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Bloguera nicaragüense: «Hacemos revolución, poesía y música desde nuestras computadoras»

Categorías: Nicaragua, Activismo digital, Desarrollo, Ideas, Juventud, Periodismo y medios
Una niña en el vertedero de basura de La Chureca Landfill busca juguetes y otros objetos de interés. Los trabajadores de vertederos  llevan una vida  difícil en el basurero a cielo abierto más grande de América Central. Fotografía tomada por Misha Tulek. Copyright © Demotix. 13/10/2009 [1]

Una niña en el vertedero de basura de La Chureca en Managua, Nicaragua, busca juguetes y otros objetos de interés. Los trabajadores de vertederos llevan una vida difícil en el basurero a cielo abierto más grande de América Central. Fotografía tomada por Misha Tulek. Copyright © Demotix. 13/10/2009

En su Monólogo de la juventud nicaragüense en el siglo XXI [2], Heydi Hortega abre las puertas del 2015 con reflexiones que bien se sostienen al cierre del año. En su texto, publicado en el espacio dedicado a blogueros jóvenes del sitio Conexiones [3], Heydi hace una suerte de carta abierta en le que explica algunas de las características propias de su generación y de cómo busca apropiarse de elementos locales y foráneos, así como hacer parte de los movimientos sociales que tienen lugar en la calle, pero que dejan rastro en las redes de internet.

Nuestros abuelos y nuestros padres incansablemente nos repiten “en mis tiempos” aquí, “en mis tiempos” allá todo es relacionado a sus tiempos, aunque eso moleste a la actual juventud. Hasta cierto punto tienen razón. En sus tiempos los jóvenes eran más dedicados a los estudios, no obstante a los impedimentos de una educación pública en los 50´s y 60´s y enfocados en los aspectos socio-políticos de la nación y la cultura.

Hay que recordar que los tiempos de los cuales hablan estuvieron marcados por dictaduras, guerras e intervenciones, por ello, el orgullo patriótico y la efervescencia de la juventud los encaminaron a buscar una solución al caos que vivía el país. Músicos, revolucionarios, poetas, artistas, maestros, periodistas y un sin número de hombres y mujeres determinadas/os fueron el resultado de las luchas y son quienes ahora nos dicen que mal gastamos nuestras energías en cosas insignificantes.

Heydi subraya las diferencias generacionales y cómo las consecuencias de la historia nicaragüense marca hoy a su juventud, que se ve rodeada de duros retos económicos y sociales [4]. Con ello, la bloguera explica cómo su generación busca participar en una sociedad global conectada con otros movimientos sociales y al mismo tiempo mantenerse en conexión con la realidad nacional:

Sí. Nos creemos socialmente proactivos porque hemos decidido escuchar las canciones de los Mejía Godoy [5] para entender la historia de las cuales nos hablan, los textos de historia nos parecen aburridos –la música es una salida fácil–, hemos decidido hablar de Rubén Darío [6] [el poeta más reconocido del país] porque en Nicaragua, prácticamente lo veneran y no queremos parecer ignorantes aunque no conozcamos más de cinco de sus escritos. Por supuesto no podemos dejar de odiar a la dictadura Somocista [7] [de Anastasio Somoza, presidente de Nicaragua en los años 50] aunque ni siquiera conozcamos el orden de gobierno de los Somozas.

Obviar el contexto mundial sería un desastre, por eso somos fieles fanáticos de los Beatles, los Rollings Stones, Guns´s and Roses, Nirvana, Pin Floyd, Fito Páez, Mercedes Sosa, Bob Marley, por supuesto Silvio Rodríguez y el Che, sosteniendo fielmente que [el Che] es cubano.  Los grandes representantes de la literatura no pueden quedar fuera. Amamos los escritos de Gabriel García Márquez y Mario Benedetti, aunque no distingamos quién es quién. Sí, los amamos, son lo más “in”.

El texto es una mezcla de defensa y de autocrítica. Un esfuerzo por explicar a la juventud que se desinteresa, y de poner la luz sobre la parte que despierta:

Hacemos revolución, poesía y música desde los monitores de nuestras computadoras, en las pistas de las discotecas y expresamos lo que sentimos en las “selfies”. Ignoramos la realidad y por ello le echamos la culpa a todos, al gobierno por ejemplo, menos a nosotros mismos.

La reflexión, que fue seguida y discutida en la plataforma Disqus [8] apuntó a muchos puntos que comparten un tronco común con las juventudes del resto de la región. El uso de internet como modo de participar y construir identidad, la responsabilidad en el uso de la información y en el consumo de medios (y de los valores que promueven) resonó en el debate y dejó reflexiones que bien pueden adaptarse a numerosas realidades en el resto del continente, e incluso, de muchas otras sociedades fuera de las Américas. De acuerdo con Israel Hernández, quien participó en el debate:

Solo pensar en con la juventud de ahora es muy «revolucionaria» sin siquiera saber el significado de la palabra y sus orígenes, muchos jóvenes de ahora han vivido alrededor de una sociedad opresora (sin necesidad de armas), la cual con estereotipos e información innecesaria (libros, películas, la [telenovela] de las 6 y así hasta las 10 que termina la tanda, series televisivas la cual promueve la promiscuidad y sobre todo la presión social de «estar a la moda») ha generado un simulacro de la «realidad» que no se vive. […]

Mucho se ha perdido, pero aún así ha quedado un remanente de jóvenes y personas interesadas por la cultura… y aunque pocos son los que saben que realmente el che es argentino y que Somoza ayudo al país en grandes cosas, el correr la voz a través de los medios y luchar por ser libres del «simulacro social» es muy necesario para que nuestra nación cambie.