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La iraní Newsha Tavakolian gana el prestigioso premio Príncipe Claus por su «audaz» fotografía

Categorías: Europa Occidental, Medio Oriente y Norte de África, Irán, Países Bajos, Fotografía, Medios ciudadanos, Periodismo y medios
Portrait of Newsha Tavakolian taken for the Prince Claus Fund by Frank van Beek. Image provided by the Prince Claus Fund and used with permission.

Retrato de Newsha Tavakolian tomado del Fondo Príncipe Claus. Foto de Frank van Beek. Imagen tomada del Fondo Príncipe Claus y usada con permiso.

Tori Egherman [1] contribuyó en la traducción al inglés de este artículo. 

Newsha Tavakolian es considerada como una de las primeras mujeres profesionales de la fotografía en Irán y se anunció a principios de mes que ganó el premio holandés Príncipe Claus 2015.

El premio honra logros sobresalientes en las áreas de cultura y desarrollo. En una conferencia de prensa, la Fundación Príncipe Claus explicó que la selección de Tavakolian se debió a su «reportaje audaz de eventos políticos en retratos sensibles y series evocadoras de temas como la inseguridad entre la juventud de clase media, las combatientes kurdas o el impacto de las sanciones en las vidas de los individuos, lo que inspira a fotógrafos jóvenes de todo el Medio Oriente».

Su trabajo se ha publicado en las revistas Time, National Geographic, Le Figaro, Colors, The New York Times, Der Spiegel y el primer periódico iraní de mujeres Zan. Su reciente ensayo fotográfico títulado «Estrés y esperanza en Teherán [2]» en el New York Times trata de la vida ordinaria de los iraníes en Teherán que son afectados por las sanciones, el cual ganó atención anticipada al histórico y polémico acuerdo nuclear logrado entre Irán y los países del P5+1.

A photo essay by Tavakolian on ordinary lives affected by sanctions in Iran. Screenshot of New York Times spread. [3]

Un ensayo fotográfico de Tavakolian acerca de cómo vidas ordinarias fueron afectadas por las sanciones contra Irán. Captura de pantalla del desplegado de The New York Times.  [3]

Su esposo es Thomas Erdbrink, un ciudadano holandés y jefe de la oficina del New York Times en Teherán. En un artículo tributario títulado «no es ‘la esposa': Newsha Tavakolian tuvo que luchar en cada paso» para el periódico holandés de Volkskrant [4] del 5 de setiembre del 2015, describió sus valores, pasión e integridad periódisticos.

In haar eigen land werd haar persaccreditatie haar twee keer afgenomen door de autoriteiten. De laatste keer dat ze niet kon werken, lag ze maanden depressief op de bank. Boos, op alles en iedereen. Ze voelde zich nutteloos.

Uit protest begon ze een project in onze slaapkamer. Het werd een studio waarin ze portretten maakte van haar generatiegenoten, net als zij boos en depressief. Ze noemde het werk Look. Newsha wilde de wereld laten zien dat Iran anders is dan iedereen denkt, en de Iraniërs laten zien hoe depressief ze waren geworden…
Dat succes maakte haar nog vastberadener. In 2014 gaf een Franse bankier haar een prijs van 50 duizend euro voor een project met jonge Iraniërs. Maar toen hij het ‘De verloren generatie’ wilde noemen en persoonlijk haar foto's ging bewerken, pikte ze dat niet. Ze gaf het geld terug.

‘Mijn integriteit is niet te koop’, schreef ze in een open brief die duizenden keren werd gedeeld op Facebook. Uiteindelijk werd de bankier door zijn eigen jury buitenspel gezet en Newsha's project werd precies zo uitgevoerd als zij wilde.

En su propio país, sus credenciales periodísticas fueron revocadas dos veces por las autoridades. La última vez que no pudo trabajar se la pasó meses deprimida recostada en el sofá, enojada con todo y con todos. Se sentía inútil.

Así que como protesta comenzó un proyecto en nuestro dormitorio. Se convirtió en un estudio en donde hacía retratos de su generación, que también estaban tan enojados y deprimidos como ella. Los nombró «Look» (Mira). Newsha quería que el mundo viera que Irán es diferente de como lo perciben y quería que los iraníes vieran qué tan deprimida estaba.

Ese éxito le dio más determinación. En 2014 un banquero francés le dio un premio de 50 mil euros para un proyecto con iraníes jóvenes, sin embargo no pudo soportar la decisión de llamar al proyecto «La generación perdida» y que el banquero editara sus fotos, por lo que le devolvió el dinero.

«Mi integridad no está en venta», escribió en una carta abierta que fue compartida cientos de veces en Facebook. Al final, el propio jurado del banquero lo desautorizó y el proyecto de Newsha continuó tal y como ella quería.

Erdbrink explicó [4] cómo Tavakolian luchó para superar los obstáculos que tiene una mujer fotoperiódista en Irán:

Iemand vertelde haar over een nieuwe krant, Zan (Vrouw). Newsha smeekte om een baantje als fotografe, maar mocht er alleen als telefoniste aan de slag. Op een dag, toen alle mannelijke fotografen de deur uit waren, was er een spoedklus voor de voorpagina. ‘Ga jij dan in godsnaam maar’, zei de hoofdredactrice.

