
Jianjay Potter y Grace Zardon en Monrovia, Liberia. Foto: Marc Campos. Publicado con el permiso de PRI.
Este artículo y reportaje radial de Andrea Crossan para The World aparecieron originalmente en PRI.org el 7 de abril de 2015 y se republican aquí como parte de un acuerdo para compartir contenidos.
Liberia, en África occidental, fue devastada el pasado año por un brote de ébola que mató a miles de personas.
Todo lo que ven los enfermos contagiados con este virus en los hospitales son máscaras y trajes que parecen robots de los doctores y enfermeras que los atienden. Los médicos deben llevar estos trajes de protección para evitar entrar en contacto con los pacientes. Sin embargo, este atuendo tan intimidante despoja un trozo de humanidad.
Hasta ahora.
En los Ángeles, la artista Mary Beth Heffernan vio en las noticias el traje que se utiliza para tratar a los enfermos de ébola. Pensó que los pacientes se tenían que sentir aislados y se le ocurrió la idea de hacer fotos a las caras del personal sanitario y posteriormente colocarlas en sus trajes de protección.
A finales de febrero, Heffernan viajó a Monrovia, Liberia, para hacer esta idea realidad.
Llevó cámaras, seis impresoras, cartuchos de tinta y etiquetas adhesivas para imprimir las fotos.

Mary Beth Heffernan haciendo la foto al trabajador sanitario Morris Zolu. Foto: Marc Campos. Publicado con el permiso de PRI.
«He dicho a los trabajadores sanitarios que pusieran la expresión que quisieran que viera el paciente si no estuvieran cubiertos con esos trajes», dice Heffernan. «La mayoría optó por una cálida sonrisa y eso es lo que ven los pacientes en estas fotos».

Los trabajadores sanitarios Morris Zolu, Kaifouba Kamara y Joseph Walatee con sus retratos. Foto: Marco Campos. Publicado con el permiso de PRI.
Los retratos se colocaron encima de los trajes de seguridad y al acabar la jornada laboral se desecharon.
«Uno de los retos fue que las fotos son difíciles de conseguir en Liberia y son caras de imprimir», así que Heffernan dio a los miembros del personal una copia de su retrato para que la guardaran.

Una foto pegada detrás de un iPad. Foto: Marc Campos. Publicado con el permiso de PRI.
Heffernan comenta que es mejor que el personal sanitario lleve las fotos en lugar de solo las etiquetas con los nombres.
«Una identificación es muy pequeña, es una etiqueta, y designa autoridad. Trata de diferenciar clases de gente con poder. Lo que quise hacer con esto fue dar más importancia al paciente».

Selina, una trabajadora sanitaria de Monrovia, llevando su retrato. Foto: Marc Campos. Publicado con el permiso de PRI.
Esto ha ayudado a que los trabajadores se relacionen mejor entre ellos y con sus pacientes.
«Ya no parecemos ninjas que dan miedo», dijo el personal sanitario a Heffernan.

Trabajador sanitario en Monrovia poniéndose los guantes. Fotos: Marc Campos. Publicado con el permiso de PRI.
Si todo va bien puede que los médicos no tengan que llevar sus fotos por mucho más tiempo. El brote de ébola se ha ido controlando durante los últimos meses y hay esperanzas de que pronto se declare al país libre de la enfermedad.

Morris Zolu, higienista, entrando en la zona roja. Foto: Marc Campos. Publicado con el permiso de PRI.