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Australia: Reportero de televisión despedido por sus duros tuits sobre el día de las fuerzas armadas

Categorías: Oceanía, Australia, Derechos humanos, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Periodismo y medios
Ceremonia del día de las Fuerzas Armadas, Wollongong (Australia). Foto: Manuel Ribeiro/GV

Ceremonia del día de las Fuerzas Armadas en Australia. Foto: Manuel Ribeiro/GV

Un periodista deportivo de la cadena pública australiana SBS [1] ha sido despedido [2] tras criticar en Twitter el día de las ANZAC [3], fiesta nacional en Australia [4] y Nueva Zelanda [5] que rinde homenaje a los soldados australianos y neozelandeses que han luchado y muerto en cualquier guerra, conflicto o misión de paz.

El día de las ANZAC, que se celebra el 25 de abril, se instauró en un principio para homenajear a los miembros de las Fuerzas Armadas de Australia y Nueva Zelanda [6] (ANZAC) que lucharon en Gallipoli [7] (Turquía) contra el Imperio Otomano [8] durante la I Guerra Mundial [9]. Este año se celebró el centenario de dicha batalla.

Scott McIntyre publicó una serie de cinco tuits relacionados con esta efeméride que molestaron a ciertos lectores. En los tuits, McIntyre censuraba alguna de las acciones que realizó Australia en ambas Guerras Mundiales.

El culto a la invasión imperialista de una nación extranjera con la que Australia no tenía ninguna desavenencia contradice todos los ideales de la sociedad moderna.

Me pregunto si los bebedores y jugadores nacionalistas, poco informados y mayoritariamente blancos, se pararán hoy a considerar el horror que sufrió toda la humanidad.

Recordando las ejecuciones sumarias, las violaciones y robos sistemáticos que cometieron esos valientes «ANZAC» en Egipto, Palestina y Japón.

No olvidemos que los peores ataques terroristas de la historia cometidos en un solo día fueron perpetrados por este país y sus aliados en Hiroshima y Nagasaki.

Niños inocentes asesinados cuando iban a la escuela. Sus sombras abrasadas están incrustadas en el cemento de Hiroshima.

El ministro australiano de Comunicaciones, Malcolm Turnbull [16], describió estos comentarios como «inapropiados» y «tan despreciables que merecen nuestra condena»:

Es difícil pensar en comentarios más ofensivos e inapropiados que los de Scott McIntyre. Observaciones despreciables que merecen ser condenadas.

El director ejecutivo de la SBS, Michael Ebeid [19], también censuró las manifestaciones de McIntyre en Twitter:

Scott McIntyre. Photo: Twitter

Scott McIntyre. Foto: Twitter

Los comentarios de Scott McIntyre son personales, poco respetuosos, y en absoluto reflejan el punto de vista de la @SBS [20]. Nosotros recordamos y rendimos homenaje a nuestros ANZAC.

En una declaración publicada al día siguiente, Ebeid y el director deportivo de la SBS, Ken Shipp, anunciaron que McIntyre había sido despedido:

Mr McIntyre’s actions have breached the SBS Code of Conduct and social media policy and as a result, SBS has taken decisive action to terminate Mr McIntyre’s position at SBS, with immediate effect.

At SBS, employees on and off air are encouraged to participate in social media, however maintaining the integrity of the network and audience trust is vital. It is unfortunate that on this very important occasion, Mr McIntyre’s comments have compromised both.

Las acciones del Sr. McIntyre han infringido las políticas de medios sociales y el código de conducta de la SBS, y como resultado, la SBS ha actuado de forma decisiva eliminando el puesto del Sr. McIntyre en la SBS con efecto inmediato.

En la SBS, se anima a los empleados a que utilicen los medios sociales, no obstante, es vital mantener la integridad de la cadena y la confianza de la audiencia. Por desgracia, en esta ocasión tan importante, los comentarios de McIntyre han puesto las dos cosas en peligro.

El episodio provocó un debate en Twitter sobre la libertad de expresión.

Algunos usuarios buscaron semejanzas entre las críticas a los comentarios de McIntyre y la solidaridad mundial con la revista satírica francesa Charlie Hebdo, conocida por su humor ácido y crudo, después de que un ataque a sus oficinas de París causara 12 muertos.

Mira, «Despidan a Scott McIntyre» es algo y «Soy Scott McIntyre» no.

