El reciente caso de la diseñadora de modas francesa Isabel Marant, quien usó bordados típicos de Oaxaca, México, en una de sus colecciones lo que le valió una denuncia por plagio, ha causado revuelo y ha desatado inesperadamente una jauría incontenible de sentimientos y puntos de vista sobre la propiedad intelectual colectiva de los pueblos originarios de Latinoamérica y del mundo entero.
Como consecuencia, una avasallante ola de información, en la que medios digitales, redes sociales y hasta un cortometraje se han hecho eco de lo ocurrido. El alboroto resulta inusual si tomamos en cuenta que este tipo de hechos, en sus más insólitas variaciones, han sido comunes y reiterativos a lo largo de la historia de los pueblos indígenas.
Un acontecimiento no menos importante aunque poco publicitado ocurrió en Venezuela en 1998. Una piedra de jaspe con casi 30 toneladas de peso, conocida por la etnia pemón como la abuela Kueka, fue extraída de su contexto natural y llevada para ser exhibida en el parque metropolitano Tiergarten en Berlín, Alemania. La gigantesca pieza formaría parte de un proyecto denominado Global Stone impulsado por el artista plástico germano Wolfang von Schwarzenfeld.
Los pemones son un grupo étnico que habita el sureste de Venezuela. Sus asentamientos pueden verse comúnmente en la Gran Sabana; hermosas planicies milenarias que se acompañan por mesetas peñascosas denominadas tepuyes.
Casi veinte años después, el tema es particularmente sensible para las comunidades pemón que hacen vida en el parque nacional Canaima, al sur de Venezuela. La abuela Kueka forma parte de la cosmogonía de esta etnia y su partida ha dejado un vacío irreparable desde el punto de vista cultural.
Ana Figueroa, profesora universitaria especialista en Educación Intercultural Bilingüe, vive en la comunidad San Antonio de Roscio y es parte de las autoridades del lugar. Como indígena pemón nos comenta:
La historia de la abuela Kueka sería muy larga de explicar. Forma parte de los cuentos con los que nos criaron nuestros abuelos. Tal vez lo más importante sería decir que forma parte de nuestro origen. Es la génesis, la primera madre. De ella nace nuestra cultura pemón. De ella venimos. Que no esté ha sido para nuestro pueblo muy doloroso. Todavía hoy seguimos esperando su retorno a pesar de la lucha que por mucho tiempo hemos librado.
Luego de todos estos años, el gobierno venezolano mantiene a través de su cancillería y del Instituto de Patrimonio Cultural una petición formal ante el gobierno alemán para la devolución de la abuela Kueka. No obstante, todo se ha retardado, principalmente por los procedimientos legales propios que estas acciones implican y los requerimientos logísticos que suponen el traslado de la piedra hasta el país sudamericano.
Aunque existen diversas opiniones sobre el reclamo y solicitud de Venezuela, la petición para la devolución de la abuela Kueka se fundamenta principalmente en dos aspectos: la ilegalidad que significó la extracción y destierro de la pieza en su momento por parte de autoridades tanto venezolanas como alemanas y la legitimidad que tiene el pueblo pemón a reclamar un objeto que posee carácter espiritual y sagrado para su cultura.
En Twitter, varios usuarios han manifestado su posición al respecto:
Por el rescate de nuestra Abuela Kueka http://t.co/5iOMprSjN1 y todavía llaman «ARTISTA» al imbecil que se la llevó http://t.co/h1Ze4mCety
— Kaya Guerrillera (@DyannaSt) septiembre 26, 2015
Nuestra Abuela Kueka pronto estará con nosotros!! Aleluya!! http://t.co/odNFpYEK6b
— Frank Araujo (@franClip) agosto 27, 2015
#Venezuela celebra el Día Internac.de los Pueblos Indígenas! Entonces a exigir que #Alemania devuelva la Abuela Kueka pic.twitter.com/COU81ks664
— Napile (@walentina1013) agosto 9, 2015
Hoy la enorme piedra de jaspe sigue inerte en un lento reposo sobre tierra ajena, sobre un suelo impropio. Por ahora sus hijos la recuerdan y la quieren de nuevo en casa. Mientras tanto, la abuela Kueka espera y la comunidad pemón también.