Die dag stuurde ze vanaf de redactie een fax naar haar vader: ‘Ik heb nu een echte baan met salaris. Ik ga mijn eigen auto kopen en op vakantie naar de Kaspische zee.’

Maar voor vakantie had ze geen tijd, toen niet en nu ook niet.

In plaats daarvan kwam ze als enige vrouw een voetbalstadion vol mannen binnen door over een muur te klimmen. Toen de mannelijke hoofdredacteur haar foto van een demonstratie voor meer vrouwenrechten niet op de voorpagina wilde zetten, maakte ze zo'n ruzie met hem dat ze werd ontslagen – een week later werd ze weer aangenomen.

In 1999, toen woedende studenten zes dagen lang in de straten van Teheran vochten voor meer vrijheid, sliep ze een week tussen de barricades. Ze klom in bomen om foto's te nemen, haar mannelijke collega's kunnen nog levendig vertellen hoe verontwaardigd ze waren dat een jong meisje veel betere beelden had dan zij.

Se enteró que existía un periódico nuevo llamado Zan (mujer). Newsha les rogó que le dieran el empleo de fotógrafa pero solo había una vacante de recepcionista. Un día, cuando todos los fotógrafos varones habían salido, surgió la necesidad urgente de una imagen para la portada, así que el editor en jefe le dijo, «Ve a buscarla por el amor de dios».

Ese día, ella le envió un fax a su padre que decía: «Tengo un empleo real con un salario. Compraré mi propio automóvil y pagaré mis vacaciones en el mar Caspio»; sin embargo no ha tenido tiempo para esas vacaciones.

Newsha escaló una pared y fue la única mujer en un estadio lleno de hombres. Cuando su editor en jefe no quiso publicar en la portada su foto de una manifestación de derechos por las mujeres, ella discutió tan fuerte con él que la despidió pero la recontrató una semana después.

En 1999 durmió entre barricadas cuando cubrió los seis días de la lucha de estudiantes que peleaban por más libertad en Teherán. Trepó árboles para tomar fotos. Sus colegas varones recuerdan vivídamente lo indignados que estaban porque una joven había tomado mejores fotos que ellos.

our man in tehran [5]

Captura de pantalla de «Nuestro hombre en Teherán» en el New York Times, resaltando a  Thomas Erdbrink y Newsha Tavakolian.

La figura de Newsha fue ampliamente resaltada en la serie de Erdbrink «Nuestro hombre en Teherán», un documental producido por el canal VPRO de la televisión holandesa y presentada en el The New York Times [5].

Erdbrink describió su reacción de molestia al ser solo presentada como su esposa:

Nadat mijn televisieserie over Iran was uitgekomen, hebben we maanden ruzie gehad. Sommige mensen in Nederland noemden haar ‘de vrouw van Onze man in Teheran’. Had ze daar al die jaren voor gevochten, om ‘de vrouw van’ te zijn?, verweet ze me.

Después de que se lanzaran mis series en Irán, peleamos por meses. Algunas personas en Holanda la llamaban «la esposa de nuestro hombre en Teherán» y ella me reprochaba preguntándome si había peleado tantos años solo para ser «la esposa de».

Portrait of an angry Kurdish woman in Northeastern Syria… #onassignment #Timemagazine [6]

Una foto publicada por Newsha Tavakolian (@newshatavakolian) el

Retrato de una mujer kurda enojada al noroeste de Siria.

Después de haberse enterado de que había ganado el premio Príncipe Claus por 100 mil euros, Tavakolian dio una explicación en su página de Facebook [7]:

Unfortunately it is hard for me to enjoy this prize as much as I would like to, seeing the region where I work and live in flames and tens of thousands seeking refuge in faraway lands.

Desafortunadamente es muy difícil para mi poder disfrutar de este premio tanto como quisiera ya que la región en donde vivo y trabajo está en llamas y cientos de miles buscan refugio en tierras lejanas.

Pidió sugerencias para saber en qué organizaciones podría contribuir para «ayudar a la gente de una forma buena y transparente» y dedicó su premio a «todos los colegas que arriesgan sus vidas contando las historias de otros a quienes nadie escuchan».

Tavakolian ha distribuido 15 mil euros de su premio a una organización que ayuda refugiados sirios e iraquíes, mientras que otros 30 mil euros de su premio los destinó a distintas organizaciones caritativas y fondos que trabajan para la fotografía independiente, cáncer infantil y la preservación de la vida salvaje en Irán.

Otra de las reacciones de Tavakolian al premio fue:

I am extremely humbled and overwhelmed to have been chosen as the winner of the 2015 principal Prince Claus award. I will never forget this day in my life.

Me siento sumamente conmovida y abrumada por haber sido escogida como la ganadora del premio Príncipe Claus 2015. Nunca olvidaré este día.