Natalia Antonova, periodista y dramaturga, atrapada entre Rusia, Ucrania y Occidente

Periodista y dramaturga con una identidad nacional complicada, Natalia Antonova nació en la Ucrania soviética, echó raíces en la Rusia contemporánea y creció en los Estados Unidos. Hoy su tiempo y su atención se reparten entre Moscú y otros lugares. Además de trabajos como freelance para medios como The Guardian y escribir una columna para The Moscow Times, Antonova escribe un blog personal que actualiza una o dos veces al mes, donde publica reflexiones también personales sobre acontecimientos de todo el mundo y noticias de actualidad. El pasado e identidad de Antonova distan mucho de ser algo sencillo y el mañana se adivina aún más complicado que el presente a la luz del incierto porvenir que se cierne sobre Rusia y Ucrania.

Natalia Antonova. Personal archive.

Archivo personal de Natalia Antonova.

Nevena Borisova (NB): ¿Qué puedes decir sobre tu identidad? ¿Dónde te sitúas?

Natalia Antonova (NA): I was born in Ukraine, I grew up mostly in the US, but Russian was my first language and I have Russian heritage. I think I'm really lucky to exist at this intersection of cultures. My complicated identity tends to annoy people who wish to place everyone they encounter into a particular box, but I say, screw that. I like having a lot of different “homelands.”  I like being exposed to competing opinions and ideologies, even if they sometimes make me uncomfortable.

Natalia Antonova (NA): Nací en Ucrania y crecí mayormente en los Estados Unidos pero mi primera lengua es el ruso y tengo familia rusa. Creo que tengo mucha suerte de vivir en esta intersección de culturas. Mi identidad es complicada y suele molestar a la gente con ganas de clasificar a las personas porque —supongo— doy al traste con esa pretensión. Me gusta tener muchas «patrias» distintas. Me gusta estar en contacto con opiniones e ideologías que compiten, aunque a veces me hagan sentir incómoda.

NB: A partir de tu doble experiencia como periodista y dramaturga ¿cómo describirías el «espíritu ruso»?

NA: I don't really believe in the notion of a “Russian soul.” I think it's an outdated and annoyingly sentimental concept, especially since the Russia of today contains so many different cultures. However, I think there is definitely something about the unpredictability of life in Russia that impacts the way the majority the population lives their life. The absence of a flexible, dynamic political system feeds into this, too. I think a lot of people on the outside don't really understand Russia in this context. This means that interactions with the country, both from individuals and governments, tend to break down.

NA: No creo en la idea de que existe un «espíritu ruso». Creo que se trata de un concepto desfasado e incómodamente sentimental, sobre todo porque la Rusia actual es un crisol de culturas. Sin embargo pienso que sí debe haber algo de cierto en lo impredecible que es la vida en Rusia hasta el punto de incidir en la forma en que la mayoría de la población vive esa vida. La falta de un sistema político flexible y dinámico también desemboca en esto. Creo que mucha gente que lo ve desde el exterior no llega a entender Rusia en este contexto. Ello significa que las interacciones que tanto individuos como gobiernos tienen con el país tienden a deshacerse.

NB: ¿Y de qué modo se relacionan tu dramaturgia con tu periodismo?

NA: I write plays about people—real-life stories. A lot of them have plots that I pick up during the course of my work as a journalist, but there is always a dose of unreality in all of them. I think the human brain processes life really strangely at times—and I also think (since I've gotten into science journalism especially) that there is this really cool, intricate, oftentimes unfathomable design to the universe—and I think in all of the work that I do, I aim to deal with my own emotions on this weird subject. And I process those emotions through my characters.

NA: Escribo obras que hablan de personas, de historias reales, muchas de las cuales tienen argumentos que extraigo de mi trabajo como periodista aunque siempre hay una dosis de irrealidad en todos ellos. Creo que a veces el cerebro humano procesa la vida de una manera muy extraña y creo también —he estado dedicada especialmente al periodismo científico— que el universo tiene un diseño precioso, intrincado y a veces insondable. Creo que en toda mi obra aspiro a lidiar con mis propias emociones sobre este tema tan extraño, y trato estas emociones desde mis personajes.

NB: El director ruso-estadounidense Andrei Konchalovsky ha dicho que a Rusia se le da bien emprender proyectos colosales como cohetes espaciales pero no tanto producir para el día a día. ¿Estás de acuerdo?

NA: I think Andrei is right. Successive Russian governments have always been too preoccupied with these hazy notions of “greatness” to make everyday life in Russia as comfortable as it is in the West, and ordinary people have internalized this same preoccupation.

