La represalia que tuvo lugar en internet por parte de los ciudadanos de origen chino de Trinidad y Tobago durante la última oleada de estereotipos raciales en contra de ellos llamó muchísimo la atención. Los sentimientos anti chinos se encendieron por un video de una pareja — supuestamente en un restaurante chino — desollando un perro. Se convirtió en viral en los medios sociales y fue agravado por los comentarios sediciosos del ministro de salud del país.
Una «Chinee girl» (como algunos se refieren a ellos en Trinidad), Lily Kwok, no pudo aguantar mas y publicó una foto de si misma en Facebook sosteniendo una pancarta que dice «No regresaré a China’. Soy trinitense.» De inmediato fue apoyada por una gran cantidad de ciudadanos con ideas similares, algunos de ascendencia china otros no.
Su entusiasmo y franqueza conmovieron tanto a la bloguera Rhoda Bharath que entrevistó a Kwok sobre su experiencia de vivir en su calidad de china en Trinidad y Tobago. Bharath empezó el post resumiendo que Kwok «tiene padres chinos, una mente hermosa y un espíritu lastimado. Ella se siente poco representada, desempoderada y abrumada». Al final resultó que el incidente del perro desollado no fue lo primero que precipitó el sentimiento anti chino en internet. Kwok recordó:
This first began with the incident of the 4 Chinese nationals who were involved in the stealing of the turtle eggs in June, 2015. I was absolutely flabbergasted […] As someone who loves animals and enjoys turtle-watching, I was very upset at the situation. But you know what else also upset me? The racialized comments that followed after on social media. There is no doubt in my mind that what those men did was criminal and they should be dealt with by the law accordingly. However, instead of purely focusing on the criminality of the action […] many comments diverged into racial stereotyping; assumptions that ‘Chinee people does eat anything’. Moreover, some comments went so far as to request that ‘all dem Chinee need to be sent back.’ I found this amusing considering that when pictures of people standing on leatherback turtles surface on social media, people rarely (if ever) involve ‘race’ in admonishing the acts.
Esto comenzó primero con el incidente de 4 chinos que estuvieron involucrados en el robo de huevos de tortuga en junio 2015. Quedé completamente consternada […] Como alguien que quiere los animales y goza con la observación de las tortugas estuve muy afectada por la situación. ¿Pero sabe que mas me desconcertó? Los comentarios racistas que siguieron en los medios sociales. No hay duda, en mi mente, que lo que hicieron esos hombres fue criminal y ellos deben ser tratados según lo que establece la ley al respecto. Sin embargo en lugar de centrarse exclusivamente en la criminalidad de la acción […] muchos comentarios se desviaron a los estereotipos raciales; asumiendo que ‘los chinos comen cualquier cosa’. Por otra parte algunos comentarios fueron tan lejos como pedir que ‘todos los chinos debieran ser enviados de vuelta.’ Encontré esto divertido teniendo en cuenta que cuando las fotos de gente de pie sobre las tortugas aparecen en los medios sociales la gente raramente (o nunca) implica la ‘raza’ al criticar los actos.
Sobre el incidente del perro desollado dice:
No one denies that a dog is being skinned in the video. That is indeed a fact. And yes, Chinese nationals were once again involved in such an act. That is indeed a fact. But you know what are not facts? That the preparation of the dog to be eaten is any way connected to a Chinese restaurant, that dog meat is being used as a substitute for other meat in Chinese restaurants, and that ALL Chinese people and people of Chinese ancestry eat dog. Yet, even though these are not hard, substantiated facts, many people have made extremely racist and xenophobic comments surrounding them […]
Instead of focusing on the real issue at hand, which is having a meaningful discussion on animal rights and protection in Trinidad and Tobago, we have devolved into using the situation as a platform to unearth deep-seated racism towards Chinese people and people of Chinese ancestry.
Nadie niega que vemos en el video un perro siendo desollado. Esto es un hecho. Y sí, una vez más personas de nacionalidad china han estado implicadas en tal acto. Esto es un hecho. ¿Pero usted sabe cuáles no son hechos? que la preparación del perro para ser comido no está relacionada de ninguna manera al restaurante chino, la carne de perro es usada como sustituto de otras carnes en un restaurante chino y que TODO el pueblo chino y el pueblo de ancestros chinos comen perro. Sin embargo, aún cuando esto no son hechos concretos, ni justificados, muchas personas han hecho comentarios muy racistas y muy xenófobos sobre esto […]. En lugar de centrarse en el problema real que está teniendo un debate significativo sobre el derecho y la protección de los animales en Trinidad y Tobago, se ha degenerado en el uso de la situación como una plataforma para desenterrar un profundo racismo hacia los chinos y las personas de descendencia china.
Tomando nota de que la complacencia sobre este tipo de hechos es peligrosa, Kwok dice que ella se ocupa con este tipo de estereotipo étnico «a través de la educación»:
Sometimes you have to remind someone of your own humanity and individuality. […] To cultivate unity, harmony and love within our society we must first begin to show love ourselves.
A veces tienes que recordarle a alguien de su propia humanidad e individualidad […] Para cultivar la unidad, armonía y amor dentro de nuestra sociedad debemos primero comenzar a amarnos a nosotros mismos.
Hace tres años, en el año de la celebración del medio siglo de la independencia de Trinidad y Tobago de Gran Bretaña, Joshua Lue Chee Kong publicó en línea un proyecto fotográfico que demostró cuan profundamente arraigadas estaban en Trinidad y Tobago las percepciones raciales. Se transmitió el proyecto en cuatro unidades o «series» — Marrones, Blancos, Amarillos y Negros — y actuó como un chino en varios escenarios estereotipados que hicieron evidente, sin decir una palabra, cuan ridículas eran estas impresiones. La serie Marrón fue una obra de teatro sobre la historia de trabajadores indios que llegaron a Trinidad y Tobago a trabajar en los campos de caña de azúcar después de la emancipación:
La serie Blanca se centró en la idea de trinitenses de piel clara como legitimados y sin preocupaciones:
La serie amarilla fue casi profética, ya que contó con varias imágenes de Lue Chee Kong en una cocina con paquetes de «carne de perro»:
Finalmente la Serie Negra destaca a Lue Chee Kong en una esquina preparado para limpiar parabrisas de automóviles:
Es sorprendente que estos dos posts tengan años de diferencia; Lily Kwok podría haber estado haciendo comentarios sobre las fotos de Joshua Lue Chee Kong cuando dijo:
You, as a person in a ‘callaloo country […] have no right to humiliate or dehumanize another human being on the basis of their ‘status’ within the country. This ‘us’ versus ‘them’ mentality, perpetuated since the dawn of colonialism, is a little too old for 2015.
Tu, como una persona en un ‘país callaloo’ […] no tienes derecho de deshumanizar a otro ser humano sobre la base de su ‘estatus’ en el país. Esta mentalidad ‘nosotros’ versus ‘ellos’ perpetuada desde los albores del colonialismo es algo demasiado antiguo para el 2015.