Aumenta la desconfianza de los catalanes antes de las elecciones por la independencia

Picture of the last pro-referendum demonstration in Barcelona, Catalonia, on September 11, 2015. Image from Twitter.

Imagen de la última manifestación pro-referendum en Barcelona, Cataluña, el 11 de setiembre del 2015. Tomada de Twitter.

Una serie de desafortunados incidentes públicos han aumentado la desconfianza de los catalanes respecto al gobierno español en las semanas previas a las elecciones regionales que tendrán lugar en Cataluña el domingo.

El domingo 27 de setiembre, en Cataluña será el día que gran parte de la ciudadanía ha estado esperando: una elección histórica que ha sido planteada como un plebiscito sobre la secesión de España. El gobierno central ha negado la autorización para que se realice un referéndum legal sobre la independencia. Las próximas elecciones regionales finalmente darán un mandato democrático para continuar el proceso independentista o para abandonarlo y explorar maneras de manejar el estatus actual de Cataluña como región dentro de España.

Mientras el gobierno español continúa ignorando lo que se ha conocido históricamente como “el problema catalán”, existe un creciente reclamo de elecciones democráticas para determinar si el pueblo catalán quiere conservar o romper sus lazos con el estado español. La demora del gobierno central, que se opone a un referéndum legalmente vinculante de autodeterminación por considerarlo «inconstitucional,» ha impedido que se realice un sólido debate público acerca de las ventajas y desventajas de la independencia. En cambio, una serie de eventos recientes ha aumentado el descontento y la desconfianza hacia el gobierno español.

En Twitter, el periodista Jaume Clotet (@jaumeclotet) compartió la impresión general de quienes siguen de cerca el proceso electoral:

Un corresponsal extranjero me acaba de decir: «Observando lo que el gobierno español está haciendo parece que quiere perder Cataluña».

El extraño caso de la carta de la Comisión Europea

La medida que mayor indignación ha causado probablemente ha sido la presunta manipulación de una declaración de la Comisión Europea (EC). El 21 de julio, Santiago Fisas, un europarlamentario del partido Popular que se opone a la independencia y al referéndum le consultó por escrito a la Comisión Europea si reconocería a Cataluña como estado independiente. La respuesta, con la firma del presidente de la Comisión Jean Claude Juncker, llegó el 21 de setiembre, en inglés y en español. Sorprendentemente, las versiones eran diferentes, como Alberto Nardelli, editor de datos del diario británico The Guardian, señaló:

Extraordinario: A la izquierda, la declaración de Juncker sobre Cataluña. A la derecha, la traducción al español.

El texto en inglés simplemente afirmaba que «no le corresponde a la Comisión expresar una posición en cuestiones de organización interna relacionadas con ordenamientos constitucionales de un estado miembro en particular.» En la versión en español, no obstante, se había agregado un párrafo extenso que finalizaba con lo que podría interpretarse como una referencia a la imposibilidad de un estado catalán independiente dentro de la Unión Europea:

La determinación del territorio de un Estado miembro está únicamente establecida por el Derecho constitucional nacional, y no por una decisión de un Parlamento autonómico contraria a la constitución de dicho Estado.

Cuando la noticia llegó a las redes sociales y al resto de los medios, la vocera de la EC, Mina Andreeva, aclaró que la versión en inglés era la auténtica y que el párrafo adicional de la traducción al español era el resultado de una «equivocación» o «error humano.» Días antes de las elecciones, los catalanes aún reclaman una explicación mejor. Algunos, como el gerente de programas de WikiMedia Àlex Hinojo (@Kippelboy), se dirigió directamente a Juncker en sus tuits:

¡Hola! @JunckerEU, el pueblo catalán tiene el derecho de conocer la verdad antes de las elecciones del domingo. ¿Quién manipuló la declaración de la EC?

Ni un momento aburrido antes de la gran elección en Cataluña 

Otros escándalos que han contribuido al malestar de los catalanes incluyen informes acerca de que el Banco de España transfirió dinero de otras regiones del país hacia Cataluña por temor a retiros masivos de fondos después de las elecciones. Poco después de que se alertara acerca de ese riesgo, el presidente del Banco de España se retractó de su declaración y señaló que el mencionado escenario de retiros masivos era «casi imposible».

Los usuarios de internet activos en política también se alarmaron por el informe titulado «Elecciones al parlamento catalán: Quién está mintiendo en Twitter«, compilado por el grupo Twitter Bots, que pretende descubrir las redes políticas de perfiles falsos. Esta investigación reveló dos grandes redes de cuentas de spam político, ambas con posiciones contrarias a la independencia.

Usuarios de medios sociales se enfrentan al Primer Ministro español

Pero otro episodio político desafortunado fue causado por la entrevista al Primer Ministro español Mariano Rajoy en la radio Onda Cero el 22 de setiembre. Las respuestas torpes e incoherentes de Rajoy cuando el entrevistador le pidió que explicara sus declaraciones previas acerca de que la independencia le costaría a los catalanes su ciudadanía española y europea de inmediato se volvieron virales, y provocaron una mezcla de sorpresa, vergüenza, enojo y burlas. Esto inevitablemente resultó en la creación de memes en línea, como los siguientes:

¡La mayoría de la prensa española intentó ocultar que Rajoy actuó como un tonto ayer en Onda Cero, pero tenemos a internet!

Las probabilidades en favor de la independencia

En las elecciones de 2012, los partidos que apoyaban un referéndum de autodeterminación—Convergencia y Unión (CiU), Izquierda republicana de Cataluña (ERC), Iniciativa por Cataluña verdes-Izquierda unida, Alternativa de izquierda (ICV-EUiA) y la Candidatura Unidad Popular (CUP)—obtuvieron la mayoría de los votos. El mandato fue claro, pero no fue una tarea fácil. De manera similar a lo que ocurrió con el referéndum escocés, la ley española establece que para llevar adelante un referéndum legalmente vinculante se requiere que el gobierno central transfiera autoridad a la región. Pero al contrario que el gobierno británico, el español ha dejado muy en claro que no autorizará la votación.

Dos años de maniobras políticas y legales del gobierno catalán no han logrado modificar la posición del gobierno español, que mantiene que cualquier intento de realizar un referéndum será considerado ilegal. El gobierno catalán, en un intento por avanzar, realizó una consulta informal el 9 de noviembre de 2014, a pesar del fallo de la Corte Constitucional de España que ordenó la suspensión de la convocatoria a elecciones. El experimento no vinculante de democracia participativa que se desarrolló a pesar de todos los impedimentos legales para promover un debate público, tuvo resultados ambiguos: más del 80 por ciento de los participantes votaron a favor de la independencia, pero los cálculos no oficiales señalaron que el porcentaje de participación fue de alrededor del 36 por ciento.

Las elecciones del domingo están destinadas a brindar finalmente datos oficiales acerca del apoyo popular para la independencia de Cataluña de España. Debería dar un claro mandato democrático tanto al gobierno catalán como al gobierno central para negociar una solución que esperamos sea amistosa y conveniente para los ciudadanos tanto españoles como catalanes.

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