There is a historic context to this, as well. Russia simply didn't develop as efficiently as Western countries did. Everything from the Mongol invasion to Russia's harsh environmental climate has been a factor here. When your country is confronted with examples of day-to-day life being better elsewhere, you tend to want to compensate for that. This is why you meet so many people who couldn't care less that the roof of their child's school is leaking, but take a lot of pride in their country's huge nuclear arsenal. It may seem irrational, but it's actually quite self-explanatory in the wider context.

Today, the idea of a comfortable life in Russia is being treated with suspicion, because a lot of the people who turned out for the 2011-2012 protests in Moscow were at least nominally middle-class. In the eyes of some Russian officials, these people got “too comfortable” and started getting fancy ideas about democracy and accountability. How dare they!

NA: Creo que Andrei está en lo cierto. Uno tras otro, los gobiernos rusos se han ocupado demasiado de ciertas ideas difusas de «grandeza» con el propósito de hacer que la vida diaria de Rusia fuese tan cómoda como lo es en Occidente y la gente ha hecho suya esta misma preocupación.

Aquí hay también un contexto histórico. La verdad es que Rusia no se desarrolló tan eficientemente como los países occidentales. Todo ha contribuido a ello: desde la invasión de los mongoles hasta su riguroso clima. Cuando tu país se enfrenta al hecho de que la vida cotidiana es mejor en cualquier otro lugar del mundo, lo que quieres es algo que lo compense. Por eso te encuentras a tantas personas a las que les importa un comino si la escuela donde van sus hijos tiene goteras pero que se hinchan como pavos debido al inmenso arsenal nuclear de su país. Puede parecer irracional pero es algo que, desde una perspectiva más amplia, se explica por sí mismo.

Hoy la idea de promover una vida más fácil en Rusia se acoge con suspicacia porque mucha gente que participó en las manifestaciones de Moscú en 2011-2012 eran, al menos en teoría, personas de clase media. A ojos de algunos funcionarios rusos, esa gente «se acomodó demasiado» y empezó a albergar ideas extravagantes sobre democracia y transparencia. ¡Cómo se atreven!

NB: ¿Cómo describirías la vida en Moscú hoy? ¿y la vida fuera de la capital?

NA: The average Russian, both in Moscow and outside Moscow, are busy getting by, just like they have always been. Obviously, it's tougher now, since the ruble has taken such a dive. But hey, that's the brave new world Russia lives in. In this world, television provides much comfort and assurance, although I was stunned to read recently that the number of Russians who believe everything that's reported on television is 59 percent (up from 47 percent in 2012). To be honest, I thought that number would be even higher today.

NA: El ruso promedio, dentro y fuera de Moscú, se busca la vida como siempre ha hecho. Obviamente, la situación ahora está más difícil por la caída que ha sufrido el rublo. Pero bueno, así son las cosas en el mundo feliz de Rusia. En ese mundo la televisión presta mucho consuelo y confianza aunque me quedé sin habla después de leer hace poco que el número de rusos que creen todo lo que se emite por televisión asciende al 59% (ya era un 47% en 2012). La verdad es que yo creía que esa cifra sería aún mayor hoy en día.

NB: ¿Qué te parece la vida en Moscú?

NA: I don't spend all of my time in Moscow nowadays, but whenever I'm back, I like to visit with fellow theater folk and go to cheap little cafes downtown to write and people-watch. I've been paying a lot of attention to the way that Russian cuisine has been forced to evolve since the sanctions and counter-sanctions hit. It's been quite interesting. A lot of business have been forced to get very creative. And I'd also like to mention that in spite of all the recent political awfulness, there are a lot of people doing a lot of good work here: hospice doctors, disability rights activists, environmentalists, and so on. So I like to catch up with what's happening on those fronts whenever I'm in town.

NA: No paso todo mi tiempo en Moscú actualmente pero, siempre que vuelvo, me gusta estar con amigos del mundo del teatro, ir a cafecitos baratos del centro a escribir y a observar a la gente. Me he fijado mucho en cómo la cocina rusa ha tenido que evolucionar para adaptarse a un marco de sanciones y contrasanciones. Es muy interesante. Muchos negocios han tenido que ser muy creativos y también quisiera decir que, a pesar de todo lo malo que ha traído la política recientemente, hay mucha gente que lo está haciendo bien aquí: médicos en hospicios, activistas pro discapacitados, ambientalistas, etc., así que me gusta ponerme al día con lo que pasa en esos frentes cuando estoy en la ciudad.

