Eduardo Cunha, líder de la Cámara de diputados en Brasil, al parecer disfruta estar bajo el escrutinio público.
Comparado por una revista con el maquiavélico personaje Frank Underwood de la serie House of Cards, Cunha es conocido por trabajar hombro a hombro con una de las figuras religiosas más controversiales del país y por ser el foco recurrente de las protestas realizadas por los activistas de derechos civiles y de la comunidad LGBT, debido a sus perspectivas perniciosamente conservadoras.
En esta oportunidad Cunha ha encabezado las portadas por otra controversia: en abril el sitio web Pastebin publicó una lista de 288 dominios de Internet que están registrados a su nombre, 154 de estos hacen referencia, de una u otra manera, a Jesucristo.
Para mantener los dominios, incluyendo jesusfacebook.com.br, gmailjesus, googlejesus, messengerjesus, youtubejesus y jesusblackberry, Eduardo Cosetino da Cunha invierte alrededor de 8,000 BRL (aproximadamente 2,600 US$) al año, según reporte del periódico O Estado de São Paulo.*
El congresista, quien ha argumentado en el pasado a favor de tener un Internet «solo para cristianos», hasta el momento se ha rehusado a comentar respecto a los reportes de nombres de dominio.
Un frente con líder
El fervor religioso de Cunha posee matices políticos muy fuertes. Este congresista, quien se define a sí mismo en su biografía en Twitter como «evangélico, economista y defensor de la vida y la familia», es miembro del denominado Frente Parlamentario Evangélico: grupo que reune a diputados evangélicos provenientes de diferentes partidos que comparten una misma agenda.
Mientras Cunha es miembro oficial del partido laborista gobernante de la presidenta Dilma Rousseff, su frente se convertiría en la tercera bancada más grande de la Cámara de diputados si fuese reconocido como tal, bajo su propio ejercicio. Dicho grupo presenta un verdadero desafío para Rousseff y para el resto de instituciones políticas en Brasil.
Cada semana los congresistas del Frente se reunen en alguna sala del edificio del congreso para orar. Esta práctica está prohibida por la constitución de Brasil, la cual garantiza un estado secular; Sin embargo, esta se reanudó al momento que Cunha fue electo presidente de la Cámara de diputados (Cámara baja) en febrero.
El frente se rehusa a tolerar perspectivas alternativas sobre temas en derechos de la comunidad LGBT, el aborto o la política sobre drogas; y ha luchado por reducir la edad para atribuir responsabilidad penal, de 18 a 16 años. Pese a estas controversias, las membresías del frente se incrementaron 14 por ciento trás las elecciones del congreso el año pasado.
En el reportaje sobre los dominios que Cunha ha registrado, en la versión portuguesa del periódico español El País, se indica que muchos recintos evangélicos exortan a sus feligreses a comprar dominios en Internet y lo ven como una manera de conservar y extender la fe.
Además, argumentan que su objetivo es prevenir la «ciberocupación de dominios», que según la ley estadounidense significa «registrar, comercializar o utilizar un dominio de Internet con intención maliciosa de obtener ganancias de la buena voluntad o de la marca que pertenece a alguien más».
Según el reportaje de El País, la iglesia evangélica española Nuevo Tiempo, por ejemplo, no pudo registrar el dominio nuevotiempo.com pues este ya tenía dueño – quien solicitaba 80,000 US$ para cederlo.
En Brasil, la ley que pudiese evitar esta práctica no ha sido llevada a votación desde 2011, año en que la propusieron por primera vez. El proyecto de ley, presentado por el diputado Claudio Cajado, prohibiría:
(…) o registro de nomes de domínio de internet nas categorias sob o domínio .br idênticos ou bastante similares a nomes de marcas, de empresas ou de pessoas previamente conhecidas, sem autorização do titular. Também não serão registráveis expressões contrárias à moral e aos bons costumes, que ofendam a honra ou imagem de pessoas ou atentem contra a liberdade de consciência, crença e culto religioso.
(…) el registro de nombres de dominio de Internet en las categorías bajo dominio .br que sea idéntico o similar a una marca, empresa o nombre personal conocido previamente sin contar con la autorización del poseedor del título. Expresiones contrarias a la moral y la decencia, que deshonren la imagen de las personas o atenten contra la libre conciencia, el credo o culto religioso.
Eduardo Cunha fue lo suficientemente cauteloso al registrar sus dominios bajo las variaciones .net y .com.br. Además de Jesús, los dominios de Cunha también hacen alusión a su estación de radio (melodiafm) y a sitios de ventas orientados al público cristiano, tal es el caso de «compradecrente», que significa «compra de los creyentes».
Es curioso que Cunha promoviese el «Internet solo para cristianos» al mismo tiempo que se realizaban estos registros en 2012, mientras participaba en una congregación denominada «Marcha a favor de Jesús».
El País cita los comentarios que Cunha realizó a otros medios en esa ocasión:
Em 2012, quando muitos desses registros foram feitos, aproveitando a mobilização de uma Marcha para Jesus, o deputado explicou à revista Época a iniciativa. «Disponibilizaremos contas de e-mails, teremos um buscador, recolheremos doações para igrejas, transmitiremos cultos, comercializaremos produtos cristãos, teremos uma rede social, em suma, é uma internet só para cristãos”, disse à coluna de Felipe Patury. À Folha de S.Paulo, Cunha declarou à época que mirava a «maior audiência evangélica do país».
En 2012, cuando muchos de estos registros se hicieron, aprovechando la movilización de una Marcha por Jesús, el diputado explicó a la revista Época la iniciativa. «Tendremos a disposición cuentas de correo electrónico, tendremos un motor de búsqueda, recolectaremos donaciones para las iglesias, transmitiremos los oficios, comercializaremos productos cristianos, tendremos una red social; en resumen [tendremos] un Internet solo para cristianos». […] dijo a la columna de Felipe Patury. À Folha de S.Paulo, Cunha declaró a Época que su objetivo era «la audiencia evangélica más grande del país».
Y es una audiencia que va en aumento. A pesar que Brasil continúa siendo el país con la mayor población de católicos en el mundo, el número de iglesias neopentecostales y personas que se identifican como evangélicos aumenta con rápidez.
El último censo señaló un incremento del 61 por ciento en el número de evangélicos, en los últimos 10 años. De acuerdo con la encuesta del 2013, realizada por Datafolha, un instituto de investigación, en el presente 28 por ciento de los brasileños son evangélicos.
Eduardo Cunha aparenta tener una mejor lectura de este escenario que la mayoría de personas. Justo antes de ser electo presidente de la Cámara de diputados, él comenzó a distanciarse de una iglesia evangélica, Sara Nossa Terra (Sana nuestra tierra), lugar del que fue miembro durante 20 años, y empezó a presentarse en los cultos de Assembleia de Deus (La Asamblea de Dios), una de las denominaciones evangélicas más antigüas, que cuenta con la tasa más alta de asistencia en Brasil. Ambas congregaciones son dirigidas por líderes que poseen fuerte influencia entre la élite política del país.
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