Nueva ley de seguridad nacional china despierta miedos en Hong Kong

"New National Security Law passed. Hong Kong government cannot ensure Hong Kong people's safety in mainland China." Image from online radio D100's Facebook page. Non-commercial use.

«Nueva Ley de Seguridad Nacional aprobada. El gobierno de Hong Kong no puede asegurar la seguridad de la gente de Hong Kong en China continental». Imagen de la página de Facebook de la radio en línea D100. Uso no comercial.

Beijing aprobó una nueva ley nacional de seguridad el 1 de julio, fecha que marca el 94º aniversario de la creación del Partido Comunista de China y el 18º aniversario de la reunificación de la antigua colonia británica Hong Kong y China.

Grupos de derechos humanos la condenaron como limitación de las libertades civiles y promoción de la supresión de la discrepancia. La nueva ley desató miedos dado que los disidentes políticos en Hong Kong que habían propuesto un final a la «dictadura unipartidista» del continente, podrían ser arrestados una vez que crucen la frontera dado que la ley enfatiza que Hong Kong y Macau, ambas regiones administrativas especiales de China con un alto grado de autonomía, deben «cumplir responsabilidades para proteger la seguridad nacional».

La legislación adopta una definición muy extensa de la seguridad nacional y su prescripción de proteger contra amenazas es de alcance muy amplio, incluso tomar medidas sobre la subversión del estado, del separatismo y terrorismo; reforzar las fuerzas armadas para defender la soberanía territorial; evitar crisis económicas o financieras; defender la soberanía del ciberespacio; asegurar suministro de alimentos estable; mantener dominio ideológico; reprimir cultos religiosos; resolver conflictos sociales; proteger contra la contaminación; y desarrollar tecnología nuclear. Además, obliga a los ciudadanos, organizaciones y empresas a movilizarse en contra de actos que amenacen la seguridad nacional.

Aunque Leung Chun-Ying, jefe ejecutivo de Hong Kong, y  Rimsky Yuen, el secretario de justicia, han asegurado que la ley de seguridad nacional de China no aplicará para Hong Kong, Yuen mencionó además que Hong Kong no está en posición de garantizar seguridad en el continente a los activistas locales.

Bajo el principio de «un país, dos sistemas», a diferencia de China continental, la gente de Hong Kong disfruta de la libertad de expresión y asociación. Un ejemplo de esta autonomía es el lema político «fin a la dictadura unipartidista», repetida todos los años durante la vigilia anual de la ciudad para conmemorar la mortal represión de 1989 a las protestas a favor de la democracia en la Plaza de Tiananmen de Beijing, un tema rutinariamente censurado en China. Además, grupos radicales políticos que anhelan la independencia de Hong Kong y los cultos religiosos como Falun Gong también están activos en la ciudad. La preocupación de muchos es que todas estas actividades pueden ser penalizadas bajo la nueva ley de seguridad nacional.

El temor de Hong Kong no es descabellado. Un periódico local citó una fuente cercana al gobierno de Beijing donde se mencionó que activistas políticos que defienden la independencia de Hong Kong y el final del gobierno unipartidista podrían ser condenados si pisan la jurisdicción de China. Según la fuente, tal interpretación de la ley fue apoyada por expertos legales de China continental.

El 6 de julio, los medios informaron que recientemente un número de evangelistas había sido amenazado por autoridades de China continental, quienes le advirtieron que no predicaran a ciudadanos viajando a o viviendo en Hong Kong. Si lo hacían, enfrentarían castigos bajo las regulaciones de China continental sobre actividades religiosas.

Los círculos cristianos de Hong Kong están inquietos porque los organizadores de reuniones religiosas y talleres que ayudan a la gente de China continental a quedarse en Hong Kong, puedan ser penalizados bajo la nueva ley de seguridad nacional.

Los grupos cívicos en Hong Kong también están preocupados de que la infraestructura de seguridad nacional china pueda convertirse en modelo para cambiar la legislación local, específicamente el Artículo 23 de la Ley Básica. Éste declara que las leyes que amparen la seguridad nacional deberían proponerse por el gobierno de Hong Kong. En una propuesta conjunta pasada a la Asamblea Popular Nacional, tres grupos de periodistas locales e internacionales expresaron su preocupación sobre el impacto de la ley de seguridad nacional china en Hong Kong. Les preocupa que Hong Kong sea forzado a pasar nuevas leyes que:

Outlaw some groups in Hong Kong which is operating legally in the territory but is considered illegal by the mainland authorities
– Blacklisting certain people from immigrating or emigrating
– Submitting sensitive information from the HKSAR government or leaking sensitive information related to some special HKSAR residents
– Implementing new policies to cope with the idea of “cyberspace sovereignty” suggested by Article 26 of the bill
– Cracking down on the so-called “negative cultural seepage” and “cult organizations” as suggested by Article 20 and Article 22 of the bill.

Prohíban algunos grupos en Hong Kong que operan legalmente en el territorio pero que son considerados ilegales por autoridades del continente.
-Pongan en la lista negra algunas personas que quieran inmigrar o emigrar.
-Envíen información delicada del gobierno de Hong Kong o filtren información delicada relacionada a algunos residentes especiales de Hong Kong.
-Implementen nuevas políticas para lidiar con la idea de la «soberanía del ciberespacio» sugerida por el Artículo 26 del proyecto de ley.
-Ajusten las riendas a los denominados «filtro negativo cultural» y «organizaciones cultas» como se sugiere en los artículos 20 y 22 del proyecto de ley.

Además, los grupos argumentan que el enfoque de la ley en la soberanía de Internet y el dominio ideológico, saboteará la libertad de expresión y penalizará el discurso.

El gobierno de Hong Kong no ha colocado aún el Artículo 23 en su agenda. Mientras tanto, la ley de seguridad nacional de China está propagando temores entre los activistas políticos, trabajadores de ONG, periodistas y adherentes religiosos que deben viajar a China por trabajo. Aquellos que valoran la libertad de Hong Kong deberán superar ese miedo y pelear para proteger la legislación nacional de la influencia de China.

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