo este año en noviembre, y la situación política del país promete ser aún más volátil. Hace cinco años, la mayoría de los habitantes de Bielorrusia vivian en relativa comodidad, disfrutaban de ascensos en sus salarios y de los beneficios de retiro. No obstante, en el 2011, se terminaron las reservas de la divisa nacional y el tipo de cambio del dólar se triplicó de 3,100 rubros bielorrusos en marzo 2011 a 8,700 en octubre, (en la actualidad, se requiere casi de 15,000 rubros bielorrusos para comprar un solo dólar estadounidense). El precio del petróleo a nivel internacional también ha sufrido una caída rápida. Lukashenko ha podido contener la crisis económica principalmente mediante generosos préstamos provenientes de Moscú.

En 2015, el Estado bielorruso debe a sus acreedores aproximadamente $4 mil millones de dólares, los cuales constituyen cerca de dos tercios del total de sus reservas en el extranjero. La economía bielorrusia, dominada en gran parte por compañías estatales deficientes, no se ha reformado tanto de su predecesora soviética. Mientras más se prolonguen los infortunios financieros del país, es menos probable que la ayuda de Rusia pueda rescatar a Lukashenko del ajuste de cuentas con sus votantes. Además, la economía implosiva propia de Rusia, sin mencionar la oposición de Lukashenko para aprobar la anexión de Crimea, pone en riesgo el continuo sustento.

Los funcionarios en Minsk parecen notar el cataclismo que podría suceder más adelante, por consiguiente, existen señales que Minsk se está movilizando para tratar esa situación, adelantándose a las elecciones presidenciales. El pasado diciembre, el parlamento adoptó reformas para regular los medios de comunicación, equiparando a los medios de comunicación en línea con los medios de comunicación masivos tradicionales. Estas reformas también confieren poder al Ministerio de Comunicaciones e Información para clausurar de forma extrajudicial los recursos en línea.

Vladimir Chudentsov, fundador del sitio web independiente By24.org, indica que el Estado espera ejercer sobre Internet el mismo control que ha tenido sobre la televisión:

В нем [интернете] власти также начнут формировать свою альтернативную реальность, в которой в обменниках есть доллары, в стране нет безработных, а милиционеры не лгут в суде и не фабрикуют административных и уголовных дел.  

Las autoridades empezarán a crear su propia realidad alternativa en Internet, donde existen muchos dólares en las oficinas de cambio de divisa, no existen indigentes en el país y donde la policía no miente en el tribunal o fabrica evidencia en cargos civiles y penales.

Tan pronto como se realizaron los cambios en la regulación de medios de comunicación bielorrusos, muchas de las páginas web independientes de noticias se volvieron inaccesibles casi simultáneamente. El Estado no se responsabilizó por esa interrupción, más bien atribuyó ese suceso a problemas técnicos o ataques de denegación distribuida de servicio (DDoS).

Según Alexander Klaskovsky, quien trabaja para la agencia de información independiente BelaPAN, el problema que experimentaron los canales de comunicación independientes en línea obviamente fue obra del Estado bielorruso. Este tipo de operación, solo se puede realizar con la autorización y los recursos de los funcionarios en Minsk. Klaskovsy indica que esta medida es un castigo que les impusieron por dar cobertura a noticias respecto al deterioro de la economía del país.

El editor jefe del Belaruskaya Pravda, Yuri Dubina, indica que estos bloqueos son «el ensayo general previo a la votación». Yanina Melnikova, miembro de la junta de la Asociación bielorrusa de periodistas, proporciona una explicación similar:

Кто-то очень сильно напрягся, опасаясь народных протестов в связи с положением в экономике и прочими проблемами, на которые аудитория независимых медиа могла отреагировать.   

Alguien se volvió increíblemente intranquilo; temor por la inquietud social debido a la situación económica y otros asuntos – temas que pueden incitar a la audiencia de los medios independientes.

En el presente, los periodistas se están preparando para lo peor. Existe cierta incertidumbre sobre si algún político competirá con Lukashenko en noviembre, sin embargo, es posible que protestas masivas, motivadas por la mala economía, sean una realidad; tan real como las redadas en los canales de comunicación y los arrestos de periodistas. «Existen rufianes allá fuera», ha advertido Lukashenko. «Es por esa razón que las autoridades están aquí. Neutralizamos a dichas personas y evitamos que se disparen unos contra otros en las calles. No permitiremos que alguien libre una guerra aquí en Bielorrusia».

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