Miles de manifestantes abarrotaron el emblemático Paseo Reforma de Ciudad de México para dejar claro que los 43 siguen vivos en la memoria colectiva. Foto: Más de 131.
A un año de la detención y desaparición forzada de 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa a manos de la policía en Iguala, Guerrero, y la ejecución extrajudicial de seis personas en un operativo con la presunta participación y encubrimiento de los tres niveles de gobierno, la pregunta sigue en el aire: ¿dónde están?
Por eso miles de personas salieron a marchar en Ciudad de México y otras locaciones dentro y fuera del país el pasado 26 de septiembre.
Mario González, padre de un normalista desaparecido, expresó lo siguiente:
Es impresionante ver que el corazón de cada uno de los mexicanos es tan grande que caben ahí 43 normalistas; es impresionante ver a un año las lágrimas en las caras de miles de personas en la Avenida Reforma (una de las avenidas más importantes y emblemáticas de la capital mexicana) llena con pancartas de los 43″.
Hubo quienes viajaron más de diez horas desde los estados de Chiapas, Oaxaca, Sonora para llegar a la manifestación. Estudiantes y campesinos, amas de casa y sindicalizados, niñas y niños con su propio contingente. Religiosos. Defensores de derechos humanos. Decenas de miles de personas mostraron que México no ha olvidado. No olvida.
El 27 de septiembre, a su vez en Iguala, y de regreso en el lugar de los hechos, los familiares y normalistas de Ayotzinapa marcharon y levantaron dos monumentos. Uno donde ejecutaron de modo extrajudicial a los normalistas Julio César Ramírez Nava y Daniel Solís Gallardo. Otro donde encontraron el cuerpo sin rostro de Julio César Mondragón Fontes.
Así consideran que es un modo para recordar lo que pasó y no olvidar lo que consideran un crimen de Estado.