Jimmy Morales, el nuevo rostro de la vieja guardia militar de Guatemala

Guatemala's President-elect Jimmy Morales, despite political inexperience, has close ties to Guatemala's military dictatorship (Jeff Abbott)

Jimmy Morales, presidente electo de Guatemala, a pesar de su inexperiencia política, tiene vínculos cercanos con la dictadura militar de Guatemala (Jeff Abbott).

Este artículo de Jeff Abbott se publicó originalmente en el sitio web de NACLA y se reproduce aquí según nuestro acuerdo para compartir contenido.

Es casi un mal chiste: Jimmy Morales, excomediante de televisión que con frecuencia actúa con la cara negra y es famoso por haber actuado una vez como un campesino que casi se convirtió en presidente, se ha convertido en… presidente de Guatemala.

La segunda vuelta del 25 de octubre ni siquera fue reñida, pues Morales, que postulaba bajo la bandera del pequeño partido Frente de Convergencia Nacional (FCN), obtuvo cerca del 70 por ciento de los votos.

Morales hizo campaña como un candidato outsider (sorpresa), la antítesis de un político de carrera. Su lema de campaña, “ni corrupto ni ladrón”, buscaba tranquilizar la mente de los electores luego de la revelación de un gran escándalo de corrupción dentro del gobierno del exgeneral Otto Pérez Molina. Pero desconocidos para muchos guatemaltecos, los partidarios del presidente representan a las mismas fuerzas que llevaron a cabo algunos de los peores crímenes del conflicto armado interno, que duró 36 años.

Ciertamente, el FCN fue fundado por los mismos intereses militares que arrojan sombras sobre el gabinete de Pérez Molina. Los generales retirados José Luis Quilo Ayuso y Luis Felipe Miranda Trejo, de la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala (AVEMILGUA), fundaron el partido en 2004 para reconstruir el prestigio y respeto por el ejército que sentían había quedado manchado desde la firma de los acuerdos de paz de 1996, y para representar los intereses nacionalistas del ejército guatemalteco.

Ambos fundadores estaban muy involucrados en la campaña de contrainsurgencia del gobierno contra las guerrillas marxistas durante los años 80 —campaña que la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH), comisión de la verdad respaldada por las Naciones Unidas, llamó genocidio. Miranda Trejo sirvió como jefe de inteligencia en la Base Militar 21 en Cobán entre 1979 y 1983, periodo en el que cientos de hombres, mujeres y niños fueron enterrados en tumbas clandestinas en la base. En ese mismo periodo, Quilo Ayuso recibió entrenamiento en Argentina, antes de regresar a Guatemala en 1983 para tomar el mando del Segundo Batallón en el departamento de El Quiche.

Vale la pena notar que además de para “restaurar la dignidad” al ejército, el partido de Morales se formó para proteger a las fuerzas armadas de Guatemala. “En 2004, hubo procesos penales contra militares retirados”, dijo Quilo Ayuso al sitio web guatemalteco de investigación Plaza Pública. “Nuestra intención era parar esos proceso a través de medios políticos. Guerra, conflicto armado interno, estas son ahora las situaciones legales, al igual que problemas políticos”.

Aunque Quilo Ayuso y Trejido Miranda sostienen que ya no son parte del FCN, según un informe del periódico guatemalteco La Hora, Quilo Ayuso sigue financiando al partido.

Edgar Justino Ovalle Maldonado, mano derecha de Jimmy Morales, es otro coronel retirado que estuvo muy involucrado con la contrainsurgencia. Ovalle Maldonado fue nombrado como miembro del Comité Ejecutivo del FCN en 2011. También reclutó a Morales en el FCN luego de una postulación fallida para la alcaldía de la municipalidad de Mixco.

Es más, tanto Quilo Ayuso como Ovalle Maldonado pasaron varios años entrenándose en la conocida Escuela de las Américas en Ft. Benning, Georgia. Ovalle Maldonado pasó 1973 estudiando específicamente contrainsurgencia ahí, y en dos posteriores misiones de capacitación viajó a Colombia para entrenamiento adicional. En setiembre de 1981, Ovalle Maldonado fue designado funcionario de operaciones para el cuerpo especial Ixil en las montañas occidentales de Guatemala. En ese año y los que siguieron, el genocidio del ejército guatemalteco contra los indígenas mayas ixil llegó a su punto máximo.

