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Activistas tunecinos temen retrocesos en derechos tras el ataque al Museo del Bardo

Categorías: Medio Oriente y Norte de África, Túnez, Derecho, Derechos humanos, Gobernabilidad, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Política, Protesta
The Bardo Museum in Tunis, which houses the largest collection of Roman mosaics in the world, will reopen to visitors next Tuesday. Photo by Richard Mortel shared on flickr under a BY-NC-SA creative commons license. [1]

El Museo del Bardo en Túnez, que ofrece la mayor colección de mosaicos romanos en el mundo, tenía previsto reabrir al público el martes 24 de marzo. Foto de Richard Mortel, compartida en flickr bajo una licencia BY-NC-SA Creative Commons.

Activistas y blogueros tunecinos han expresado su preocupación por los retrocesos para los derechos a raíz del mortal ataque al Museo del Bardo [2] en Túnez, el miércoles 18 de marzo. En el ataque, reivindicado por ISIS [3] el 19 de marzo, perdieron la vida veinte turistas y un agente de la policía tunecina. La policía mató a los dos atacantes.

Tras el ataque, políticos y ciudadanos efectuaron declaraciones, pidiendo restricciones a los derechos y libertades y el uso de la pena capital, que causaron asombro entre los activistas de derechos humanos.

Amin tuiteó:

Hay tunecinos que quieren menos derechos, menos libertad y menos democracia para luchar contra los que se oponen a la libertad y la democracia

Wafa Ben Hassine advirtió:

El presidente tunecino al Sebsi habla de ‘borrar a estos terroristas del mapa’. Hora de dar la bienvenida a aún más recortes de la libertad.

Mientras se desarrollaban los dramáticos acontecimientos en la tarde del miércoles, Khawla Ben Aicha, diputada por el partido antiislamista Nidaa Tounes [7], que ganó las elecciones legislativas y presidenciales a fines de 2014, tuiteó:

No hablemos nunca de derechos humanos con este tipo de personas, ¡nada de tolerancia! ¡La ley debe ser sometida a votación inmediatamente!

Ben Aicha se refería a un proyecto de ley antiterrorista que se supone debe reemplazar a la ley de 2003 promulgada por el antiguo régimen de Zine el Abidine Ben Ali. Aprobada bajo el pretexto de preservar la seguridad, la ley de 2003 se implementó como una herramienta de opresión contra la disidencia pacífica. Según Human Rights Watch [12], un proyecto de ley presentado ante la Asamblea Constituyente en julio de 2014 ─pero que finalmente no se adoptó─ contenía varias mejoras con respecto a la ley de 2003, pero su definición de lo que constituye una actividad terrorista seguía siendo demasiado amplia y ambigua.

Irónicamente, en el momento del ataque los miembros del Parlamento, que se encuentra junto al Museo del Bardo, estaban debatiendo la nueva legislación antiterrorista. En declaraciones a Democracy Now, Amna Guellali directora de la oficina de Human Rights Watch en Túnez advirtió [13] advirtió sobre «un endurecimiento del aparato de seguridad y amplias operaciones antiterroristas que conducirían a algunos retrocesos en materia de derechos».

El tuit de la parlamentaria dio lugar a reacciones furiosas de varios usuarios tunecinos de Twitter:

Selim, miembro del grupo de control parlamentario AlBawsala, tuiteó:

Negar los derechos humanos no resolverá el problema del terrorismo, al contrario, lo reforzará…

Eya Turki respondió:

Los derechos humanos son aplicables a absolutamente todo el mundo; piense con lógica y deje de hablar bajo los efectos de la histeria. 

El periodista y bloguero tunecino Malek Khadhraoui expresó su consternación:

Usted es una vergüenza absoluta para nuestra asamblea. Tenga un poco de respeto por los fallecidos y guárdese su propaganda

In an anti terrorism protest on Wednesday, protester holds banner reading: "No to human rights with terrorists. We want life. They want to death. So Death is theirs. Photo shared on twitter by user @RymKH [18]

En una manifestación contra el terrorismo el miércoles 19 de marzo, una manifestante sostiene una pancarte que dice: «No a los derechos humanos para terroristas. Queremos vida. Ellos quieren muerte. Así que la muerte les pertenece». Fotografía compartida en Twitter por @RymKH [18]

A raíz del ataque, resurgieron las peticiones de la pena de muerte. Los partidarios de Nidaa Tounes que se reunieron frente al Parlamento en la noche del 18 de marzo exigieron el uso de la pena capital contra los implicados en «actividades relacionadas con el terrorismo», según informó [19] la emisora privada Radio Mosaique FM.

Túnez ha observado una moratoria de las ejecuciones desde 1991, aunque los jueces siguen dictaminando condenas a muerte.

Pena de muerte contra todo terrorista y toda persona que apoye el terrorismo y todo yihadista en Túnez

La libertad en Internet no se libró de las acusaciones. El partido liberal Afek Tounes, que es miembro del gobierno de coalición liderado por el primer ministro Habib Essid y cuenta con ocho escaños en el Parlamento, publicó un comunicado [22] llamando a «librar una guerra contra el terrorismo» y a tomar una serie de medidas, entre ellas declarar el estado de emergencia y adoptar la ley antiterrorista. El partido, cuyo líder Noomane Fehri encabeza el Ministerio de Tecnologías de la Comunicación y Economía Digital, también llamó al filtrado de los sitios que incitan al terrorismo y el procesamiento de sus responsables. Por otra parte, Essid anunció [23] que los ministerios de Interior y deTecnologías de Comunicación están cooperando a través de un «organismo especializado para controlar los sitios que promueven el terrorismo».

Estas declaraciones no pasaron desapercibidas teniendo en cuenta la abusiva historia y restrictiva legislación de Internet en Túnez.

El abogado Kais Berrjab tuiteó el 19 de marzo:

Analistas, políticos…si creen que la censura de la red es una medida eficaz contra el terrorismo, ciérrenla.

Y añadió en otro tuit:

Esto es el fin de la libertad de la red en Túnez. Como consecuencia del ataque de Bardo, [existe la] posibilidad de filtrado, vigilancia masiva y reducción de la privacidad

Considerado previamente un enemigo de la libertad en Internet, las autoridades interinas de Túnez levantaron las prácticas de filtrado de Internet tras la caída de Zine El Abidine Ben Ali, que había estado en el poder durante 23 años. Esto ha permitido a los usuarios en Túnez acceder a la red y expresarse libremente, incluidas las personas que adoptan ideologías extremistas.

Por ejemplo, se ha publicado una serie de tuits con la etiqueta #غزوة_تونس (incursión en Túnez) para celebrar el atentado al Museo del Bardo y conmemorar a los pistoleros.

Algunos políticos también se han sumado a los activistas para pedir respeto a los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo. El ex presidente Moncef Marzouki dijo [36] que «recurrir a la tiranía no resolverá los problemas de los tunecinos» y pidió al gobierno no hacer uso del ataque de Bardo para «deshacer lo que la Revolución ha logrado [en materia de derechos como] las libertades de expresión y de opinión».

La diputada Sayida Ounissi, del partido islamista Ennahdha, tuiteó la siguiente caricatura el 21 de marzo:

A pesar de la emoción, los temores y la tentación. Tenemos que seguir por el camino democrático

¿Defenderá Túnez la libertad mientras lucha contra militantes?