En Brasil una trabajadora doméstica enfrenta el escrutinio público tras abandonar a su bebé

Sandra Queiroz surrounded by the media as she is taken into custody in São Paulo. Photo: Screenshot/TV

La madre es llevada en custodia en São Paulo y es acosada por los medios de comunicación. Foto: Captura de pantalla/TV.

Todo empezó el 4 de octubre en una tarde de domingo cuando el conserje de un edificio de Higienópolis, un barrio rico en São Paulo, se dirigía a la iglesia. Oyó un llanto y encontró bajo un árbol una niña recién nacida envuelta en una frazada y puesto dentro de un bolso de papel de «Au Pied de Cochon,» un famoso  restaurante parisino.

Los medios de comunicación hicieron un gran alboroto sobre esto. La niña comenzó a ser conocida como la «niña de Higienópolis.» Personal policial posó para fotografías con la niña. El conserje que la encontró dio entrevistas y fue tratado como héroe. El padre nunca apareció.

Mas tarde apareció un video de CCTV de una mujer cerca del árbol que circuló ampliamente. Ella era la madre, la villana: que monstruo, la gente lloraba en los medios sociales; ¿cómo puede alguien abandonar una indefensa bebé?

Rápidamente la encontraron: ella fue identificada como Sandra Queiroz de 37 años, que trabajaba a tiempo completo para una familia en un departamento cercano. Nació en Bahía, un departamento en el nordeste de Brasil y como muchas mujeres de esta parte subdesarrollada del país migró a São Paulo para trabajar como empleada doméstica. Actualmente tiene dos hijos: uno de 17 años quien vive en su ciudad natal con sus abuelos y uno de 3 años que vive con ella en la casa de sus empleadores quienes nunca se dieron cuenta de su último embarazo.

Ella dio a luz en la tarde de ese domingo en el baño del área ocupada por las empleadas domésticas (un espacio que existe en las casas brasileras incluso en los departamentos), luego que sus empleadores salieran para comer a mediodía.

Sandra Queiroz no la tuvo fácil ni de parte de la policía ni del público. Fue detenida el miércoles siguiente al ir a buscar a la escuela a su niño de 3 años. En la comisaría fue acosada por los periodistas que le preguntaron ¿»porqué abandonó a la niña?», a lo que ella respondió que lo hizo «por desesperación». A pesar que luego fue puesta en libertad, Queiroz fue acusada de abandono e incapacidad y ahora enfrenta una pena de hasta tres años de cárcel.

La situación de Sandra Queiroz pone de relieve los numerosos desafíos que Brasil enfrenta con respecto a los derechos de la mujer. El aborto es ilegal en el país (excepto en casos probados de violación y de riesgo vital para la madre), pero cada año se realizan en Brasil cerca de 1 millón de abortos y están entre las principales causas de mortalidad materna. Las clínicas clandestinas piden cerca de 2 000 dólares de EE. UU. por un aborto seguro lo que significa que la mayoría de las mujeres que mueren al realizarse un aborto en su casa son pobres.

Dar un niño en adopción en Brasil no es simple. La madre debe presentarse a una entrevista en los Servicios de protección de la infancia, entregar un certificado de salud del niño (el que solo lo otorga un hospital) e indicar las razones por las que no desea quedarse con el niño. Finalmente solo un juez decidirá su destino.

"The rich abort, the poor die". September 28th is the day of decriminalization of abortion in Latin America and the Caribbean. Shared on Facebook by Levante Popular da Juventude (Popular Youth Levant)

«Los ricos abortan, los pobre mueren». El 28 de setiembre fue el día de la descriminalización del aborto en América latina y el Caribe. Compartida en Facebook por Levante Popular da Juventude.

Pero la noticia de lo que le sucedió a Sandra Queiroz revela algo que es quizás mas generalizado: una cultura que favorece el juicio sobre la empatía y que castiga la sexualidad de las mujeres.

Muchas personas señalaron cómo los medios de comunicación interpretaron todo. En un post ampliamente compartido en Facebook, Lucas Bulgarelli escribió:

No Estadão: «Polícia detém mãe que abandonou bebê recém nascido em Higienópolis».
No coube no título que essa mãe habitava uma minúscula senzala próxima à área de serviço, em Higienópolis.
Não coube que ela abandonou o bebê para não perder o emprego.
Não coube o pai.
Não coube que seus patrões ficaram 9 meses sem perceber que ela estava grávida.
Não coube que ela fez o parto sozinha no banheiro de empregada.
Não coube a única frase dela que o jornal deixou que soubéssemos: «fiz por desespero».
Não coube que ela esperou até que o bebê fosse achado, enquanto corria para chegar em casa antes da patroa.
Não coube a outra filha de 3 anos, que agora está na senzala sem a mãe.
Não coube que a poucas quadras dali existe uma clínica clandestina de aborto para a elite paulistana.
Não coube sequer o nome dos seus senhores.
Mas coube que ela foi presa e que a polícia agiu porque, em Higienópolis, quando se é escrava, a impunidade fala mais alto do que qualquer hipocrisia.

En el [periódico] Estadão: «La policía detiene madre que abandonó un recién nacido en Higienópolis».
No mencionaba en el títular que la madre habitaba en un pequeño sector de servicio [senzala] cercano a la cocina en Higienópolis.
No mencionaba que ella abandonó a la bebé para no perder su trabajo.
No mencionaba al padre.
No mencionaba que sus jefes estuvieron nueve meses sin darse cuenta de que estaba embarazada.
No mencionaba que dio a luz sola en el baño de servicio.
No mencionaba su única comentario en la historia: «Lo hice por desesperación».
No mencionaba que ella esperó en la calle hasta que el bebé fue encontrado y que corrió para llegar a la casa antes que sus empleadores.
No mencionaba a su otra hija, de 3 años, que ahora está en la senzala sin su madre.
No mencionaba que a poca distancia de allí hay una clínica de abortos para la élite de São Paulo.
No mencionaba tampoco el nombre de sus empleadores.
Pero mencionan que fue detenida y que la policía actuó porque en Higienópolis, cuando se es un esclavo, la impunidad es más elocuente que cualquier hipocresía.