Entre julio de 1981 y diciembre de 1982, el ejército masacró poblaciones civiles en el Triángulo Ixil. En 415 incidentes separados, se cree que mataron a decenas de miles de personas mientras cientos de pueblos y aldeas fueron destruidos.

Cables desclasificados de la CIA de comienzos de los años 80 destacan la campaña de tierra chamuscada del ejército contra poblaciones civiles en el Triángulo Ixil, donde Ovalle Maldonado era comandante. “Los oficiales al mando de las unidades involucradas han recibido instrucciones de destruir todos los pueblos y aldeas que están cooperando con el Ejército Guerrilla de los Pobres (EGP), y de eliminar toda fuente de resistencia”, declaró la CIA en un cable de febrero de 1982. Pero, como el cable también destaca, el ejército todavía “debía encontrar importante fuerza de guerrilla en la zona” al momento de la misión.

El cable de la CIA de febrero de 1982 también escribe acerca de la “creencia bien documentada del ejército de que toda la población ixil está a favor del EGP [guerrilla]”, y agrega que esta creencia ha “creado una situación en donde se puede esperar que el ejército no dé cuartel a combatientes y no combatientes por igual”. Su razonamiento fue simple: debido a la etnia de los civiles, el alto mando guatemalteco los consideraba enemigo interno.

En 1983, cuando la campaña del Triángulo de Ixil contra los indígenas q’eqchi empezó a disminuir, Ovalle Maldonado fue transferido a operaciones especiales en la municipalidad de Cobán.

Hoy, esos son los hombres que apoyan al nuevo presidente de Guatemala. En una entrevista con VICE News, un líder de la Autoridad Indígena Ixil comentó que Jimmy Morales era “la figura de todos los exgenerales de la guerra”.

Según el líder de la comunidad, Morales representa “la continuación del gobierno de Otto Pérez Molina”, aunque la “mayoría de la gente no entienda esta conexión”.

Estas figuras sombrías del pasado buscan continuar con la cultura de la impunidad que ha imperado en Guatemala durante siglos. Su regreso al poder en la forma de Morales amenaza con echar a perder todo intento para atribuir responsabilidad a los oficiales militares de la vieja guardia por los crímenes y genocidio que cometieron contra el pueblo maya de Guatemala.

A pesar de las afirmaciones de Morales, de que él desafía el status quo político de Guatemala, ahora repite la línea del partido, y hasta ha llegado a negar, en varias ocasiones, que el genocidio ocurrió.

Hoy, los abusos y la impunidad siguen a través de los conflictos por la expansión de megaproyectos en todo Guatemala, y a través de la penalización y procesamiento de los líderes de los movimientos sociales del país. La victoria de Morales no cambiará esa situación. Con su nuevo presidente electo, es probable que Guatemala vea no solamente la posterior interrupción de los juicios de derechos humanos de exlíderes militares, sino una mayor penalización a los movimientos indígenas que buscan defender sus tierras contra la expansión de proyectos extractivos en las zonas de minería, desarrollo de hidroelectricidad y agricultura de monocultivos.

El gobierno de Morales estará bajo intenso escrutinio de la sociedad civil que participó en los casi cinco meses de protestas que llevaron a la renuncia de Pérez Molina, y de los entes multilaterales anticorrupción como la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), que han descubierto casos multimillonarios de corrupción que involucran a los más altos cargos del gobierno. La masiva movilización de la sociedad civil señala que la población no dudará en regresar a las calles ante las primeras señales de corrupción en el nuevo gobierno.


Jeff Abbott es un periodista independiente que actualmente radica en Guatemala. Ha informado sobre movimientos de derechos humanos y sociales en América Central y México. Su trabajo ha aparecido en VICE News, Truthout, y Upside Down World. Síguelo en Twitter: @palabrasdeabajo.

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