Los extremos norte y sur de Chile fueron inundados por lluvias torrenciales. Imagen tomada del sitio Veo Verde. Publicada bajo licencia de reuso.

En el norte de Chile se han concentrado en los últimos años varias comunidades de inmigrantes colombianos que dejaron su país en busca de mejores oportunidades. En principio, estos migrantes llegaron a Chile atraídos por la imagen de estabilidad política, el crecimiento económico del país y las promesas de la lucrativa industria minera. Para otros más, la violencia que acosa muchas zonas de Colombia fue la que impulsó importantes números de sus ciudadanos a buscar otros espacios de desarrollo. Y aunque muchos de estos migrantes encontraron, en efecto, cierta estabilidad económica y seguridad personal, un nuevo reto se impuso con la discriminación venida de prejuicios contra colombianos en general, y afrodescendientes en particular. 

A partir de las imágenes expandidas en los medios de comunicación, algunos chilenos atribuyen el aumento de la delincuencia a la presencia de colombianos en el país. Las muestras de rechazo contra los colombianos en Chile han sido numerosas. Un ejemplo de ello fueron las manifestaciones anti-inmigración en la norteña ciudad de Antofagasta.

A raíz de los choques entre inmigrantes y locales, Global Voices Online junto con otros medios organizó un Google Hangout el pasado 13 de marzo, en el cual se discutió el éxodo de originarios colombianos a esta misma ciudad. En estas conversaciones se presentaron testimonios de migrantes colombianos en Chile, de expertos en el tema migratorio en la región, y de periodistas que siguen de cerca estas historias.

Sin embargo, la situación dio un vuelco luego del peor desastre pluvial de los últimos 80 años en las regiones norteñas (principalmente en Atacama y Antofagasta) cuando lluvias torrenciales provocaron el desbordamiento del río Copiapó. Mientras los norteños trataban de arreglárselas con la inundación y el lodo que cubría caminos, casas, y puentes, la solidaridad mostrada por un grupo de inmigrantes colombianos se convirtió en tema conversación. En las redes sociales se difundieron imágenes de voluntarios vistiendo la camiseta de la selección de fútbol de Colombia, mientras despejaban con palas las calles de barro y ayudaban donde los necesitaran.

En Facebook, la caleña residente en Copiapó, Maite Vanessa Castro compartió fotos en su perfil de Facebook. Mientras tanto, algunos vecinos de dicha ciudad, señalaron que los colombianos fueron “los primeros en llegar”:

Los inmigrantes colombianos colaborando en Copiapo. Esas son las buenas imagenes. pic.twitter.com/sq3hT45K9B

— Nicolás Copano (@copano) March 28, 2015

[Hermanos] Colombianos inmigrantes se organizan para ayudar a los afectados en Copiapó – pic.twitter.com/qJKFRaVB19» #AméricaUnaSola @LibardoBuitrago

— Reportero Movil2 (@MOVIL2) March 29, 2015

Varios hicieron un llamado a replantearse la forma en que se mira a los inmigrantes de esta nación:

Para aquell@s q piensan q TODOS los inmigrantes son delincuentes, las imágenes de los colombianos en #Copiapó son tremendo tapabocas.

— Daniel Chávez Campos (@dchavezcampos) March 30, 2015

Ahí están los hermanos colombianos ayudando a despejar las calles de Copiapó. Pensar que para algunos son un problema pic.twitter.com/496fXlUSff

— Furação (@pupimayer) March 28, 2015

ⓒⓐⓜⓑⓘⓔ ⓓⓔ ⓐⓒⓣⓘⓣⓤⓓ ⓟⓤⓔ aquí están los «colombianos de mierda» [sic], ayudando a despejar calles de #Copiapó. pic.twitter.com/A17JCIfbff«

— ⓕⓔⓡ (@mafermil) March 29, 2015

También hubo testimonios de agradecimiento de los chilenos a la comunidad colombiana por este gesto:

#Copiapo inmigrantes colombianos. Mis respetos. pic.twitter.com/yQoidcdsp7

— MarioAlberto™ (@MarioMoya1976) March 28, 2015

No espero menos d Cachacos y Corronchos. Colombia la tengo pegada y se d su valia y solidaridad.Bah! Latinoamericanos http://t.co/9pNOlTz5QU

— Carlos Weber (@WeberCweber) March 30, 2015

Que este país se llene de colombianos!http://t.co/I32xaM2ERK

— Luis Eduardo Thayer (@eduardothayer) March 30, 2015

Este post fue escrito con la colaboración de Robert Valencia.