La vida en la cárcel de los niños que viven en Bolivia con sus madres presas

Prisoners may take their families to live inside jail. Their wives and kids can share life inside and outside prison. Callampaya, La Paz. Photo by Danielle Pereira, January 2009. CC 2.0. Edited by Kevin Rothrock.

Los reclusos pueden llevar a sus familias a vivir con ellos dentro de la cárcel. Sus esposas e hijos pueden compartir la vida dentro y fiera de prisión. Callampaya, La Paz. Photo by Danielle Pereira, enero de 2009. CC 2.0. Editado por Kevin Rothrock.

Bolivia es posiblemente el único país en el mundo que permite que niños y adolescentes permanezcan recluidos junto a sus padres mientras estos cumplen sus condenas judiciales de reclusión en algún establecimiento penal de la nación sudamericana, de acuerdo con datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh).

El representante del Alto Comisionado de esa entidad, Dennis Racicot, se manifestó en contra de la presencia de niños y adolescentes en las cárceles, sobre todo en las destinadas para hombres:

Señaló que si en la práctica de algún Estado existe presencia infantil en las cárceles porque sus dos progenitores están privados de libertad, se debería tomar en cuenta que como “mínimo” el infante esté junto a la madre hasta concluir la etapa de lactancia, pero no junto al padre, donde, al estar en un penal poblado de hombres, está expuesto al riesgo de abusos y violencia.

El sitio Prensa Bolivia cita datos oficiales para afirmar que unos 2.100 niños viven en las cárceles de Bolivia.

Según un informe de la Defensoría del Pueblo de Bolivia, la situación se agrava en algunos establecimientos donde hombres y mujeres privados de su libertad comparten los espacios:

Aunque en Bolivia la mayoría de las cárceles tienen espacios separados para mujeres, todavía subsisten algunas en que no hay estas divisiones como las de Montero, Riberalta y Oruro, donde las condiciones de las reclusas fueron similares a las de los hombres.

En medio de ese panorama sombrío, hay noticias alentadoras. A mediados de noviembre, se informó de la inauguración de un espacio para niños que viven con sus madres en las cárceles:

El Centro de Orientación Femenina de Obrajes (COF) inauguró cuenta desde ayer con el primer Centro de Atención Integral Pedagógica (CAIP) del país, un espacio de apoyo educativo para los niños […] que viven con sus madres en el reciento [sic] penitenciario. El CAIP de Obrajes tiene una biblioteca, sala de informática y jardín para juegos.

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