La blogger Juliana Cunha comenta sobre otra historia publicada en el periódico Folha de S. Paulo:

Acho muito violenta essa imagem do policial salvador do bebê. Muito violento que a matéria fale em patrões, mas no final só apareça ali a patroa, tanto no título quanto no texto. Muito violento que divulguem o vídeo (não tem informação alguma no vídeo, só tem a vergonha da mulher).

Uma coisa bonita no jornalismo é reparar quem diz, quem alega e quem simplesmente faz. Repare: se o entrevistado diz que entrou em desespero (no caso, a mãe), eu não tenho como saber se ele de fato entrou em desespero ou se disse isso apenas para aliviar sua barra. Mas se o outro entrevistado diz que estava indo para a missa (o zelador), eu também não tenho como saber se ele de fato estava indo para a missa ou se disse isso apenas para parecer ainda mais bondoso.

A rigor, quase toda informação dada por entrevistados teria que ser acompanhada de «alega fulano». No entanto, cenas explícitas de ideologia em toda matéria: observe sempre quem alega, quem «diz ter» e quem simplesmente é acreditado pelo texto.

Uma mãe que é presa levando a filha para a escola diz ter entrado em desespero quando decidiu abandonar seu bebê na rua.

Um zelador herói (nada contra o zelador e seu heroísmo) simplesmente vai à missa, porque é isso que zeladores heróis fazem. E isso que mães ignóbeis dizem.

Encuentro  muy violenta la imagen del policía salvador del bebé. Muy violento que el asunto mencione a los empleadores pero al final solo aparece la empleadora tanto en el título como en el texto. Muy violento que divulguen el video (no tienen ninguna información en el video, solo está la verguenza de la mujer).

Una cosa bonita del periodismo es distinguir quien dice, quien alega y quien simplemente hace. Distinga: si el entrevistado dice que se desesperó (en este caso la madre), yo no tengo como saber si ella se desesperó o si lo dice para justificar su acción. Pero si otro entrevistado dice que estaba yendo a misa (el conserje) ellos no tienen como saber si él iba camino a la iglesia o si lo dice para solo parecer mas bondadoso.

En teoría, casi toda la información dada por los entrevistados tendría que ser acompañada de «alega fulano». Entre tanto hay escenas explícitas de ideología en toda la historia: observe siempre quien alega, quien «dice tener» y que es simplemente respaldado por el texto.

Una madre que es apresada llevando a la hija a la escuela dice haberse desesperado cuando decidió abandonar su bebé en la calle.

Un conserje héroe (nada contra el conserje y su heroismo) simplemente va a la iglesia, porqué es eso lo que los conserjes héroes hacen. Es eso lo que las madres innobles dicen.

En el mismo periódico la columnista Claudia Colucci señala cómo «países como Italia reintrodujeron el concepto de «rueda de los expósitos«, un mecanismo ampliamente usado en los hospitales e iglesias desde la edad media que permitía a las madres dar a sus hijos en el anonimato.

Foi pensando nessas mulheres que dão à luz sozinhas e depois deixam seus bebês nas ruas que a Itália reinventou a «roda dos expostos», um local seguro em que a mãe pode deixar o bebê e ir embora sem se identificar.

Ao menos três hospitais filantrópicos em Roma e Milão dispõem de berços aquecidos, com vídeo e alarme para avisar da chegada do bebê. Só em Milão são abandonados em média 50 bebês por ano. Muitos são filhos de imigrantes, mas há também bebês italianos, cujas mães preferem doá-los a vê-los passar por necessidades.

O tribunal italiano espera 20 dias para que a mãe se arrependa e reclame o filho, antes de levá-lo para adoção.

No Brasil, a «roda dos enjeitados» funcionou até o fim da década de 1940, principalmente no Rio e em São Paulo. Na Santa Casa de São Paulo, o método existiu de 1825 e 1948. É nesse hospital que está o «bebê de Higienópolis» desde o último domingo.

Fue pensando en esas mujeres que dan a luz solas y después dejan a sus bebés en las calles, que Italia reinventó la «rueda de los expósitos», un local seguro donde las madres pueden dejar al bebé e irse sin identificarse.

Al menos tres hospitales filantrópicos en Roma y Milán disponen de cunas calefaccionadas con video y alarma para avisar la llegada de un bebé. Así, en Milán son abandonados en promedio 50 bebés al año. Muchos de ellos son hijos de inmigrantes, pero también hay bebés italianos, cuyas madres prefieren darlos a verlos sufrir necesidades.

El tribunal italiano espera 20 días para que la madre se arrepienta y reclame al hijo antes de ponerlo como disponible para adopción.

En Brasil, la «rueda de expósitos» funcionó hasta fines de la década del 40 principalmente en Rio y en São Paulo. El hospital de la Santa Casa tuvo una desde 1825 hasta 1948; ha sido en este hospital que la «niña de Higienópolis» ha estado desde el domingo pasado.

Un medio de comunicación logró comunicarse con uno de los empleadores de Sandra, la mujer dijo que Sandra sigue en su casa y que si hubiera sabido del embarazo ella no la hubiera despedido.

Una amiga cercana de Queiroz también mencionó que el padre de la bebé, con quien Sandra tuvo una corta relación fue informado del embarazo de Sandra pero «no le preocupa». Esta semana dijo a los reporteros que él «no está seguro que la bebé sea de él.»

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