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Cuba Sí, Google No: se rumorea que el gobierno cubano ha rechazado la oferta de Google de Wi-Fi gratuito

Categorías: Caribe, Latinoamérica, Cuba, Desarrollo, Economía y negocios, Medios ciudadanos, Política, Tecnología, GV Advox
A WiFi symbol in Old Havana, Cuba. Photo by Nano Anderson, taken from Flickr under a CC License BY 2.0. [1]

Símbolo del Wi-Fi en La Habana vieja, Cuba. Foto realizada por Nano Anderson y tomada de Flickr bajo una licencia CC BY 2.0.

Altos funcionarios del gobierno cubano han rechazado, presuntamente, una oferta de Google para dotar a toda la isla con Wi-Fi público gratuito.

Aunque ni la compañía [estadounidense] ni el gobierno cubano han hecho declaraciones al respecto, múltiples fuentes informativas [2] parecen haber llegado a esta conclusión tras una entrevista en Juventud Rebelde [3], el periódico juvenil más antiguo de la isla. La entrevista presenta a José Ramón Machado, coetáneo de los hermanos Castro, que tras cuarenta años al frente de la Unión de Juventudes Comunistas cubana aparece más decidido que nunca a inculcar a los jóvenes los valores y ética de la singular marca del Marxismo de Cuba.

Cuando el periodista preguntó a Machado qué pensaba sobre el valor de Internet para la juventud cubana, la respuesta de Machado fue clara:

Esto supone una gran oportunidad, a la vez que un gran reto, porque las nuevas tecnologías resultan novedosas y vitales, no solo para la comunicación entre las personas, sino además para el desarrollo. Todo el mundo sabe por qué en Cuba no hay más Internet, porque ello tiene un alto costo. 

Existen algunos que nos la quieren dar gratis, pero no lo hacen con el fin de que el pueblo cubano se comunique, sino con el propósito de penetrarnos y hacer trabajo ideológico para lograr una nueva conquista. Tenemos que poseer Internet, pero a nuestra forma, sabiendo que es una intención del imperialismo manejarla como una vía más de destruir a la Revolución.

El anti-utópico dominio imperialista que imagina Machado puede sonar disparatado, pero la esencia de este planteamiento no debería tomarse como absurda o descabellada. Reemplaza «conquista» por «beneficio» y la respuesta suena más razonable. En palabras [4] del periodista uruguayo Fernando Ravsberg, que vive en La Habana desde principios de los 90: «Dicen que cuando la donación es demasiado grande, incluso los pobres sospechan».

En efecto, Google es una brillante y resplandeciente representación de los principales valores capitalistas del libre mercado que entidades como la Unión de Juventudes Comunistas y el Partido Comunista Cubano en su totalidad, han querido desmontar y rechazar desde los años 60.

Lo que Machado no mencionó en la entrevista es el hecho prácticamente confirmado [5] de que el gobierno cubano llegó incluso a reunirse con ejecutivos de Google, incluido su CEO Eric Schmidt, en al menos una ocasión desde que ambos países [Estados Unidos y Cuba] decidieran retomar las relaciones diplomáticas el pasado mes de diciembre. Los medios estadounidenses que cubren informaciones tecnológicas se han vuelto locos con el tema (ver titulares del Newsweek [2], Havana Times [6]) a pesar de que parece que no se llega a alcanzar nunca un acuerdo formal. Pero es importante el hecho de que los funcionarios cubanos estaban mínimamente dispuestos a contemplar esa posibilidad.

En resumen podemos decir que se está produciendo un intenso debate entre el partido y el gobierno en relación a estas cuestiones y que no todos coinciden con Machado. En los últimos años, el uso y posesión de productos y servicios tecnológicos, así como el intercambio digital de archivos a través de pendrives y tecnología bluetooth sin miedo al castigo se ha convertido en algo mucho más fácil para los cubanos. Las redes WiFi ya no son algo inaudito, aunque aún son prácticamente inexistentes fuera de La Habana.

La entrevista de Machado puede no ser la última palabra de esta historia, o de la cuestión general sobre la implantación en Cuba de empresas tecnológicas estadounidenses. Pero sugiere que el debate sobre el acceso a la tecnología y su significado político tanto dentro como fuera del país continua provocando rabia en el corazón de los líderes cubanos.