NB: ¿Qué me cuentas de la libertad de prensa en Rusia? ¿Cómo ves la situación?

NA: I think the country would be better off if it had a healthy, vibrant, and free media market, but such a market would also require more official accountability, and Russian officials are too paranoid to see how accountability could actually be a good thing. They prefer a less flexible system, forgetting that rigid systems are ultimately more brittle and fragile.

There is this great saying that perfectly characterizes their mentality: “You die today, and I'll die tomorrow.” It's all very stark, desperate, and based on the expectation of violence. I think it's the direct result of Russia never quite dealing with the trauma of the 21st century—from the Terror and millions of deaths in WWII (some of them the result of official incompetence—even Stalin admitted as such, and actually thought he might be arrested after the war was over), to the Gulag and the horrific quagmire in Afghanistan. The list goes on. A traumatized society doesn't want to know the truth about itself. This is why both Russian politicians and ordinary Russians insist that a free, robust media market is a bad thing.

NA: Creo que al país le iría mejor si tuviese un mercado de medios de comunicación más sano, vibrante y libre pero semejante mercado también requeriría más transparencia de la Administración Pública y los funcionarios rusos están en un estado tal de paranoia que no le encuentran ventaja alguna a la transparencia. Prefieren un sistema menos flexible y olvidan que los sistemas rígidos, en última instancia, son más frágiles e inestables.

Hay un refrán fantástico que caracteriza perfectamente su mentalidad: «tú mueres hoy y yo moriré mañana». Todo muy crudo, salvaje y basado en la expectativa de la violencia. Creo que es el resultado inmediato de que Rusia jamás se ocupara del trauma del siglo XXI: del terror y las millones de muertes de la Segunda Guerra Mundial (algunas de ellas, resultado de la incompetencia oficial —Stalin incluso lo admite y, de hecho, pensó que lo detendrían después de la guerra—) al gulag y al horroroso atolladero de Afganistán. La lista sigue. Una sociedad traumatizada no quiere saber la verdad sobre sí misma. Esa es la razón por la que políticos rusos y los rusos normales y corrientes coinciden en insistir que un mercado de medios de comunicación libre y vigoroso es algo malo.

NB: ¿Cómo ha afectado el conflicto sirio a la situación de Ucrania?

NA: I think that Russia has shifted its attention to Syria in pursuit of that glory stuff that I've already mentioned. Russia wants to sit at the big kid's table in relation to the global policy, hence the Syrian gamble. Who knows how that will turn out? What we know is that less attention is now being paid to Ukraine, which, for Ukraine, is a good thing.

NA: Creo que Rusia ha volcado su atención ahora en Siria en busca de esa gloria a la que me refería anteriormente. Rusia quiere sentarse a la mesa con los grandes en asuntos de política internacional, de ahí que esté apostando a Siria. ¿Quién sabe cuál será el resultado de ello? Lo que sí sabemos es que a Ucrania se le presta menos atención, lo cual, para Ucrania, es algo bueno.

NB: ¿Y cómo afecta esto a las actuales relaciones entre Rusia y Ucrania?

NA: Of course, the political relationship is completely broken down between Russia and Ukraine—but business relationships continue to exist. That's because money matters to the people involved so much more than politics. And maybe money will eventually normalize relations between the two countries, though it could take decades (and a lot of changes with Russia), at this point .

NA: Naturalmente, las relaciones políticas entre Rusia y Ucrania están completamente deshechas pero las relaciones empresariales siguen existiendo. Eso es porque el dinero les importa a los interesados mucho más que la política y quizá sea el dinero el que acabe normalizando las relaciones entre los dos países aunque pueden ser necesarias décadas (y un montón de cambios en Rusia) .

NB: ¿Y qué me dice de la propia Ucrania?

NA: I've stopped making predictions about the conflict in east Ukraine, because whenever I do, some horrible new twist happens. (Honestly, I've become superstitious about it.) I think Ukraine itself needs to find its own way—by strengthening democratic institutions and passing more reforms and making them stick. It's going to be a lengthy, oftentimes thankless, task, but it's do or die at this point.

NA: He dejado de hacer predicciones sobre el conflicto de Ucrania oriental porque siempre que lo intento, la historia da un vuelco horrible. (La verdad es que me estoy haciendo supersticiosa al respecto). Creo que Ucrania debe encontrar su propio camino por sí misma, fortaleciendo la institucionalidad democrática, aprobando más reformas y haciendo que duren. Va a ser una labor larga y muchas veces ingrata pero, en este momento, o caminas o te hundes.

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