En su breve biografía en Twitter, resalta la siguiente línea: «justicia social/permanece humano». Y, en efecto, Asteris Masouras destila humanidad. Por esto, espera que la crisis socioeconómica que vive su país, Grecia, y que amenaza con extenderse a la región europea, encuentre soluciones en la solidaridad y un compromiso con la justicia.
Asteris es ingeniero de software y fotoperiodista. Como editor de la sección griega de Global Voices ha
cubierto los levantamientos populares en Túnez, Egipto, Siria y el resto de Oriente Medio y el Norte de África. En los pasados meses se ha dedicado a seguir desde Tesalónica, la segunda ciudad de Grecia, la crisis de la deuda, el impacto de las políticas de austeridad y las reacciones en las calles griegas. En esta entrevista con Global Voices, Asteris analiza la crisis griega, sus raíces y posibles ramificaciones.
Global Voices (GV): ¿Cómo ha despertado Tesalónica luego del referéndum?
Asteris Masouras (AM): El centro de la ciudad estuvo prácticamente vacío durante todo el domingo, mientras se celebraba el referéndum. La mayoría de la gente se concentraba junto a la playa, disfrutando de la brisa de estos días, como si tratasen de saborear unos momentos de paz antes de la noticia. La celebración del ‘no’ estalló horas después, junto a esa misma playa.
GV: ¿Cuál es tu impresión sobre los resultados?
(AM): La evolución de los últimos días, y estos resultados, nos dan esperanza para enfrentar unas negociaciones hostiles y buscar un acuerdo más justo. El ‘no’ dominó en todo el país, pero lo hizo de forma abrumadora en los barrios más pobres, los más castigados por las medidas de austeridad, mientras que los barrios ricos hubo mayoría del ‘sí’. El 61 por ciento de los griegos dijo ‘no’ a un ultimátum de austeridad destructivo, en un contexto de control de capitales y de un acoso institucional y mediático brutal.
GV: Cuéntanos más del papel de los medios, sobre todo en estos últimos meses.
(AM): Los medios de comunicación de masas griegos se han superado a sí mismos en su propaganda y en la forma de sembrar el miedo para intentar que la gente no pueda pensar con claridad en el momento más crítico en la historia reciente de la democracia griega (y quizás también de la europea). En vez de informar racionalmente sobre los problemas que afectan a los griegos, y las decisiones que estos toman desde su libre voluntad, se ha negado a la gente cualquier tipo de agencia, imponiendo una agenda clara basada en intereses comerciales. La corrupción en Grecia es endémica y tiene sus raíces en los intereses de los dueños de los medios y las élites políticas. Pero el referéndum ha demostrado que los griegos están dispuestos a plantarles cara y no se van a acobardar fácilmente.
GV: En España, se incide mucho en la relación entre Syriza y Podemos, y en el modo en que el éxito de un partido determina el del otro. ¿Qué crees que significan estos resultados para España?
(AM): Es obvio que el estilo duro de negociación que emplean las instituciones contra Grecia tiene mucho que ver con el deseo de evitar el “efecto contagio”. Se castiga a Grecia por votar a Syriza y desafiar el discurso dominante. Los ataques de Rajoy contra Grecia y el gobierno de coalición que han hecho daño tanto a Grecia como a la UE [Uniión Europea] tienen mucho que ver con el miedo a Podemos, pero creo que al Gobierno español esto se le puede volver en contra si el referéndum griego termina beneficiando a Podemos.
GV: Nos conocimos justo antes de las protestas de 2011 en Oriente Medio, en España y otros países. Han cambiado muchas cosas desde entonces. ¿Es Grecia el último episodio de ese descontento ciudadano?
(AM): De algún modo sí, aunque el descontento griego con la corrupción y las políticas neoliberales es anterior a la Primavera Árabe y los movimientos “indignados”. El movimiento obrero y de protesta griego lleva años aumentando, en contra de las políticas bipartidistas clientelares. Con la crisis y las medidas de austeridad, se ha ido rompiendo el bipartidismo de Nueva Democracia y PASOK (los dos principales partidos históricos griegos) y la gente se ha unido en torno a ese movimiento indignado en el que desde luego han influido las protestas del resto de la región.
GV: ¿Qué esperas de los próximos meses?
(AM): Lo que deseo es que las instituciones paren la ofensiva contra Grecia, se den cuenta de que la austeridad está destrozando las sociedades europeas y permitan un trato justo que permita a mi país recuperarse. Aunque seguramente es ingenuo pensar que prevalecerá la razón y la humanidad en las mismas instituciones que tanto han chocado con los movimientos de justicia social, así que espero al menos que haya solidaridad entre nuestros pueblos. Entre los pueblos de Europa, y con los refugiados que llegan a diario a nuestros países. Quizás esto pueda contrarrestar el daño y la destrucción que están imponiendo nuestros líderes, antes de que sea demasiado tarde para la Unión Europea y para todo el continente.