Hemos ido de «Yo Soy Charlie» a «Despidan A Scott McIntyre» en 4 cortos meses. La libertad de expresión depende del tema, por lo que se ve.

El periodista Hugh Riminton [31] de Ten News reconoció que los tuits de McIntyre eran «inmaduros», pero argumentó que las tropas australianas lucharon por su derecho a expresarse:

Los tuits de Scott McIntyre fueron en último término inmaduros, y en un caso ofensivamente erróneos. Pero no olvidemos que nuestros soldados también murieron por la libertad de expresión.

Riminton opinó que la SBS debería haber actuado de otra forma:

Te has equivocado, Michael Ebeid. Tenías otras opciones aparte de despedirlo.

El director ejecutivo de la SBS respondió:

Hugh, esto no tiene nada que ver con la libertad de expresión. No es posible seguir en antena si tu público no te respeta ni confía en ti.

El debate está lejos de haber acabado. Para cualquiera es complicado encontrar el límite a expresar una opinión personal sin afectar la reputación de quien le da trabajo.

Julie Posetti [36] está actualmente escribiendo su tesis doctoral sobre «La tuiterización del periodismo» en la universidad de Wollongong. En 2012, Posetti escribió un artículo titulado Periodistas, deslices en Twitter y libertad de expresión [37], en el que afirmaba que para los periodistas resulta cada vez más difícil demostrar que sus cuentas personales en Twitter «no reflejan la opinión de mis jefes». Al mismo tiempo los empleadores encuentran más dificultades [38] a la hora de aplicar patrones de conducta a los periodistas cuando estos hacen comentarios en sus cuentas personales de los medios sociales.

Este mismo tema se debate también en otros países del mundo. En Europa, los periodistas portugueses se han enfrentado recientemente a presiones por parte de los portales de noticias, que intentan imponerles un código de conducta cuando utilizan sus cuentas personales en los medios sociales. Suzana Cavaco, investigadora y profesora de periodismo de la universidad de Oporto, cree que es una cuestion de autoregulación [39], ya que los periodistas deberían considerar la ética individual a la hora de determinar si lo que están a punto de decir es moral.

McIntyre no ha respondido públicamente a su despido ni a la campaña #sackScottMcIntyre [40] (Despidan A Scott McIntyre) en Twitter.

Mientras tanto, el sindicato australiano de periodistas Media Entertainment and Arts Alliance (MEAA) [41] cuestionó la legalidad del despido de McIntyre en una declaración publicada poco después [42]:

[…] media employees are being required to use social media platforms to promote their work and those accounts are then being used as a marketing tool benefiting media employers. The policies have begun to infringe on the private lives of media professionals, dictating what they can and can’t say in a private capacity, outside of their work.

MEAA believes that employers must recognize that their employees are entitled to a private life, with their own beliefs and opinions; opinions that should be able to be expressed without heavy-handed retribution by the employer.

Striking a balance between engaging in debate and freedom of expression requires social media policies to be nuanced. What MEAA is finding is that social media policies of employers are inflexible and deny staff the right to have and express a personal opinion.

(…) se exige a los empleados de los medios de comunicación que utilicen las plataformas de medios sociales para promover su trabajo, y estas cuentas se utilizan como herramienta de marketing en beneficio de los medios para los que trabajan.

La MEAA cree que los empresarios deben reconocer que sus trabajadores tienen derecho a una vida privada, con sus propias creencias y opiniones; opiniones que deben estar autorizados a expresar sin temor a represalias por parte de sus empleadores.

Conseguir el equilibrio entre el debate y la libertad de expresión exige que las políticas de medios sociales tengan matices. Lo que la MEAA está descubriendo es que las políticas de medios sociales que aplican los empleadores son inflexibles y niegan a sus asalariados el derecho a expresar una opinión personal.

No todos los australianos se mostraron en desacuerdo con los tuits de McIntyre:

Scott, por desgracia, que te despidan por decir la verdad sobre los malditos ANZAC es una vergüenza, pero no tendrás problemas para encontrar otro trabajo.

El día de las ANZAC se ha convertido en una celebración de la guerra. Nadie menciona sus atrocidades, suicidios y violencia doméstica. Bochornoso.

Y algunos consideraron que la actuación de la cadena televisiva era una vergüenza:

Es escandaloso que la SBS haya despedido a McIntyre – sus tuits eran aire fresco en comparación con la descarada propaganda de todos los demás medios.