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Mientras las conversaciones sobre el clima se acercan, una mirada a lo que ha cambiado desde Copenhague

Categorías: Asia Oriental, Europa Occidental, Norteamérica, China, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Ambiente, Derecho, Medios ciudadanos, Política, Relaciones internacionales
Climate change march at the Vatican on June 28, 2015. Photo by Flickr user EcoSikh. CC-BY-NC-SA 2.0 [1]

Marcha por el cambio climático en el Vaticano, el 28 de junio del 2015. Foto del usuario de Flickr, EcoSikh. CC-BY-NC-SA 2.0.

Este artículo de Fiona Harvey [2] fue originalmente publicado [3] en Ensia.com [4], una revista que resalta soluciones ambientales internacionales en acción. Es republicado en Global Voices en dos partes, con permiso. Lea esta primera parte.

Este año verá las negociaciones más importantes sobre cambio climático desde la 15a reunión de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Copenhage el 2009 (COP 15). Esas conversaciones terminaron con avances en varios frentes cruciales, como el acuerdo conjunto de países desarrollados y en vías de desarrollo en objetivos de emisiones, por primera vez, pero  fueron estropeados por escenas de caos en las horas finales y recriminaciones amargas entre gobiernos. 

Nadie desea repetir la experiencia de Copenhague — mucho menos el gobierno de Francia, quien como anfitrión de la reunión de este año, está decidido a obtener compromisos de los gobiernos mucho antes del inicio de las conversaciones para así estar seguro de conseguir un acuerdo.

El mundo ha cambiado considerablemente desde el 2009, con desarrollos clave en ciencia, cambios geopolíticos y nuevos enfoques en cambio climático, todo lo cual pone la conferencia sobre la crisis de este año en un contexto muy distinto al de la última. Mientras nos preparamos para la COP 21 en París que comienza el 30 de noviembre, vale la pena examinar algunos de los cambios más importantes y considerar cómo esas diferencias podrían influir en el tenor de las conversaciones, y, ultimadamente, el resultado.

Nuevo conocimiento

Primero es la expansión de nuestro conocimiento científico. Gracias al trabajo permanente de miles de investigadores en todo el mundo, ahora sabemos aún más de lo que sabíamos en el 2009 sobre el mecanismo del cambio climático, su impacto probable en el futuro y lo que necesitamos hacer para evitar las consecuencias más perjudiciales.

Éstas son las buenas noticias. Las malas son que las advertencias de los científicos más prestigiosos se están volviendo cada vez más urgentes.

As ice melts, the liquid water collects in depressions on the surface and deepens them, forming melt ponds. Photo by Flickr user NASA Goddard Flight Center. CC-BY-NC-SA 2.0 [5]

Mientras el hielo se derrite, el agua líquida queda recolectada en las depresiones de la superficie y las profundiza, formando estanques con lo derretido. Foto del usuario de Flickr NASA Goddard Flight Center. CC-BY-NC-SA 2.0.

El informe más reciente [6] del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el grupo más importante de científicos expertos en cambio climático, fue publicado en tres partes en el 2013 y 2014. Los hallazgos reforzaron la parte científica publicada en el 2007, con elevada certeza — ahora, 95 por ciento — de que el calentamiento tiene una causa humana e incluyó la afinación de las proyecciones de los cambios en el nivel del mar, deshielo, calentamiento de la atmósfera superior y otros parámetros.

Dos puntos sobresalen por encima de los otros hallazgos: un examen de la llamada “pausa” en el calentamiento global, de la cual se ha hablado tanto en los años recientes; y estimaciones del “balance de carbono” mundial o de la cantidad de gases del efecto invernadero que pueden ser emitidas con seguridad en la atmósfera si el límite de 2 °C (3.6 °F) sobre niveles pre-industriales  — más allá del cual los científicos estiman que los aspectos del cambio climático probablemente se convertirán en catastróficos e irreversibles  — no es sobrepasado.

Sobre la “pausa,” el IPCC advirtió que aún hay muy poca información para determinar la causa de la leve desaceleración en la tendencia alcista de las temperaturas globales en los 10 a 15 años pasados. Se espera periodos de un alza más lenta en las temperaturas por variaciones naturales, indicó, y podrían haber otras causas.

