El sargazo enturbia las aguas cristalinas del mar Caribe
Menciona la palabra «Sargazo» y los aficionados a la literatura de las Indias Occidentales pensarán automáticamente en la novela aclamada por la crítica del escritor inglés de origen dominicano Jean Rhys, «Ancho mar de los Sargazos«. Pero en este momento, el sargazo o sargassum, como muchos también lo denominan, un alga marrón oscuro de aspecto elegante y con diminutas bayas, ha estado llegando en grandes cantidades desde el sur de los Estados Unidos hacia las costas del Caribe.
La presencia de este alga en las aguas regionales no es nada nuevo. De hecho, existe toda una zona en el Atlántico Norte que recibe este nombre por ellas. Pero el volumen de sargazo en estos últimos meses es preocupante; algunos están atribuyendo este fenómeno al cambio climático.
Como es lógico, los gobiernos caribeños están preocupados por el efecto que tienen las algas en el turismo. Había tanto sargazo apilado a lo largo de las playas de la costa oriental de Tobago, que lo han tenido que quitar con ayuda de retroexcavadoras. Los huéspedes de un hotel de lujo de la costa sureste de la isla se quejaron de que el olor de tanta alga era nauseabundo. Sin embargo, Tobago hasta la semana pasada parecía estar llena de turistas puesto que la costa oeste de la isla, probablemente debido al movimiento de las mareas, no ha sido afectada.
Un buzo acreditado por PADI, Dave Elliot, que suele bucear por Tobago, grabó un pequeño video acerca del sargazo (primero muestra la perspectiva desde la costa y luego un plano submarino). Es fascinante y merece la pena verlo.
En la primera parte del video, toda la extensión de la Bahía de Tyrell en Speyside en la costa noreste de la isla está llena de sargazo hasta el punto de que el agua parece barro. Alrededor del minuto 5:45, los buzos van por debajo del sargazo. Cuanto más se acercan a la costa, más oscura se vuelve; tienen que encender las luces para poder grabar con la cámara y tienen que utilizar sus brújulas para saber en qué dirección van. El alga era tan espesa que hizo que nadar fuese una ardua tarea. Elliot cuenta:
Occasionally, maybe as a wave would roll, the light would peer through from the top […] Meanwhile, on the sea floor, the area is very sandy. What was noticeable was the absence of the normal algae-eating fish that we know: the parrotfish, the angelfish, the surgeonfish, trumpetfish and all the other smaller versions…the damselfish and such like…there were no signs of these species of fish.
A veces, quizás cuando se formaba una ola, la luz se filtraba desde arriba (…)
Mientras que el fondo marino es una zona muy arenosa. Lo que es evidente es la ausencia de peces que sabemos que normalmente comen algas: el pez loro, el pez ángel, el pez cirujano, el pez trompeta y otros más pequeños…el pez damisela y otros como este…no hay señales de ellos.
Poco después, Elliot descubrió que el fondo del mar estaba «alfombrado con algas»; no se había dado cuenta «cuánta vida había por allí abajo». Esto ha sido motivo de preocupación por parte de los ecologistas (el hecho de que la abundancia de este alga pudiera estar afectando la vida marina), aunque en la columna de un periódico, Lori Lee Lum, jefe de la comunidad educativa del Instituto de Asuntos Marinos de Trinidad y Tobago, apunta:
Besides being a food source, this seaweed community supports a diverse ecosystem and provides critical habitat for a wide variety of sea life including crabs, shrimp, molluscs, fish such as mahi mahi, and sea turtles, and is a nursery and spawning area for others.
Además de ser una fuente de alimento, esta comunidad de algas apoya a un diverso ecosistema y ofrece un hábitat fundamental para una gran variedad de vida marina que incluye cangrejos, camarones, moluscos, peces como el dorado, tortugas marinas y es además una zona de cría y desove para otras.
Poco después, Elliot y su compañero de buceo se dieron cuenta de que no tenían otra opción que volver al embarcadero de Blue Waters Inn en la parte noreste de la isla; las imágenes captadas por la cámara bajo el mar se ven enturbiadas, casi como si fuera algo misterioso. Los pescadores de Tobago también se han visto negativamente afectados.
Como dato curioso, hace cuatro años en septiembre de 2011, cuando la región también experimentó una afluencia de sargazo, un empresario octogenario de Barbados halló la forma de transformar el inconveniente causado por el alga en algo beneficioso. El Servicio de Información del Gobierno de Barbados realizó un video mostrando el proceso que Cavendish Atwell usa para hacer fertilizante a base de Sargazo: