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Gobierno estatal pone en peligro «último pulmón» de la ciudad mexicana de Oaxaca

Categorías: Latinoamérica, México, Ambiente, Gobernabilidad, Protesta
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Vista de la construcción en el cerro El Fortín, el último pulmón de Oaxaca que se lleva a cabo sin consulta pública y en contra de las recomendaciones de expertos. Foto: Masde131

El Cerro del Fortín, último pulmón de la ciudad de Oaxaca de acuerdo con el Patronato Pro Defensa del Patrimonio Cultural y Natural del estado de Oaxaca (Pro-Oax), es conocido por albergar la Guelaguetza [1], la fiesta tradicional más importante organizada por el gobierno de Oaxaca, a la cual llegan miles de turistas año tras año.

El mismo gobierno destruye el Fortín con la construcción de un centro de convenciones. Dicha obra costará 600 millones de pesos; 133 veces el gasto en vivienda de la ciudad de Oaxaca, de acuerdo con información que difunde el Frente en Defensa del Fortín.

El Fortín fue decretado como Área Natural Protegida por el mismo gobierno de Oaxaca en el 2004 y tiene la categoría de Parque Estatal. Tiene una superficie de 87 hectáreas y la vegetación que se perdería serían árboles de encino, eucalipto, jacaradas, mezquites, entre otras especies de plantas.

Más de 50 organizaciones, cientos de personas oaxaqueñas y diversos artistas como el pintor Francisco Toledo y el artista plástico Markoa Vásquez, han protestado contra la destrucción del legado natural del cerro con protestas, clausuras simbólicas de la construcción, tags monumentales en el suelo frente a la catedral o con huelgas de hambre. Así surgió el Frente en Defensa del Fortín.

El gobierno de Gabino Cué les ha respondido con agresiones.

Desde las pasadas elecciones, el 7 de junio del 2015, miles de soldados se han posicionado estratégicamente en la capital de Oaxaca, uno de los estados con mayor población indígena, mayor cantidad de bienes naturales (tiene más de 300 concesiones mineras en su territorio), y en su mayoría regido por usos y costumbres en las ocho regiones que lo conforman.

Voces y testimonios

Los primeros días de junio del 2015 entraron al Fortin máquinas sin dar aviso. Según Odilia Sánchez, vecina, no hubo una consulta previa para realizar la obra. Vecinas y vecinos se organizaron en un grupo y se ampararon contra la construcción del “Centro Cultural de Convenciones de Oaxaca”, cuentan historias sobre la transformación del lugar, donde antes vivían muchas familias,  y en la década de los 70 fueron desplazadas para construir el ahora Auditorio Guelaguetza.

Algo similar vive ahora el Fortín.

“Mi padre, en paz descanse, sembró varios arbolitos acá al frente, todos los vecinos contribuyeron a sembrar el Fortín” relata Irais Tapia vecina de la ciudad de Oaxaca, a lo que refuerza el testimonio de Emilia García: “Yo estuve llorando, porque… ¡los árboles!”.

De acuerdo con Juan José Consejo, director del Instituto de la Naturaleza y la Sociedad de Oaxaca, el gobierno de Oaxaca no ha presentado la Manifestación de Impacto Ambiental necesaria para la construcción de la obra.

Gustavo Esteva, consejero de la Universidad de la Tierra en Oaxaca, asegura:

Es atroz, es una aberración que ese Centro de Convenciones se construya en el Fortín, (…) necesitamos proteger eso que tiene un sentido prácticamente sagrado para nosotros, es el único espacio verde que nos queda en la ciudad”.

Los vecinos denuncian el exceso de militarización en la ciudad por parte del gobernador Gabino Cué. 

Desde las pasadas elecciones federales [4], los militares llegaron para quedarse, luego que maestras y maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) de Oaxaca donde se encuentra el movimiento magisterial disidente más grande del país, la sección 22, organizaran el boicot electoral en diferentes regiones del estado, impidiendo la instalación de urnas.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no autorizó el proyecto del Centro Cultural y de Convenciones. En un comunicado [5] asegura haber emitido una recomendación al gobierno del Estado de Oaxaca para que el centro de convenciones no sea construido en el cerro del Fortín pues “las estructuras arquitectónicas propuestas representan una afectación severa al paisaje cultural e histórico de la ciudad”.

Asimismo, hizo un llamado a la sociedad para proteger el cerro, pues “se trata de un riquísimo patrimonio de los oaxaqueños y de la nación mexicana que ha sido inscrito por la UNESCO en la lista del Patrimonio Mundial”.