Respecto a la pausa, la nueva ciencia [7] ha dado a conocer que no estuvo a tiempo de ser incluída en el informe del IPCC.  Esto incluye estudios que muestran que una causa probable es la mayor absorción de calor por los océanos. Indudablemente seguirán estudios adicionales: Las temperaturas de este año están rompiendo records una vez más, lo que indica que la pausa puede estar llegando a su fin.

La estimación del IPCC del balance de carbono, encontró que cerca de la mitad del carbono que podemos emitir y mantenernos dentro de 2 °C ya ha sido liberado en la atmósfera. Esto es crucial porque, por primera vez, da una clara idea de lo que podemos hacer con seguridad cuando produzcamos emisiones adicionales. De acuerdo a las tendencias actuales, usaríamos el balance remanente en cerca de tres décadas.

En el contexto de las conversaciones COP, los balances de carbono son altamente controversiales porque sugieren que la atmósfera podría ser  “dividida” en porciones finitas de emisiones de carbono que podrían ser asignadas a países ricos y pobres. Este tema genera tensiones con las nociones de equidad que serán imposibles de resolver antes de París, y quizás nunca. Sin embargo, aún si los hacedores de política se negaran a ser sujetados a consideraciones sobre un balance de carbono, el tema —y los cálculos del IPCC— se cernirán sobre las discusiones.

Tendencias de las emisiones

Al mismo tiempo que las advertencias científicas sobre la necesidad de realizar recortes urgentes en las emisiones se han intensificado, las emisiones globales han seguido aumentando en la mayor parte de los años transcurridos. La Agencia Internacional de Energía informó de una pequeña caída en las emisiones provenientes de energía en el 2009, luego de la crisis financiera. Luego, la tendencia alcista se reanudó hasta el 2013, cuando la caída del uso de carbón en China, llevó al estancamiento en el crecimiento de las emisiones. Aún falta ver si esto fue un fenómeno transitorio o un desacoplamiento concertado del carbón del crecimiento económico.

A solar energy installation in Germany. Photo by Flickr user Windwärts Energie. CC-BY-NC-SA 2.0 [8]

Una instalación de energía solar en Alemania. Foto del usuario de Flickr Windwärts Energie. CC-BY-NC-SA 2.0.

Otro hito importante en las emisiones fue alcanzado recientemente: las emisiones per capita de carbón de China excedieron a las de Europa por primera vez. Las emisiones per capita son importantes porque muchos en el mundo en desarrollo las ven como una medida más justa que las emisiones brutas agregadas, de esta manera, el hecho que China se una al club de los ricos en este aspecto marca aún mayores divergencias con los intereses de muchos pequeños países en desarrollo.

Aunque por un lado las emisiones han aumentado desde Copenhague, la tecnología también ha avanzado. Las fuentes de energía renovable han bajado rápidamente de precio, para hacer a las energías solares y de viento, al menos, en los casos más favorables, competitivas con la generación de electricidad a través de combustibles fósiles. El uso generalizado de fractura hidráulica en los Estados Unidos ha significado que el segundo mayor emisor del mundo esté en camino a reducir la intensidad de sus emisiones provenientes del uso de energía. No obstante, el aumento de la fractura hidráulica debe ser contemplado con precaución: las instalaciones de fractura hidráulica que son manejadas deficientemente pueden tener fugas de metano, un poderoso gas que provoca el efecto invernadero; y el petróleo de esquisto bituminoso, por el cual muchas personas que trabajan en fractura hidráulica están optando, es mucho más intensivo en emisiones que el gas de esquisto. Entretanto, en un frente de energía separado, el alejamiento de la energía nuclear en Japón y Alemania, luego del incidente en Fukushima del 2011, ha incrementado la preocupación de que estos países se verán forzados a usar más combustibles fósiles, principalmente carbón. Aún están por verse las implicaciones totales de esto.

Fiona Harvey [2] es una galardonada periodista del medio ambiente para el periódico The Guardian. Previamente trabajó para el Financial Times por más de una década. Ha informado en cada gran tema ambiental, desde lugares tan lejanos como el Ártico o el Amazonas, y su amplio rango de entrevistados incluye a Ban Ki-moon, Tony Blair, Al Gore y Jeff Immelt. Tuitea desde @fionaharvey [9].